Sabía bien lo que era tener un bebé, esta niña sería la prioridad como el señor Lennox decía y nuestras necesidades iban a pasar a segundo plano, realmente soy genial, pierdo mi virginidad y salgo embarazada de una.— Tienes que buscar un espacio más grande y eso no se encuentra a discusión, en el apartamento que vives no puedes criar a una bebé, tienes la casa de tus padres y es bastante buena la idea ya que así vamos a poder estar al pendiente de ti y de cualquier cosa que pueda surgir.— Por eso no se preocupe que ya lo hablé con Jesse y me voy a mudar, en la casa de mis padres hay suficiente espacio para nosotras además de que ahí se encuentran los juguetes que me pertenecían cuando era una pequeña niña.— Yo me voy a ir a vivir contigo — me di la vuelta y miré a Jesse — no me mires de esa forma, no pienso dejarte sola en ningún momento ya que puede pasarte algo que te impida pedir ayuda y honestamente no voy a correr el riesgo que le pase no solo a nuestra hija sino también a ti,
Jesse me besó mientras me movía de la misma forma, cuando me cansé él comenzó a embestirme desde abajo y succionaba mis senos que estaban muy cerca de su rostro, nuevamente lo besé y mi mano se puso con delicadeza en su cuello. Me acosté encima suyo y sentí como estaba de húmeda, lejos de sentirme satisfecha fue que lo volví a montar pero en esta ocasión fue él que terminó encima de mí, empezó a moverse con una fuerza que me sorprendió y tomó ambos pies para juntarlos entonces comenzó otra vez con el vaivén de sus movimientos. Cuando sentí que un orgasmo venía a mí me apoyé por completo de mi espalda y quedé completamente arqueada mientras Jesse sujetaba mis piernas que se movían convulsivamente.— Por un demonio — me aferré a las sábanas — sigue, vamos Jesse sigue moviéndote de una puta vez.Jesse solamente emitió una sonrisa y me siguió embistiendo, podía sentir cómo las venas palpitaban en su miembro erecto mientras mi cuerpo agradecía por cada maldita sensación de placer brindada
Me reí al ver a Jesse tomar el vibrador como si fuera la peor cosa que hubiera en el mundo, no podía creer que estuviera sorprendido de algo que toda mujer debe de tener.— Por comenzar no lo voy a tirar, eso me lo auto regalé con el primer pago que me quedó libre de la cafetería — puse mis manos en mi cintura — además te informo que por el hecho de tener un vibrador no pasó a ser una mujer indecente, solamente atiendo las necesidades de mi cuerpo y eso es todo.— ¿Señor G? — él leyó la inscripción — ¡Qué significa esto Alexa! No puedo creer que hasta nombre tenga, además porque diablos le has puesto eso.— Bueno, el día que lo compré en la tienda de sex shop pues estaba la promoción de inscripción gratuita y no iba a decirle que no a algo que es gratuito, casi cualquier cosa que te regalan tienes que aceptarla — alce mis hombros con naturalidad — ahora si lo dices por el nombre pues creo que es obvio y no tengo que explicarlo tanto.— ¡Eres una puerca! Se supone que eras virgen y que
La cara de Jesse sinceramente daba risa pero no pensaba admitirlo, tampoco el hecho de que lo seguía queriendo y que en el fondo me preocupaba en ciertas ocasiones. — Eres increíblemente narcisista, en fin, al menos en esta ocasión voy a manejar yo porque no quiero que tengamos un accidente sólo porque tú andas en las nubes. Salimos de la casa mientras miraba a Jesse sonriendo de lado a lado. Llegamos al supermercado y decidí adelantarme para buscar la comida de Pelusa, él se quedó detrás mientras buscaba algo que quisiera, tomé la bolsa de comida que supuestamente era la más vendida entonces la coloqué en el carro y fui a buscar al señor tonto; al llegar donde estaba me dió ternura ya que miraba un mameluco de mariquita, también traía otras prendas a juego. — Oh — él me miró — así que ya estás aquí, ven que quiero que vengas algo que me gustó pero no sé si te va a gustar a ti. — Si te gusta a ti solamente ponlo en el carrito — me acerqué y le sonreí — recuerda que la bebé es de l
Jesse me dió un beso en la frente y siguió sacando las cosas, ya tenía casi todo lo de la cocina desempacado, me senté a desayunar mientras él colocaba las sartenes en sus lugares. Pensaba en qué hacerle de comer así que fui a la refrigeradora y encontré todo muy bien ordenado. — Vaya, ¿Tú has hecho esto? — señalé dentro y Jesse asintió — pero si ni yo ordeno tan bien las cosas, ¿Dónde aprendiste a hacer tal cosa? — Fue Lena la que me enseñó, ella era muy quisquillosa con las cosas y cuando iba de visita a su casa pues me tocó aprender porque casi se muere cuando le mezcle los yogures que había comprado. — Oh, ya veo — le sonreí a medias — al parecer esta chica fue bastante cercana a ti, cuéntame más de ella que ya me tiene con la intriga. — No hay mucho que contar, simplemente fuimos compañeros de habitación y en algunas ocasiones que me tocaban vacaciones las fui a pasar con ella y su familia, porque papá decía que no era necesario que viniera hasta acá si solamente me daban una
Accedí a columpiarme y Jesse se puso detrás de mí mientras empujaba el columpio en el que por muchos años habíamos jugado. — Por cierto, ¿Tú limpiaste toda la maleza? — miré hacía atrás y Jesse me empujo — vamos, contesta de una buena vez que estoy con la duda. — Si, yo lo hice — nuevamente me empujo — tenías la maleza muy crecida y a ese paso solamente te ibas a meter en problema si alguna serpiente le picaba a alguien. — Gracias, ya tenía algo abandonada la casa pero la realidad es que con todo lo que debía hacer me era imposible venir a podar; de milagro no me volví loca, me hice mejor amiga del café que era el que me mantenía en pie para cuando tenía que estudiar o trabajar. — Y ahora estás recogiendo los frutos de lo que tanto te costó, realmente eres una mujer excepcional que siempre supera las expectativas que se tenían. Los días transcurrieron con normalidad, Jesse había comenzado a preparar la habitación de nuestra hija a pesar que le dije innumerables veces que no era n
Decidí tomarle la palabra a Jesse así que me quedé dormida en el camino, estaba en la parte más cómoda del sueño cuando empecé a mirar varios retretes en los que me quería sentar ya que sentía la necesidad de orinar pero había algo que me detenía. — ¡Me estoy orinando! — abrí los ojos y grité de repente — necesito ir al baño con urgencia, detente en este momento. — Pero si estamos en medio de la nada — miré por la ventana y todo era campo — escogí ese hotel porque da la tranquilidad que no tenemos en Londres, la gasolinera más cercana se encuentra a dos kilómetros así que vas a tener que aguantar. — ¡No, no me hagas esto! Si te digo que me estoy orinando y es urgente tienes que manejar como si el diablo te va siguiendo. — ¿Acaso no estás usando los tampones que te compré? — lo miré como si quisiera matarlo — muy bien, no me mires así que quiero estar involucrado en el crecimiento de mi hija y que ella me conozca en persona no a través de un retrato. Por suerte pensé en otra soluci
Me encontraba bien en ese momento y eso fue lo que le dije a Jesse, los oficiales nos dejaron ir sin problemas ya que sabían bien que no estábamos haciendo nada malo. Durante el resto del camino comencé a sentir como mi nalga dolía y después empezó a dormirse, llegamos al hotel entonces al salir no pude hacerlo ya que toda mi pierna estaba dormida. — Jesse — me apoyé en la puerta del carro — ven aquí que me caigo. Él llegó disparado y sin problemas me cargó, fuimos directo a la enfermería en donde me revisaron; el doctor me puso una medicina para el dolor y luego de un rato pude sentirme mejor. — Se durmió su pierna debido al dolor que le produjo la mordedura de la serpiente, por favor venga todos los días tanto en la noche como en el día porque voy a curarla debidamente — él puso una gasa en esa zona — llamaré a su esposo para que la cargue. Jesse entró y se tranquilizó al ver que me encontraba mejor, a pesar de que me sentía capaz de poder caminar no me dejó y me cargó nuevamente