Él usa su habilidad zolleb para transportarse más rápido a donde sea que su instinto le indica, pues no tiene claro cuál es su destino. Por un momento siente emoción al creer que se convertirá en lobo al fin, pero esa idea se esfuma cuando siente el llamado de auxilio de la tierra donde nació.Tras varias horas de movilizarse por medio de los árboles, haber saltado colinas y reconocer algunas de las montañas que le dan a entender que ya no está en su manada, Ryan decide detenerse para ubicarse, es cuando descubre que el sol está por ponerse. «Debo continuar», se anima y retoma su viaje.Pese a la velocidad con la que logra desplazarse, le toma unas tres horas más llegar a donde sea que su instinto zolleb lo dirige. Un desierto lo recibe y en su pecho siente la necesidad de detenerse. La luz de la luna es débil, pero eso no es problema para un zolleb o licántropo, puesto que pueden ver sin inconvenientes en la oscuridad.—Eres tú... —dice él cuando descubre a su amiga rata allí—. ¿Qué
Legna y Alexa flotan por encima de unos territorios infestados por la plaga. Puesto que los insectos son muy escurridizos, en especial en la noche, las dos pelirrojas han encendido llamas que flamean junto a ellas en el aire, de esa manera les es más fácil combatirlos.—Cubre el sur, que yo cubriré la parte norte —comanda Alexa a su hija, quien le responde con un asentimiento.A una distancia prudente, Tron, Riu, Dylan, Arel y sus hijos, todos convertidos en lobos, ayudan a los habitantes a evacuar la zona, al conjunto de sus guerreros y las naves de Tron.Mientras tanto, Ryan llega a Fuerza de bronce y deja a la niña en su casa con Alexandra y los sirvientes. Antes de irse, él le agarra la mano y la mira con dulzura.—Prométeme que te quedarás aquí junto a mi hermanita. Volveré pronto y te ayudaré a encontrar a tu hermanastro. Alexandra es tu responsabilidad ahora, ¿me lo prometes? —Pone esa mirada encantadora que los zollebs suelen usar para obtener lo que desean, por lo que la niña
Todos se reúnen en el gran comedor donde el almuerzo es servido. Los sirvientes desfilan con manjares exquisitos y bebidas caras, para el deleite de las tres familias que conversan acerca de las consecuencias que enfrentarán tras aquel evento.—¿Creen que haya más lugares afectados con la plaga? —inquiere Clarice, quien luce pálida por la preocupación.—Es posible. Incluso sería bueno revisar las tierras de mi manada. Solo espero que esta pesadilla termine pronto —contesta Tron cansado. De a leguas se le nota el agotamiento, tanto físico como mental.—Hablaré con papá para ver si podemos convocar a otros zollebs que nos ayuden —añade Alexa mientras corta un pedazo de carne con los cubiertos. En ese momento, Ryan recuerda a su amiga, a quien no ve en la mesa junto a ellos.—¿Dónde está mi invitada? —cuestiona a los sirvientes que se encuentran colocados de forma estratégica, en caso de que alguno necesite ser asistido.Todos miran al chico desorbitados, en especial sus padres.—¿Tienes
Riú, Tron, Arel y Alexa se van a Rayo dorado para inspeccionar los alrededores y asegurarse de que la plaga no se haya extendido hacia allá, asimismo, buscan reunirse con los alfas y representantes de las manadas aliadas que se unirán a ellos.Por su parte, Otsana, Miha, Dylan y Legna se quedan en la casa de Riú y Alexa junto a Ryan y Alexandra hasta recibir nuevas instrucciones.—¿Dónde está Ryan? —pregunta Legna de repente, captando la atención de los demás—. No lo he vuelto a ver desde el almuerzo. Ni siquiera comió nada.—Cierto, él dijo que iba a buscar a su invitada, pero jamás regresó —concordó Dylan.—De seguro le dio vergüenza bajar después de que se descubriera que a él le gusta Clara. No sé qué le ven todos a esa rubia desabrida que siempre es la primera opción antes de conocer a sus mates —dice Alexandra mientras hace una mueca de disgusto—. Porque estoy más que segura que ella y Ryan no lo son.—Me parece que tu hermanita está muy adelantada a su edad, ¿no crees? —le susu
Tron, junto a Raf, Arel, Riú y Alexa, se reúne con los alfas y gammas aliados en un salón de reunión en su manada. Allí les explica lo acontecido.—El consejo siempre estuvo en contra de que los híbridos vivieran entre nosotros; sin embargo, tras dos décadas de ellos habitar en nuestros territorios, nos han sido de bendición —expone Tron con tono convincente.—Ahora todo tiene sentido —comenta unos de los alfas invitados—. ¿Saben cuántas veces tratamos de replicar la creación de la luna de Fuerza de bronce? Siempre nos preguntamos qué era lo que ella usaba para lograr ese efecto en nuestra ropa. ¡Si utilizó su habilidad zolleb! Con razón nunca pudimos lograr su hazaña.» Usted cambió la manera de nosotros vestirnos y su creación ha evolucionado nuestros comercios.Ha de saber que tendrá en contra a todas las fábricas textiles a las que afectó.—Me lo imagino. Siempre he sospechado que ellos buscaban la manera de replicar mi trabajo con todo y efecto para no depender de mí —responde Al
Ryan, sosteniendo por la cintura a su amiga, recorre todo el territorio aledaño al desierto, luego se aleja a las tierras desoladas, que en su mayoría son habitadas por lobos ratas o lobos solitarios.Todo sucede tan rápido que ella siente que se marea por ratos. Por suerte puede recuperar la compostura cuando aterrizan en los lugares donde perciben grupos de lobos ratas.—Sé dónde podemos encontrarlo —dice ella con voz temblorosa, debido a que teme que Tiro no haya logrado salir vivo de la manada que fue su hogar. Pese a su miedo, dentro de sí lucha por mantener la esperanza de encontrarlo con vida.—¿A dónde? —inquiere él.—Es una manada que se encuentra en el límite de esta región... —Ella no termina de hablar porque percibe un olor que se le hace muy familiar, gracias a que están cerca de la superficie y Ryan no está utilizando su habilidad en ese momento—. Es él... —balbucea nerviosa—. Tiro está en este bosque; baja, por favor. —Ella se remueve ansiosa mientras apunta en direcció
Alexa deja escapar varias lágrimas en el refugio del calor de su padre. Siente como si se le quitara un peso de encima. Estaba tan preocupada por él que no tenía paz, además, contar con su apoyo ante la nueva amenaza le da tranquilidad en medio de tanto caos.—¡Vaya! Deberé irme al continente humano más seguido si seré recibido así, mi cría. ¿Todo bien? ¿Por qué percibo tanta angustia de tu parte? ¿Acaso debo romperle las bolas al salvaje de tu esposo?Alexa ríe y lo encara.—Estaba preocupada por ti. ¿Cómo te atreviste a bloquear mis intentos de contacto? ¡Qué padre hace eso! —Ella empieza a llorar.—Estás muy sensible, querida Alexa; deberías calmarte un poco. Por cierto, debo presentarte a alguien.La mirada de la pelirroja se entrecierra un poco debido a la confusión y es cuando repara en un aroma diferente y del que había olvidado su familiaridad. De momento, la nostalgia le invade el corazón y los recuerdos de su vida como humana se reflejan frescos en su mente.Alexa busca por
Liah mira a Alexa con una mirada comprensiva y acaricia su mejilla con los nudillos de su mano derecha. Ella sonríe y se vuelve hacia el horizonte, donde el sol se pone con majestuosidad. El arrebol se entrelaza con un suave tono lila, creando un hermoso contraste entre el cielo y las montañas que rodean a Rayo Dorado.—Lamento mucho haber reaccionado de esa manera infantil. No quiero juzgarte por tus decisiones, es solo que temo que sufras. Eres mi padre y me preocupo por ti —confiesa ella avergonzada por su comportamiento anterior.Liah sonríe ufano. Se siente bien que su cría se preocupe por su bienestar porque eso significa que él es importante para ella. Y vaya que le hace feliz importarle a alguien de verdad.—No tienes que disculparte, te entiendo. En cuanto a mí, estaré bien, te lo prometo. —Él la abraza—. Ahora, vamos a tu manada. No sé por dónde empezar, pero debemos enfrentar este caos antes de que empeore.Alexa toma distancia y suspira.—Papá, todavía no estoy segura de q