Ryan, sosteniendo por la cintura a su amiga, recorre todo el territorio aledaño al desierto, luego se aleja a las tierras desoladas, que en su mayoría son habitadas por lobos ratas o lobos solitarios.Todo sucede tan rápido que ella siente que se marea por ratos. Por suerte puede recuperar la compostura cuando aterrizan en los lugares donde perciben grupos de lobos ratas.—Sé dónde podemos encontrarlo —dice ella con voz temblorosa, debido a que teme que Tiro no haya logrado salir vivo de la manada que fue su hogar. Pese a su miedo, dentro de sí lucha por mantener la esperanza de encontrarlo con vida.—¿A dónde? —inquiere él.—Es una manada que se encuentra en el límite de esta región... —Ella no termina de hablar porque percibe un olor que se le hace muy familiar, gracias a que están cerca de la superficie y Ryan no está utilizando su habilidad en ese momento—. Es él... —balbucea nerviosa—. Tiro está en este bosque; baja, por favor. —Ella se remueve ansiosa mientras apunta en direcció
Alexa deja escapar varias lágrimas en el refugio del calor de su padre. Siente como si se le quitara un peso de encima. Estaba tan preocupada por él que no tenía paz, además, contar con su apoyo ante la nueva amenaza le da tranquilidad en medio de tanto caos.—¡Vaya! Deberé irme al continente humano más seguido si seré recibido así, mi cría. ¿Todo bien? ¿Por qué percibo tanta angustia de tu parte? ¿Acaso debo romperle las bolas al salvaje de tu esposo?Alexa ríe y lo encara.—Estaba preocupada por ti. ¿Cómo te atreviste a bloquear mis intentos de contacto? ¡Qué padre hace eso! —Ella empieza a llorar.—Estás muy sensible, querida Alexa; deberías calmarte un poco. Por cierto, debo presentarte a alguien.La mirada de la pelirroja se entrecierra un poco debido a la confusión y es cuando repara en un aroma diferente y del que había olvidado su familiaridad. De momento, la nostalgia le invade el corazón y los recuerdos de su vida como humana se reflejan frescos en su mente.Alexa busca por
Liah mira a Alexa con una mirada comprensiva y acaricia su mejilla con los nudillos de su mano derecha. Ella sonríe y se vuelve hacia el horizonte, donde el sol se pone con majestuosidad. El arrebol se entrelaza con un suave tono lila, creando un hermoso contraste entre el cielo y las montañas que rodean a Rayo Dorado.—Lamento mucho haber reaccionado de esa manera infantil. No quiero juzgarte por tus decisiones, es solo que temo que sufras. Eres mi padre y me preocupo por ti —confiesa ella avergonzada por su comportamiento anterior.Liah sonríe ufano. Se siente bien que su cría se preocupe por su bienestar porque eso significa que él es importante para ella. Y vaya que le hace feliz importarle a alguien de verdad.—No tienes que disculparte, te entiendo. En cuanto a mí, estaré bien, te lo prometo. —Él la abraza—. Ahora, vamos a tu manada. No sé por dónde empezar, pero debemos enfrentar este caos antes de que empeore.Alexa toma distancia y suspira.—Papá, todavía no estoy segura de q
Alexa le pide a una sirvienta que les lleve té al jardín trasero, donde ellos se sientan a conversar bajo la luz de la luna y la brisa fresca de la noche. Liah aspira encantando. Había extrañado mucho la frescura del ambiente, pero teme que pronto ese continente también sufra lo mismo que el de los humanos si no recuperan la piedra roja.—¿Creen que Legna esté dormida? —inquiere Liah, ansioso por ver a su nieta.—Es lo menos que ha de estar haciendo esa loca —responde Ryan con una mueca de asco—. ¿Desde cuándo Legna se acuesta temprano?—Entonces ve a buscarla. Necesito hablar con ella —le ordena Liah, pero Ryan niega con la cabeza.—¡Yo no! No quiero traumarme con los sonidos que han de estar saliendo de esa habitación.—¡Mocoso de mierda! —espeta Riú—. Deja de hablar tantas sandeces y ve por tu hermana.—¡No voy a interrumpir a esos dos! —se vuelve a negar, todo sonrojado.—¿Quiénes dos...? —inquiere Liah confundido hasta que cae en cuenta—. ¿El hijo de Tron también está aquí? —Los
Legna parpadea varias veces con la esperanza de estar viendo un espejismo; sin embargo, la imagen de su abuelo es muy real.De momento siente que se marea...—A-A... —No logra articular ni una palabra. Los latidos de su corazón se tornan intensos y rápidos, al tiempo en que las manos le tiemblan.—Hola, Legna —la saluda Liah con una sonrisa irónica—. ¿Cómo te has portado durante mi ausencia?Legna traga pesado y suelta una risita nerviosa.—¡Abuelo, llegaste! —Finge demencia y se le lanza encima. Ella lo abraza con euforia y una emoción exagerada, que él corresponde con naturalidad.—Ay, cría... —dice él resignado—. ¿Qué más me queda por hacer sino ayudarlos a enmendar este caos?Legna se aparta de él y lo mira avergonzada.—Abuelo, te juro que el asunto con Dylan fue accidental. Yo obedecí tu pedido el mismo día, pero al idiota este se le ocurrió ir a joder al mismo territorio donde yo estaba entrenando y pues...—¿Por qué lo pones como si yo fuera el culpable? —se defiende Dylan.—¡
La niña pelirroja corre y salta por todo el campo mientras es perseguida por dos niños más; uno de cabellera rubia como el oro y otro con rizos rojizos en un tono más claro. Ambos poseen los ojos verdes de su padre, gamma de la manada Fuerza de bronce y amigo del alfa. Este último es el progenitor de su amiga, la niña a quien están persiguiendo entre risas y gritos eufóricos.—Eres muy rápida, Legna —le dice el chico rubio, cuya respiración se encuentra irregular; acto seguido, se tumba sobre la grama.Ella sonríe airosa e imita la acción de su amigo, entonces el pelirrojo hace lo mismo, quedando ella entre los dos hermanos.—¿Con cuál de los dos te unirás cuando te conviertas en loba? Ambos estamos enamorados de ti, pero no pelearemos. Hemos decidido que tú tengas la última palabra.La niña entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.—Somos unos cachorros todavía para estar pensando en eso. Qué fastidiosos son. Además, yo me guardaré para mi mate.—En ese caso, yo seré tu mate —de
Después de que Legna y Dylan discuten de nuevo por otra tontería, todos ellos se van a nadar al río. Los mellizos hacen piruetas en el agua para impresionar a Legna, quien está pendiente de su hermano.El niño sale del río y se pone a jugar con los insectos de la grama que rodea la orilla, entonces Legna se relaja y decide divertirse un rato en el agua.Ella vislumbra a Dylan haciendo acrobacias frente a Clara con la intención de impresionarla, entonces entorna los ojos y hace una mueca de disgusto.«¡Hombres! Son todos unos ridículos», piensa molesta.Legna sonríe de manera peligrosa y de repente sus ojos se tornan verdes, cuyo tono es el mismo de las plantas enredadoras que se encuentran en el fondo del río.De un momento a otro, Dylan cae de golpe y se hunde en el agua. Por más que lucha, no puede salir del fondo porque las plantas acuáticas se han enredado en sus tobillos y lo jalan con fuerza hacia la profundidad.Los gritos de Clara resuenan en el lugar, mientras que los demás b
Continente de los zollebs Cuatro años después...La chica flota por los aires con acrobacias hábiles; tan grácil y libre como si de un ave se tratara.Sus ojos se tornan grises y muy cristalinos, y de sus manos empieza a fluir una simple brisa, que se va transformando en viento hasta que un tornado se instala alrededor de sus piernas.Las fuertes brisas empiezan a mover los árboles con gran ímpetu y el cielo se nubla.—¡Suficiente! —vocifera Liah desde la superficie de gramas plateadas.Legna cierra los ojos y la fuerza del tornado va menguando hasta desaparecer, al mismo tiempo en que ella desciende despacio. Pronto las plantas de sus pies descalzos tocan el suelo de las gramas, que pese a su apariencia puntiaguda se sienten suaves como la tela de algodón.—¿Cómo lo he hecho? —inquiere Legna emocionada y a la expectativa de su repuesta. Para ella es muy importante la opinión del rey de los zollebs, ya que siempre ha admirado su poder y habilidades.Su abuelo, un hombre de tez tersa