No tenía una explicación para esta situación, la puerta del restaurante se abrió y ahí entró una señora que iba acompañada por el supuesto crítico de comida, ella al vernos nos sonrió amablemente.— Me gustaría aclarar el malentendido de ayer, la crítica de comida de hecho soy yo, les presento a Luigi, él es mi asistente personal y generalmente nosotros tenemos una manera de evaluar diferente al resto. No digo a qué restaurante voy a ir sino que es esta persona la que lo hace, ambos visitamos el local pero en mesas separadas y de esta forma vemos si los meseros junto con todo el personal se esfuerzan por atendernos de forma equitativa.— El plato que me sirvieron a mí también fue pedido por mi jefa — Luigi me miró y sonrió — tengo que reconocer que ayer me sobrelímite al tratarte de esa forma, tu cocina es exquisita y definitivamente tus valores morales son muy grandes.— Justo por todo lo sucedido decidí presentarme aquí, no solamente el restaurante tiene una estrella Michelín sino t
— Finalmente me encuentro de acuerdo contigo en algo, más específicamente en lo inicial porque del resto es una patraña, eres una cínica al ir a mi casa así de repente.Llegamos al hospital y los doctores le dieron prioridad al señor Lennox, me senté en la sala de espera, estaba preocupada por la salud de este hombre que veía como un padre. Miré las pantuflas finas y el pijama de este hombre, mis ojos se encontraron con los de Jesse y nuestras miradas no podrían ser más opuestas.— Quiero que te largues de aquí — él lloró — por tu culpa mi papá tuvo un infarto, nunca te debiste presentar en mi casa, te aborrezco con toda el alma. Me fuí de ahí mientras sentía que Jesse me observaba detenidamente, ahora estaba con el corazón agrietado y casi a punto de romperse; también me encontraba demasiado angustiada por la salud del señor Lennox y lo peor era que no podía saber si iba a mejorar de alguna forma. Tuve que ir al restaurante a trabajar, no podía detenerme solo por el hecho de que el
Jesse no quería tomar el collar pero tomé su mano y coloqué el corazón que años atrás me había dado, el que me acompañó en cada momento y a cada segundo desde el instante en el que me lo dió. Me di la vuelta y seguí lavando los platos, intentó tocarme pero me alejé de él como el diablo huye del agua bendita.— ¡No te me acerques! — lo miré con desprecio — ahora soy yo la que no quiere saber nada de ti, la que quiere que hagas como que no existe, me rompiste el corazón con todas tus humillaciones y tus acciones, eso no es algo que puedas reparar con facilidad.— Alexa por favor perdóname — él me miró con desesperación — no sabía que eras tú, pensé que solamente eras una tipa que se quería aprovechar de mi padre como muchas otras lo hacen, si hubiera visto este collar créeme que nada de esto estuviera pasando.— ¿Y se supone que eso cambia las cosas? Por favor Jesse, si piensas que con un perdóname vas a remediar las cosas estás muy equivocado — tomé un vaso y lo lancé al suelo — perdón
Me puse a limpiar el baño ya que no tenía más opciones, sabía bien que si Jesse hubiera querido evitar todo esto con una llamada hubiese tenido pero probablemente se encontraba lamentándose por el rumbo que tomaron las cosas. Al finalizar de está zona pude sentir un fuerte mareo, no es sencillo estar agachada casi todo el tiempo y menos con tres meses de embarazo. — Ya terminé de los baños — entré a la cocina y me asusté por el cerro de utensilios que había — pero que rayos, ¿Acaso pasó un terremoto aquí? — Demoraste demasiado y esos utensilios se fueron acumulando, apresúrate y deja de estar de floja que eso no se va a lavar solo, por cierto, ni se te ocurra utilizar la máquina de lavaplatos porque se gasta demasiada agua y jabón, hazlo todo a mano. Respiré profundamente porque bien sabía que nada iba a resolver con el hecho de discutir, lavaba los utensilios pero nunca acababa debido a que cada uno de los cocineros ocupaban una cuchara nueva para remover exactamente la misma mezc
Sentía como si me estuvieran clavando un puñal en el pecho, mi corazón roto terminó por quebrarse un poco más en el momento que miré a Jesse llorar, no, no podía aceptarlo como si nada hubiera pasado y creía que lo mejor en ese momento era ponerme a mí como prioridad.— Pero te encuentras embarazada de mi bebé, no me puedes hacer a un lado como si no existiera y lo sabes; mi papá también se va a entusiasmar al saber que va a ser abuelo.— Una cosa es que no quiera tener una relación amorosa contigo y otra muy diferente es nuestro bebé, ese derecho no pienso quitártelo porque sería un error de mi parte. Lo más recomendable es que llevemos un trato de amistad ya que hay un vínculo que nos une y que no es algo que se pueda romper, necesito llevar mi embarazo en completa paz y por eso voy a tratar de no pelear contigo si tú no me provocas.— ¿Y en serio crees que eso va a funcionar? Por favor Alexa, te conozco mucho más sin ropa que con ella, la mejor prueba es ese bebé que cargas dentro
Seguí llorando al escucharlo y cuando menos lo espere recibí un beso, me sorprendí pero no lo alejé sino que más bien lo acerqué a mí y mis brazos lo recibieron con total aprobación. Él puso una rodilla en la camilla y se apoyó con sus manos a los lados.— Te quiero Alexa — él besó mi frente — espera un momento que tengo algo para ti, no te lo había dado porque la ocasión aún no se presentaba.Él me dió una caja y al abrirla miré una pulsera de oro puro que traía varios colgantes, todos ellos con temática de cocina.— Te lo iba a dar el día de tu graduación pero por motivos evidentes no se pudo, decidí guardarlo para cuando te encontrará y pues ahí está.— Bonita manera de evadir las cosas — lo miré con reproche y él apartó su rostro — ayúdame a ponerla, quiero usarla en agradecimiento por tener este gesto y porque la pulsera no tiene culpa alguna de lo que pasó entre nosotros.Jesse me ayudó con la pulsera y una vez que la puso sonreí al verla tan linda, movía los utensilios de cocin
Sonreí al escuchar a Jesse casi suplicar por una oportunidad, no quería hacerlo sentir mal así que tomé su mano con afecto.— Escucha Jesse, quizás tenemos un vínculo que no se puede romper de ninguna forma, pero tienes que saber que no estamos en el siglo pasado en donde las mujeres tenían que casarse con alguien solo porque estaban embarazadas. Estoy respetando el derecho de que eres el padre de nuestra hija, sin embargo en mi caso soy harina de otro costal y tienes que ser consciente de ello, puedes hacer tu vida como más te venga en gana y yo también.— Pero Alexa, casarme contigo no es un castigo sino algo que te dije cuando era un niño, sabías bien que ese collar te lo hice con la promesa de que algún día me casaría contigo y ahora más que nunca es que quiero esperarte al final del altar.— Jesse, pasaron muchas cosas y quizás si las cosas se hubieran desarrollado de otra forma pues probablemente estaría encantada de casarme contigo — me solté de sus manos — pero ahora aunque tú
Por un motivo que desconocía me puse tan roja de la rabia que Jesse se asustó al pensar que la presión se me había subido, mis ojos se volvieron a aguar y en esta ocasión lloré muy fuerte.— ¡No, no, no! No quiero que llores — Jesse intentó limpiarme pero lo mordí en la mano — ouch, eso dolió mucho Alexa. No te pongas así que todo se puede resolver hablando.— Me dijiste eso porque no quieres que engordé, di que tienes gordofobia y vete de aquí — mis manos limpiaban mi rostro — te detesto Jesse Lennox, te recuerdo que por tu culpa voy a verme como un balón de fútbol, andale dime algo si sé bien que te mueres por decirme alguna estupidez, ¿Por qué no fue gastritis o colitis lo que me dió?Mi llanto se detuvo en el momento que Jesse me besó, abrí mis ojos bien grandes y él solamente me cargó sin ninguna dificultad mientras mis piernas se anudaban a su cintura.— Escucha, no me importa si engordas o no porque te amé cuando eras así y juré que me iba a casar contigo. Si me negué a complac