Capítulo 4

Brooke ya tenía el informe sobre Austin Kendall, Jared Kimball y Neal Bomer, el investigador de Alexa fue muy eficiente y en pocos días recibía en sus manos algo más de lo que se sabía públicamente. De pronto se puso ansiosa, esperaba no descubrir que el padre de su hijo poseía en su haber algún hecho escabroso.

Prefirió salir de la oficina y se fue a su restaurante favorito, leería la información acompañada de una copa de vino, lo necesitaba para calmar la ansiedad. Apenas tomó asiento recibió una llamada de su amiga Alexa.

            –Hola Brooke, ¿ya leíste el informe?

            –Estoy poniéndome cómoda para hacerlo.

            –¿Cómo te sientes?

            –Abrumada realmente, me había preparado mentalmente para las incomodidades propias de la inseminación y para los malestares producto del embarazo, pero el error de la clínica me ha colocado en una situación donde conozco perfectamente cómo luce el padre de mi hijo, cualquiera de esos 3 hombres pudiera serlo, aunque verlo no me dice cómo es su corazón o su mente.

            –Eso nunca se sabe a primera vista amiga.

            –Soy una tonta Ale, yo creí conocer el corazón y la mente de mi ex, lo amé incondicionalmente desde siempre y solo me quitó 10 años de mi vida. Él era único para mí, a quien le entregué todo mi ser y del que solo recibí engaños, traiciones y humillaciones de las más bajas, ese hombre congeló mi corazón, por eso no volví a enamorarme de ningún otro por muchas palabras bonitas y promesas que me hicieran, ahora para mí es imposible creer, porque él también sonaba sincero y todo era mentira.

            –Lamento mucho que te sientas así Brooke, pero ya pasaron 5 años de esa ruptura, ahora tu presente y futuro están en ese procedimiento que te hiciste. Revisa el informe para que tengas un poco más de conocimiento sobre ellos y esperemos los resultados de la clínica. Una vez que la doctora te los revele, me avisas para llamar al abogado Bomer.

            –Adiós Ale, te mantendré al tanto, besitos.

Se detuvo en la información de Austin Kendall, posible padre de su hijo y quien le llamó la atención desde el instante en que lo vio, era CEO de la cadena de hoteles de lujo Kendall a los que se había dedicado, ella los conocía y opinaba que eran fabulosos.

Su pareja es la modelo Lauren Adler, según ha notificado ella por todas sus redes. “Él no parece mal tipo, si las circunstancias fueran otras pudiera haber formado una familia con él, Dios, ¿te estás oyendo Brooke? ¡Qué patética!”

***

Austin llegó al restaurante con la idea de contactar a Brooke Fanning. Al entrar al lugar la ubicó y desde donde se encontraba podía detallar su precioso rostro. Su mente voló imaginando lo mucho que le gustaría acercarse y acariciar sus mejillas, tomar sus pequeñas y delicadas manos entre las suyas, mirarse en sus ojos y luego saborear su boca que le estaba atrayendo como un imán.

Se obligó a tranquilizarse, pensando en que solo lo dominaba la curiosidad al ver a una mujer tan hermosa, soltera y sin intención alguna de buscar pareja. 

La observó con mil cosas en su mente y por un momento la visualizó embarazada de su heredero, una idea absurda le cruzó por la cabeza, por lo tanto, la desechó de inmediato porque sería realmente una locura pensar siquiera en unir su vida a esa mujer solamente para que ambos logren conservar al bebé.

Vio que le servían otra copa y concluyó que ella estaba abusando de la bebida, por lo que tenía que intervenir. Se levantó y mientras caminaba hacia ella iba maquinando cómo hacer para que no consumiera más licor.

El cálculo resultó inútil porque apenas se acercó y llamó su atención tocándole el hombro, ella se dio una sacudida derramando todo el contenido de su copa sobre sí misma, su blusa de seda en un blanco inmaculado, ahora estaba empapada con vino tinto.

            –¿Usted? –exclamó reconociéndolo–. Pero, ¿qué le pasa?, ¡mire lo que hizo!

            –Perdón, perdón, pero yo no lo hice, usted saltó, yo sólo quería llamar su atención.

            –¿Para qué quiere mi atención?, y, ¿por qué tan sigiloso?, estaba concentrada en mis asuntos.

            –Discúlpeme por favor, no me dio tiempo de buscar una campana para avisar que venía.

            –Su cinismo no ayuda.

            –Su incomprensión tampoco, le dije que no era mi intención asustarla.

            –Arruinó mi ropa.

            –Puedo pagar la lavandería o comprarle otra nueva.

            –No gracias, ya hizo suficiente.

            –Ya le ofrecí disculpas. Permítame pagar su cuenta.

            –Dije que ya hizo suficiente, no insista.

***

Brooke trataba de secarse un poco la camisa con servilletas, cuando la alarma del teléfono le notificó de una llamada entrante, Kendall seguía hablando y ya ella no le prestaba atención, con un gesto de su mano le pidió silencio, él la miró estupefacto y ella casi se burló de su cara.

            –¿Aló?... Sí, dígame…De acuerdo, iré de inmediato –respondió la llamada.

Ignorando totalmente a Austin Kendall, cerró la llamada, sacó unos billetes de la cartera y se encaminó a la puerta, dejando al CEO plantado y aun con cara de desconcierto. Subió a su auto indicándole al chofer adónde debían ir lo más pronto posible, no pudo evitar pensar en lo ocurrido recientemente.

Le marcó a su amiga Alexa:

            –¿Aló?

            –¿Crees en las casualidades?, precisamente el hombre del que estoy leyendo un informe y de quien estoy pensando que pudo haber sido ideal para formar pareja y tener hijos, arruinó mi camisa de seda preferida, torpe y precioso, cínico y con una mirada profunda, es arrogante y su perfume me encantó.

            –¡Vaya Brooke!, ¡¿te molestó o te deslumbró el hombre?! Dime quién es, qué te hizo y por qué estabas pensando que es ideal para formar pareja.

            –Estaba leyendo sobre Austin Kendall, él me hizo derramar una copa de vino sobre mi blusa blanca de seda –respondió haciendo pucheros como niña.

            –¿El torpe y precioso, cínico, con mirada profunda, que es arrogante, pero su perfume te encantó?

            –Sé que tienes una mente privilegiada y por eso eres la mejor abogada del mundo, pero no te burles, a todas nos gustó él más que los otros dos –solo escuchó la risa de su amiga en respuesta, así que continuó diciendo: me llamaron de la clínica, voy en este momento a buscar los resultados.

            –Me avisas al tenerlos.

            –De acuerdo, adiós.

Entró a la clínica ansiosa, veía la mancha de vino en su camisa y volvía a sentir la molestia contra el torpe, idiota y hermoso de Kendall, pero ese hecho era superado por lo que debía decirle la doctora. Esa mañana se había tomado muestras de sangre porque se ha sentido realmente mal y ahora sabría los resultados

            –Buenas tardes doctora, dígame, ¿qué resultados tenemos?

            –Sus niveles de la hormona GCH revelan resultados positivos, está embarazada, señorita Fanning.

No supo qué decir, una gran cantidad de emociones se instalaron en ella, su deseo se había cumplido. Luego de varias inspiraciones profundas en las cuales trataba de asimilar lo dicho por la doctora, finalmente manifestó:

            –Creí que la inseminación nunca resultaba la primera vez.  

            –Bueno señorita Fanning, ciertamente esto no es muy común en el primer intento, pero sí, el resultado es positivo, la inseminación fue exitosa.

            –¿Soy una persona terrible por no sentirme tan feliz como debiera?

            –Supongo que por las circunstancias no puede disfrutar este momento como lo había planeado, pero confío en que habrá una solución.

            –¡Buenas tardes! –ambas giraron hacia la puerta del consultorio al escuchar una voz de hombre, la doctora mostró asombro y Brooke se congeló.

            –¿Qué hace aquí señor Kendall? –exclamó la doctora.

            –Quiero saber el resultado del procedimiento, de eso depende la conversación que sostendré con la señorita Fanning.

            –¿Usted sabe quién soy yo?, ¿acaso me investigó y me siguió hasta aquí?

            –Sé tanto como usted sabe de mi desde el día que nos reunimos. Sí, la seguí porque quería conocerla.

            –Eso no es excusa para andar tras de mí, puedo denunciarlo por acoso.

            –Sabe que sería una denuncia ridícula porque ni siquiera le había dirigido la palabra antes de verla hoy en el restaurante. Ahora, dígame por favor, ¿cuál es el resultado?

Guardó silencio mirando a la doctora y él insistió:

            –De más está decirle que puedo averiguarlo por mi cuenta, prefiero saberlo por usted.

            –Con amenazas no va a lograr nada de mí.

            –Entonces, ¿puede dejar de ser tan gruñona y decirme cuál es el resultado?

            –No puede obligarme a decirle.

            –¿Quiere apostar conmigo?

            –¡Es usted muy arrogante!

            –Y usted es terca y obstinada. Respóndame de una buena vez.

            –Estoy embarazada.

            –De acuerdo, ¿podemos ir a un lugar tranquilo para conversar?

            –Pueden reunirse en nuestra sala de conferencias, nadie los molestará –intervino la doctora.

            –Preferiría salir a un café o restaurante, ¿cuál elige señorita Fanning?

            –La sala de conferencia.

            –¿Desconfía de mí? –le preguntó alzando una ceja de su bello rostro.

            –Sí, señor Kendall, desconfío de usted. Doctora, nos lleva a esa sala, por favor.

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