Rowena vio salir a alguien y es alguien muy astuto, ¿quién será?
Estaba impresionada con todo, lo había visto en sus sueños y ahora estaba delante de ella.—Es impresionante.Intentó entrar y no pudo. La puerta estaba atascada.—No puedo entrar.Cuando dio la vuelta, la puerta de la reja se abrió abruptamente y se dio la vuelta sorprendida y sintió un viento frío que emanó del interior y entró a paso lento.Dash comenzó a ladrar fuertemente, inquieto por los pasos de la joven. Rowena ignoró la alteración del animal y vio al ángel implorando al cielo y leyó.“En homenaje a mi querida hermana Ana Julia Vanoni.”Desaparecida en las llamas del infortunio. 23 de abril de 1943.Sintió un vuelco en el corazón, los ladridos de Dash eran bastante agitados e inesperadamente la puerta se cerró y ella se asustó bastante e intentó abrirla y estaba atascada. Miró hacia atrás, el ángel suplicante, el ambiente era extraño, denso y sentía que el aire le faltaba, las flores perfectamente cuidadas, el frío.El miedo, solo faltaba las llamas y, mientras forcejaba con l
Rowena analizaba la hierba y comentó.—Es hierba lobo, una hierba que espanta a los tuyos.Entonces ella siguió la ruta que el sujeto había seguido y Dash fue junto a ella.—Yo lo vi salir de la casa, alguien sabe cómo engañarlos.Pudo tomar cualquier camino, así que rastrearlo sería complicado. Fue ese momento en que Boris salió y el animalito fue a su encuentro y este lo acarició.—Dash, reporte de la noche.Dash gruñó como si quisiera decirle alguna cosa.—¡Qué olor es ese!Rowena le mostró la planta.—Es espanta lobo.—¡Quite eso, por el amor de Dios!Ella lo tiró lejos y le comentó.—¿Qué hace con eso, Rowena?—No es mío, es... Parece que alguien lo usó para despistarlos.—¿Despistarnos?—Dash estuvo inquieto toda la noche, parece que lo sintió, un extraño entró en la casa.Eso tensó a Boris que le dijo.—Eso es muy serio.—Anoche vi salir a un hombre de la casa, parecía huir. No sé, creo que alguien entró y robó, o que sé yo…—Lo que me dice me preocupa, vamos a la casa —le dijo
Estaba impresionada con todo, lo había visto en sus sueños y ahora estaba delante de ella.—Es impresionante.Intentó entrar y no pudo. La puerta estaba atascada.—No puedo entrar.Cuando dio la vuelta, la puerta de la reja se abrió abruptamente y se dio la vuelta sorprendida y sintió un viento frío que emanó del interior y entró a paso lento.Dash comenzó a ladrar fuertemente, inquieto por los pasos de la joven. Rowena ignoró la alteración del animal y vio al ángel implorando al cielo y leyó.“En homenaje a mi querida hermana Ana Julia Vanoni.”Desaparecida en las llamas del infortunio. 23 de abril de 1943.Sintió un vuelco en el corazón, los ladridos de Dash eran bastante agitados e inesperadamente la puerta se cerró y ella se asustó bastante e intentó abrirla y estaba atascada. Miró hacia atrás, el ángel suplicante, el ambiente era extraño, denso y sentía que el aire le faltaba, las flores perfectamente cuidadas, el frío.El miedo, solo faltaba las llamas y, mientras forcejaba con l
Bertino estaba en shock, no podía creer lo que su padre le decía en esos momentos.—Nunca me mordieron o infectaron, ¿cómo ha de ser esto posible?—Bertino… Tu madre era una de ellas.Eso lo llenó de sorpresa y Gilberto le explicó.—Suele pasar que no se manifiestan las cosas en normales y lobos, hay un porcentaje que no se transforma… Pensé que estabas en ese porcentaje.—¿Mi madre era una loba?—Sí, lo siento, hijo, la amaba y no esperé que esto sucediera.—Dios mío, debiste decirme.—Tienes 32 años, esto no debía pasar, es decir, no esperaba todo esto.Bertino le preguntó.—¿Qué será de mi ahora padre?—Hijo, esto no es el fin del mundo.—De mi mundo sí.—Calma, ahora estás cambiando, pronto te estabilizarás y todo será diferente.—No quiero ser como ellos, no siento que pueda serlo.—Hijo… Lo siento, pero debemos ser fuertes y estar unidos.Bertino sollozó y Gilberto salió cabizbajo y Rowena se acercó a él.—La transición se está cumpliendo, solo debe de dominar su nuevo estilo de
Bertino recibió el impacto y cayó al suelo a varios metros. Rowena estaba impresionada por la reacción de Boris.—¿Qué te pasa?—No te acerques a ella.—Boris, por favor.Anabel miraba la escena impresionada.—Ella es mía.Bertino, molesto, se levantó del piso y le dijo molesto.—¿Eso piensas?—Es lo que te digo, debes de aprender a respetar lo que no te pertenece.—Eres muy volátil, no quiero ser como tú —se sacudió—. No soy un animal que lucha por una presa.Rowena les dijo entonces.—Cálmense, la señora Keller los puede ver y molestarse por sus acciones.Anabel tomó del brazo a su hermano.—Tranquilo, Boris, ya entendió el mensaje.Lo jaló hacia el interior de la casa y Bertino hizo una mueca, menudo legado le dejó su madre.**Anabel le dijo preocupada a su iracundo hermano.—Debes de controlarte, no es bueno que demuestres debilidad por una mujer.—Ella es mía.—Lo sé, lo sé, no puedes atacar a todos los de la manada.—Él no lo es —dijo con rabia.—Lo será, lo será.Enrietta bajó
—¡¡Me estoy quemando!!Tosía y a donde ella caminaba las llamas salían, comenzó a gritar “¡¡Auxilio, auxilio!!”.Las llamas la rodeaban y de ellas emergió una mujer. ¡La mujer del retrato!, Rowena se estremeció de verla frente a ella, se acercaba.—¿Quieres saber la verdad?—¡Déjame salir! —le suplicó.—La verdad está ante todo.Las llamas se intensificaban y de repente una luz resplandeciente atravesó el fuego y fue hasta ella, se intensificó y pudo distinguir a Alicia.—¡Alicia!—La verdad, ante todo —dijo molesta la mujer.—¡Ayúdame, Alicia!—Ven… —le tendió su mano.—¡¡Ella debe saber la verdad!! —gritó furiosa.—La sabrá cuando sea el momento —dijo la pequeña.Las llamas se apartaron de ellas y la joven pudo salir de la habitación. Rowena tosía desesperada en el pasillo viendo el humo y…—¿Rowena?Rowena se topó con Boris frente a ella y con un vaso de leche en su mano, respiró hondo y tosió un poco y él se acercó.—¿Qué le sucede?—Humo, fuego. Me estaba quemando.El joven percib
Bertino se acercó con una sonrisa a Rowena.—Hola, Rowena, ¿cómo estás?—Bertino, muy bien, gracias, ¿y tú?—Soportando el cambio.Boris lo vio muy cerca de Rowena y eso no le gustó y se acercó.—¿Sucede algo?—Saludó con Bertino.—Sí, es bueno ver a las personas que nos dan una mano.—Rowena viene conmigo y se irá conmigo.Bertino no entendió sus palabras.—Cálmate, pareces enojado.—Me enoja que no conozcas tu lugar en la vida —se acercó peligrosamente a él—. Y si no lo sabes, te lo voy a enseñar.Enrietta se acercó a su nieto.—Querido, ¿pasa algo?—Nada, abuela, le indicaba su lugar a Bertino.Camelia interesada se acercó a ellos, interesada en los dos apuestos mancebos.—¿Y este buen mozo joven, quién es?Bertino se presentó en ese momento.—Bertino Zaragoza.—¿Hijo del doctor?—Sí, para servirle.—Impresionante.—Bertino está en proceso de ser uno de nosotros.—Vaya, interesante.Boris solo pensaba que para muchos ese perro sería una novedad por el momento.**Anabel sonreía radi
Boris escuchaba la propuesta de Gamalel y les dio el mensaje.—Nos sentimos honrados por su propuesta, pero debo hablar con mi hermana.Enrietta entró en ese momento y le dijo a su nieto.—Vinieron a hablar conmigo y no me dices nada.—Abuela, como alfa de la manada, Keller puedo tomar decisiones.—Con respecto a alianzas, no me interesa que tengamos las mejores alianzas.Leyó el pergamino y lo miró detenidamente.—Gamalel es fuerte, muy fuerte, me agrada.—Anabel no quiere eso.—¿Desde cuándo nos importa la voluntad de tu hermana?Boris, sorprendido, le dijo a su abuela.—Mi hermana es rebelde.—Esto la ayudará a cambiar su actitud y hará un bien por la manada.Boris no sabía si eso sería cierto, tenía claro que su hermana odiaría las imposiciones.**Rowena revisaba los apuntes de su abuela y vio un método para atraer a los lobos, tal vez si hacía eso podía atraer al lobo gris y hablar con él.Se tenía que hacer de noche y usar una hierba y un poco de su sangre en una fogata. Decidid