NÚMERO DESCONOCIDO
Buenos días, sólo mando mensaje para recordarte que eres un ¡Idiota!
Tomo el móvil al escuchar que vibra sobre mi mesa de noche y leo de nuevo.― Buenos días.― Murmuro y vuelvo a dejarlo sin contestar el mensaje.
Hoy es un día aburrido, ya que no iré a la oficina si no a la casa de campo de un Styles, uno de los hombres a los que hay que hacerle la barba para que te dé lo que necesitas, algo que se me hace sumamente inadecuado ya que yo soy más rico que él y él insiste en que lo alabemos. Me pongo mi traje de color azul marino, una corbata a combinación y zapatos café. Me peino frente al espejo, me recorto la barba y el bigote y me hecho un poco de loción sobre el cuerpo, todo de manera tan automática que ni siquiera me percato si me veo bien o si me veo mal.
Me pongo el reloj de pulsera, son las nueve de la mañana, me acomodo la corbata, tomo la cartera, el móvil y salgo de la habitación. Hoy el día amaneció... con luz, es todo lo que puedo decir, desde hace tiempo no sé como expresar lo que me rodea, es como los colores, entre traje es azul, ese auto es rojo, hoy el día tiene luz, tal vez en de mañana tenga sombra, no sé.
―¿A dónde señor?― Me pregunta el chofer cuándo le doy la pequeña maleta de cuero con un cambio de ropa deportiva y la pone en la cajuela.
―A la casa de Styles.― Digo sin ganas.
―En seguida.
Me subo al auto y saco el móvil para comenzar a revisar mi agenda.― Hoy Styles, mañana oficina hasta las seis, luego cena con Lois Clarence, pasado mañana...
NÚMERO DESCONOCIDO
Toc, toc.
―Dios.― Murmuro y elimino el mensaje con el dedo.
NÚMERO DESCONOCIDO
Toc, toc.
Vuelve a llegar un mensaje.
―Dios.― Digo más fuerte y vuelvo a ignorarlo.
NÚMERO DESCONOCIDO
¡Toc! ¡Toc!
―¿Es en serio?
―¿Disculpe? ― Escucho a mi chofer.
―No, nada... algo con el móvil.― Contesto.― Pasado mañana comida con los Carter Blossom.
Termino de revisar y guardo el móvil para ver por la ventanilla, me quedo viendo el paisaje ― Toc, toc..― Murmuro. Así que saco de nuevo el móvil de mi bolsa.
QUENTIN VALOIS
¿Quién es?
Contesto y con el móvil en la manos y luego vuelvo a guardarlo en la bolsa de adentro de mi saco.
―Llegamos señor.
―Gracias.― Contesto y me bajo del auto.
El chofer me da la maleta y luego camino hacia la entrada donde uno de los sirvientes me da la bienvenida, me quita la maleta de las manos y el móvil vibra.
NÚMERO DESCONOCIDO
¡Soy!
QUENTIN VALOIS
¿Qué soy?
Contesto.
―¡Ah! Valois.. El soltero más codiciado. ― Escucho la voz de Styles mientras baja las escaleras.
Richard Styles, este viejo lobo de los negocios baja con esta ropa deportiva que no deja mucho a la imaginación, seguido de su jovencísima esposa a la que todos llaman "Puppet" aún no sé por qué.
―Buenos días.― Saludo sin muchas ganas.
―¡Hola Quentin! Bienvenido a mi hogar, es un honor tener a un amigo tan codiciado en el mundo de las mujeres como tú.
Sonrío por convivir―Gracias Puppet.― Contesto.
―¿Un partido de tenis? ― Pregunta Styles.
―Claro... iré a cambiarme.
Entro al cuarto de visitas que siempre tienen preparado para mí, comienzo a desvestirme cuando recuerdo que contesté el mensaje. Saco mi móvil y veo que dice "Número desconocido"
NÚMERO DESCONOCIDO
¡Un idiota!
―Soy un idiota... ― Murmuro y por primera vez en tantos años esbozo una sonrisa. Aviento el móvil hacia la cama, termino de vestirme como mi ropa para jugar tenis, guardo todo y salgo de ahí.
Antes solía llevarme el móvil para todas partes por si mi familia me llamaba, ahora, me da igual, así que bajo sin preocuparme por nada y me voy con ese hombre y su plástica mujer a jugar el juego en el que menos experiencia tengo.
Pasó la tarde en casa de los Styles, me río de sus chistes sólo por convivir, en verdad los detesto, después de la comida cierro el trato que tenía pendiente con él, soporto las miles de recomendaciones de mujeres que Puppet quiere presentarme, su amiga Jenny, su prima Carolina, la amiga de su amiga que es increíblemente guapa y "natural" y luego salo de la casa agobiado por todo.
Odio mi vida, de verdad lo hago, murió la mujer de mi vida, mis hijos y mi alegría con ellos, hay días en los que sólo espero que pase algo para justificar que estoy haciendo algo con mi vida. Tengo todo el dinero del mundo y aún así no me puedo comprar una.
Regreso a mi piso, hago lo mismo que la noche anterior sólo que esta vez no merezco un té si no una whisky, ahora comprendo porque Styles se la pasa ebrio, con la plática que tiene Puppet cualquiera debería estar ebrio para soportarla. Comienzo a leer los papeles ―Soy un idiota.― Murmuro y voy por el móvil a mi habitación para traerlo a la sala y abrir el último mensaje, lo observo con detenimiento y escribo.
QUENTIN VALOIS
Pensé que era un cabrón.
Contesto y dejo el móvil sobre la mesa, tomo los papales e inmediatamente una respuesta llega.
NÚMERO DESCONOCIDO
Al menos lo aceptas.
QUENTIN VALOIS
No es que lo acepte, sólo que eso fue lo primero que enviaste, así que... supuse que era un cabrón, ahora soy un idiota, en fin, no sé quién seas y como hayas conseguido este número pero no te conozco así que te pediré que dejes de enviarme mensajes. Gracias.
Me quedo en silencio viendo el móvil esperando una respuesta pero parece que la persona ha comprendido que no tengo tiempo para mensajes idiotas. Ya los he soportado lo suficiente. Termino de revisar los papales, me tomo lo que sobra del whisky en mi vaso y me levanto del sofá.
―Soy un idiota.― Vuelvo a repetir y entro a mi habitación sin decir más.
Abro los ojos antes de que el despertador suene, una costumbre que tengo desde hace tiempo atrás. Me pongo de pie, me visto con ropa deportiva y bajo al gimnasio que está al lado del lobby, me pongo los auriculares para escuchar las noticias financieras, las nacionales y las internacionales, cuando vienen los espectáculos sé que he corrido lo suficiente. Veo la hora, siete de la mañana, justo a tiempo.Mientras camino de regreso a mi piso con la toalla sobre mi hombro reviso si tengo correos urgentes, los leo, los califico y luego leo los mensajes todos son de Vivianne.VIVIANNE Buenos días señor Valois, Lois Clarence quiere confirmar su cita a las 7:00 pm. Si es así en qué restaurante.
Seis de la mañana, suena el despertador. Camino hacia la habitación y lo apago, no sé porqué la sigo programando si siempre me despierto antes de que suene. Me visto con ropa deportiva, bajo al gym hoy tocan pesas. Mientras hago mi rutina escucho las noticias, financieras, internacional y nacionales, llegan los espectáculos, he terminado.Tomo el móvil y veo los correos, los ordeno por importancia, luego paso al calendario veo lo que tengo que hacer hoy y la leyenda "Comida con los Carter Blossom" es lo único que hay en el calendario, lo demás, ofician. Paso a los mensajes y veo los de Vivianne.VIVIANNEBuenos díasSeñor Valois. El señor Carter Blossom acaba de
Dejo el móvil sobre la mesa y me tomo de un sorbo el whisky.―No debí haber hecho eso.― Murmuro y tomo el mensaje para borrarlo cuando el móvil vibra y lo dejo caer sobre el suelo. Lo dejo un segundo ahí y la leyenda "Número desconocido" sale en la pantalla.Por un momento me quedo viéndolo atento, ya no hay marcha atrás o podría ignorarlo como lo hago, pero es imposible, es un mensaje de "Número desconocido" o de "Vivianne" así que no me puedo distraer con otros mensajes, en pocas palabras nadie me escribe.Lo tomo del suelo y antes de abrirlo voy por otro whisky, me sirvo medio vaso, me lo termino de un sorbo, me sirvo un poco más y regreso al sofá, me acomodo y abro le mensaje.
Suena la alarma, seis de la mañana, la apago. Ya estoy vestido con ropa deportiva, me enoja pensar que no podré escuchar las noticias financieras, nacionales e internacionales. Hoy toca hit, me pongo a hacer la rutina, 100 burpees que hacen que toda mi ansiedad se vaya, los hago dos veces a la semana porque me hacen sentir bien, aunque mi entrenador me dice que es pésima idea que los haga todos, no me interesa, le pago para que me ponga rutinas de otro tipo.Termino de hacerlos y doy por hecho de que estoy a tiempo, camino hacia el elevador del lobby y Carlo el chico de la entrada me saluda, volteo.―¿Disculpa? ― Pregunto.―Buenos días señor Valois.― Repite sonriente.―Buenos días.― Mur
Me arrepiento de haber enviado ese mensaje, pero no porque no quiera contestarle, si no por el hecho de que no podré hacerlo. Así que vuelvo a meter el móvil dentro de la bolsa interior de mi saco y me pongo frente a la puerta junto con Vivianne. Se abre inmediatamente.―Welcome, Mr. Carter will be here in a minute.― Nos dice el mayordomo y ambos entramos al elegante piso.Vivianne entra primero y yo lo hago detrás un poco más ansioso de lo normal, no sé si por el mensaje o porque de pronto me empezará un ataque de pánico ya que son tan espontáneos que no sé cuando llegarán.Respiro profundo y trato de tranquilizarme. Pasamos a la sala donde nos instalamos en el sofá mientras
Bajo del avión con el móvil en la mano y subo a la camioneta, es noche, muy noche y me sorprende saber que número desconocido, ahora Isa, me conteste a estas horas ¿será una persona que sufre del mismo mal que yo?Vivianne bosteza y no está demás, fácil llevamos unas 12 horas despiertos o más, pero yo estoy acostumbrado, o más bien, he dormido dos veces en el avión. El auto arranca y vamos directo hacia mi edificio, voy observando del mensaje una y otra vez mientras repito "Isa" varias veces.―Mañana a primera hora le entrego el chip que pidió.― Me dice Vivianne.―Gracias. Hasta mañana. Le comunico.―Señor, mañan
Abro los ojos. La luz me indica que he dormido más de la cuenta. Me encuentro recostado sobre el suelo con el móvil al lado sintiendo toda la boca seca y la playera oliendo a sudor. Me levanto con cuidado y me percato que son las once de la mañana, no puedo creer que haya dormido tanto. Me estiro haciendo un pequeño ruido.―¿Quentin? ― Escucho una voz en mi móvil y al levantarlo me percato que la llamada sigue desde hace horas atrás.Lo tomo.―¿Diga?― Hablo inseguro.―Buenos días... ¿cómo te sientes? ― Pregunta Isa con un tono bastante tranquilo.―Extraño.― Confieso― ¿Es
―Listo señor Quentin, su envío va en camino.― Me dice Isa y yo sonrío.―¿Seguro que no es un problema?―No, todo estará bien... no es ningún problema, señor educación.Me río bajito, apenas se escucha, últimamente lo hago muy seguido―¿Entonces eres chef? ― Pregunto.―Algo así.―¿Algo así?―Sí, tengo una Dark Kitchen .― Me dice con tono de orgullo.―¿Dark kitchen? ¿A caso se te fue la luz? ― Bromeo y