Capítulo 3

            –Buenos días señoritas y señores, pasen por aquí por favor.

Saludó la recepcionista y los condujo hasta una sala de conferencias, en la cual tomaron asiento, Brooke Fanning y sus tres amigas frente a Austin Kendall y sus dos amigos, en la cabecera de la mesa se ubicó la doctora, fue ella quien tomó la palabra:

            –El motivo de esta reunión es para tratar el asunto del error que cometimos en el procedimiento de inseminación artificial para una de mis pacientes en el cual utilizamos la muestra G74 en lugar de la muestra 674 seleccionada previamente por ella, un error simple que en este caso arrastra terribles consecuencias. Tenemos políticas estrictas de confidencialidad, sin embargo, para esta ocasión ambas partes han aceptado encontrarse y así tratar de hallar una solución que se acomode a sus deseos.

            –Mi representada –intervino la abogada de Brooke–, acudió al procedimiento porque es una profesional exitosa, sin tiempo para relaciones, pero deseosa de ser madre, por lo que su elección fue la inseminación artificial al no querer lidiar con un encuentro tradicional. Quiere un hijo, solo de ella, así que la situación es bastante complicada para su posición.

            –Igualmente, mi representado –indicó el abogado de Austin–, confió en la clínica y depositó su muestra a la espera de decidir si se inseminaba a su novia o contrataban un vientre sustituto, obviamente también quiere un hijo y esperaba que la madre fuera su elección y no producto de un error.

            –Aún no sabemos si el procedimiento fue exitoso, faltan aproximadamente tres semanas para tener algún indicio –acotó la doctora–, les pregunto ¿hay alguna posibilidad de que compartan la custodia?

            –No –dijeron al unísono los abogados.

***

Austin le hizo una seña imperceptible a su abogado y este solicitó un momento a solas con su cliente, por lo que los tres hombres se pusieron de pie y salieron de la sala.

Al poco tiempo, regresó el abogado solamente e hizo la petición para que fuera internada, que alteró a Brooke.

            –Dígale a su cliente que vaya a fumarse unas gomitas. ¿Cómo se le ocurre solicitar algo semejante? –explotó Alexa al ver el disgusto de su amiga.

            –Entienda que a él le preocupa que cumpla a cabalidad el cuidado de su salud y está dispuesto a costearlo.

            –El cuidado de mi cliente puede ser costeado sin problema alguno, lo preocupante ahora es el futuro del bebé, ¿qué pretende su cliente?

            –Deme unos minutos por favor –solicitó el abogado–, salió y regresaron los tres hombres con los rostros inexpresivos, tomaron asiento en silencio.

            –¿Entonces?, ¿qué proponen? –indagó la doctora.

            –Si la receptora se embaraza, entregará al niño al darlo a luz, será debidamente indemnizada y podrá someterse a otra inseminación, esta vez asegurándose de que utilicen el material correcto –señaló Neal el abogado de Austin.

            –Si mi representada se embaraza, conservará al niño, si el donante desea tanto un hijo, puede depositar otra muestra e implantársela a quien quiera, también será debidamente indemnizado, además mi clienta está dispuesta a poner toda la distancia necesaria de por medio y a nunca revelar su identidad.

            –Mi cliente no está dispuesto a tener un hijo deambulando por el mundo sin seguridad ni protección.

            –Puede estar seguro de que el hijo de mi representada gozará durante toda su vida de protección, calidad de vida y una muy generosa fortuna.

            –Él tiene derechos parentales sobre ese niño.

            –A los cuales puede renunciar mediante un documento que redactaré y le presentaré una vez se conozca el resultado del procedimiento.

Durante este intercambio tanto Brooke Fanning como Austin Kendall se mantuvieron en silencio y sin expresión alguna, por lo que ninguno había revelado su identidad.

Finalmente, ambos abogados decidieron esperar el tiempo indicado por la doctora, para volver a comunicarse, ellos sin decirlo, coincidían que el mejor escenario era que la inseminación no hubiera dado resultado.

***

Toda la situación en ese encuentro fastidiaba mucho a Austin y nada de lo que escuchaba le satisfacía, porque definitivamente ninguno de los involucrados quería ceder.     

Por fin terminó la reunión y apenas salieron todos de allí, le dijo a Jared:

            –Averigua todo lo que puedas sobre esas mujeres.

            –¿Descarto a la abogada?

            –No, por ahora ninguna está fuera del juego.

Esa misma tarde, su mejor amigo y socio Jared Kimball llegó a la oficina muy entusiasmado, acompañado por el investigador que habían contratado y diciendo desde que cruzó la puerta:

            –Austin, se ha conseguido información interesante sobre las cuatro bellezas, pero te resumiré diciendo que solo dos están solteras, una es Brooke Fanning y la otra es Callie Mitchell, de esta en sus redes dice que tiene 33 años, es fotógrafa profesional con su propio estudio, le gusta viajar mucho y también está soltera.

            –Bien, centrémonos en Brooke, porque si Callie viaja mucho, no creo que tenga en sus planes inmediatos tener un hijo, de las que vimos ayer, ¿quién es quién?

            –Brooke es la de cabello dorado y ojos grises, Callie es la pelirroja con ojos azules –informó el investigador.

            –Vigile a Brooke, por favor –le pido al investigador.

            –Ojalá confirmemos que es ella ya que también te gustó mucho, a mí me encantó la pelirroja y no quisiera ser el padrastro de tu hijo –manifestó su socio y mejor amigo Jared.

            –¿Te estás oyendo? Sal de aquí a coordinar lo que pedí.

            –Jajaja –fue la respuesta que le dio su amigo.

***

Al cabo de un par de semanas Austin recibió un nuevo informe sobre Brooke Fanning y fue hasta la oficina de su socio para comentarlo.

            –Me llegó el informe sobre la chica de ojos grises –dijo apenas entró a la oficina de Jared.

            –Perfecto, ¿qué averiguó nuestro hombre?

            –Brooke Fanning, 34 años recién cumplidos, es la CEO de Vehículos BBF, tiene reconocimiento internacional como diseñadora de autos y además se graduó con honores en Ingeniería Automovilística, tiene un restaurante favorito al que va regularmente y es uno de los más caros de la ciudad, vive sola, pasa la mayor parte del tiempo en su oficina y tiene muy buena reputación entre sus empleados –leyó Austin.

            –Ay socio –intervino Jared–, no es la vieja solterona que te imaginaste, pero te aseguro que es una de esas feministas arrogantes, extremistas e irritables, que no quieren un hombre en su vida, solo nos usan para procrear cuando les provoca y eso es todo. La prefería solitaria y amargada.

            –No estoy de acuerdo contigo. Es joven, hermosa, exitosa, ¿por qué no casarse y tener familia?

           –¿Quieres apostar conmigo?, es una feminista y las otras tres son de su grupo extremista, ya no me gusta la pelirroja.

            –El investigador me dijo que, antes de venir para acá a traerme el informe la dejó justamente en su restaurante favorito y estaba sola, así que voy a ir hasta allá y me presentaré ante ella –anunció poniéndose de pie y avanzando para salir de la oficina de su socio.

No llevaba un plan determinado, su principal objetivo era conocerla personalmente, tal vez así lograría saber sus motivos para no casarse y tener familia de forma natural.

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