—Tenemos los equipos uno y dos en la entrada principal, los equipos tres y cuatro a ambos lados de la casa en las entradas laterales y los equipos cinco y seis aquí mismo. Todos esperan tu señal.Su voz es sombría. Puede que sea un bromista hasta la médula, pero incluso Jack Landong sabe cuándo es el momento de callarse y hacer el trabajo. Y ahora ese momento ha llegado. Miro a mis hombres dispuestos en la oscuridad detrás de mí. Todos están preparados con sus armas. Cada uno de ellos me hace un gesto de asentimiento cuando mi mirada pasa por encima de ellos.Al diablo. Vamos. Me ajusto el chaleco antibalas y le hago un gesto a Jack. —Ya es hora.—Entonces pongamos en marcha este espectáculo —dice Jack con regocijo, chocando sus manos. —Recuerden —les digo a mis hombres.—No tomen prisioneros. El trabajo debe ser limpio. El único que va a sobrevivir esta noche es Doménico Gambino. Y él me pertenece.Dos docenas de hombres corren a través de la noche al amparo de la oscuridad. Hay silen
Catherine. Salto en la cama, jadeando en voz alta cuando finalmente me despierto. El movimiento provoca dolor y espasmos en todo mi cuerpo. Grito de dolor y vuelvo a caer sobre la cama sorprendentemente suave. Tengo que parpadear constantemente para obligar a mi visión a enfocarse. La habitación en la que estoy es pequeña. Sin embargo, el piso tiene alfombra y no hay ventanas. Es bastante limpio. Inmediatamente, reviso mi cuerpo en busca de daños permanentes, como huesos quebrados, pero no los hay. Suspiro de alivio y me desplomo en la cama. Suena la puerta de la habitación y entra una mujer de pelo rubio. Ella trae una bandeja con comida humeante y bolsas colgadas de sus brazos. Ella deja las bolsas y arrastra la mini mesa al lado de mi cama, colocando la comida hacia abajo. Me sonríe. ---Veo que estás despierta. Miro con confusión. Lo último que recuerdo es que mi padre estaba inconsciente en el auto y la gente no tan amigable detrás de nosotros. Mi estómago gruñe con fuerza, y
---Levántate --- Su voz me saca de mis pensamientos. Inmediatamente, me pongo de pie. Él se levanta conmigo y camina hacia mí, sus ojos se posan en el lunar de mi cadera. Pasa su pulgar a lo largo de la piel, e inmediatamente doy un paso atrás por instinto, no queriendo que me toque. Aparece una pequeña sonrisa en su cara. ---Veo que tienes temperamento --- Su voz está llena de irritación. ---Tendremos que cambiar eso. No quiero molestias o negación a la hora de que te quiera follar. Rápidamente, jadeo y tropiezo hacia atrás, tratando de poner más y más distancia entre nosotros. Mis ojos están llenos de lágrimas que se desbordan. ---Por favor… no… --- Mi voz sale temblorosa y baja. Sus ojos brillan, y una sonrisa malvada se extiende por su rostro. ---M*****a sea, eres hermosa cuando lloras. Puedo verme disfrutando, viendo tus lágrimas. Sé que lo haré. --- se acerca a mí. --- Y, el sonido de tu voz rogando... m*****a sea, quiero follarte ahora. Él da un paso más cerca de mí otra
LUCIAN.Siento cómo el hueso se me rompe al golpear al hombre en la cara. Se tambalea hacia atrás, cayendo de espaldas, completamente inconsciente.---¡Daniel! ― le ladro. ― ¡Acaba con él!Ni siquiera me vuelvo cuando uno de los soldados de mi antiguo escuadrón, pasa por encima del cuerpo del hombre inconsciente disparando varias rondas en él.¡Mierda! Literalmente me estoy volviendo loco. ¡Catherine se ha ido! ¡Jodidamente ido!No puedo comer, no puedo dormir, y cada vez que intento cerrar los ojos, su imagen en el vestido de novia me atormenta. Por otra parte, ese cabron de Dante Santiago, se ha largado. Tuvo la desfachatez de no presentarse a la iglesia, si no es porque sé que ese pendejo está en Detroit, juraría que se atrevió a llevarse a Catherine. Pero no, su padre nos contó todo lo que sucedió cuando se la llevaron. Mientras que Sofía tuvo que sedarse. Bella, a pesar de ser aún tan pequeña, extraña a su madre. Debido a toda esta situación, no puedo permitirme bajar la guardia,
NEW YORK, SEIS HORAS ANTES. El hombre observaba la fotografía en su mano; la belleza de Catherine tiene un precio. Además, su mirada es dominante. Se puede apreciar que esta mujer es decidida, alguien que sabía lo que quería. Le dio a luz un hijo a su exmarido, Jorge la está siguiendo desde hace tiempo, según la información que Víctor le había proporcionado, la orden es que no vuelva hasta que no finalice el trabajo. Tras llegar a la ciudad, se instaló en un hotel en el área de Fordham. Por alguna razón desconocida, había dudado en hacer esto. No entendía por qué se le asignó un trabajo como este. Matar a una madre y su hijo era algo que, incluso para él, resultaba demasiado. «¿Qué podría haber hecho esta mujer?» No recordaba nada, no tenía idea de quién era, pero Víctor le había sacado de ese infierno y ahora le debía lealtad. Tenía varias semanas en la ciudad y aún no se había acercado lo suficiente al objetivo. Víctor le informó del lugar donde debía cometer el asesinato. Despué
LUCIAN.Después de ver a mi hija, Jack llego con información, me dirigí rápidamente a mi estudio. En el video de seguridad de la mansión de los James, se captó a un hombre sospechoso, quien ahora se encuentra bajo nuestra custodia. Algo me decía que de esta persona obtendría información del paradero de Catherine. Sin perder tiempo tomé las llaves del auto y salí en dirección a donde lo tenían mis hombres. Jack y Daniel venían tras de mí.Cuando entre al oscuro pasillo que conducía al sótano insonorizado, mi cuerpo se tensó. El aire a mi alrededor era rancio y mis pasos eran firmes contra el silencio, mientras me preparaba para lo peor. Abrí la puerta, vi a un hombre ensangrentado atado a una silla. La sala del sótano estaba vacía, excepto por la silla en el medio y una mesa en la parte de atrás, cuatro de mis hombres estaban parados a su alrededor. Eran mis hombres de confianza. En el momento, no reconocí al prisionero, pero cuando me miro, sus ojos estaban llenos de terror. Me acerqué
Mis ojos se abrieron de golpe cuando sentí un dedo sondear mi entrada. ---¡No! --- Grite, mi voz llena de horror. ---Hmm… ¿Esto es para mí, amor? ¿Estás mojada para mí? Horrorizada, me congelé, y el entumecimiento se apoderó de mí. Víctor me acuno bruscamente contra mis piernas, su palma presionando con fuerza contra mí. Me estremecí de miedo y asco. La sonrisa en su rostro hizo que mi estómago se revolviera tanto que pensé que me iba a enfermar. Todos los días eran dolorosos. Todos los días mi cuerpo era abusado. Todos los días mi alma se rompía un poco más. Todos los días deseé estar de vuelta en los brazos de Lucían y junto a mi hija. Y todos los días esperaba que él me encontrara. Pero no había venido por mí. Todavía esperaba que lo hiciera. Pero prendí que pelear solo empeoraba las cosas. Las lágrimas cayeron sobre mis mejillas, y no me moleste en limpiarlas. Víctor sonrió al verlas, y me dolió el corazón. Débil. Era muy débil. Estaba avergonzada de mí misma. Estaba sucia
Lucían. Cuando el auto se detuvo salí rápidamente. Esta vez Jack e Igor tomaron la delantera, mientras que yo me quedaba en la parte trasera. Jack abrió la puerta y entramos en cuestión de segundos, tan pronto como lo hicimos, las armas comenzaron a disparar y las balas volaban. ¡El cabron, estaba listo y no estaba solo! Los hombres de él rodeaban la casa, y me agaché rápidamente, esquivando una bala que podría haberme perforado la cabeza. Gruñí de frustración y disparé al hombre frente a mí, mi bala atravesó su corazón. No tenía tiempo para juego de niños. Me di la vuelta y disparé a cualquier hombre que se cruzara en el camino, balas en sus piernas, algunas en el cuello y otras en sus cabezas. A pesar de todo, Víctor no se encontraba en ninguna parte. Un cobarde. Por supuesto, no estaría en ningún lado. Cuando la mayoría de sus hombres estaban acabados, asentí a Jack e Igor. Buscaron en la casa mientras yo continuaba disparando al resto de los hombres. Vi a uno de ellos para