Abro los ojos antes de que el despertador suene, una costumbre que tengo desde hace tiempo atrás. Me pongo de pie, me visto con ropa deportiva y bajo al gimnasio que está al lado del lobby, me pongo los auriculares para escuchar las noticias financieras, las nacionales y las internacionales, cuando vienen los espectáculos sé que he corrido lo suficiente. Veo la hora, siete de la mañana, justo a tiempo.
Mientras camino de regreso a mi piso con la toalla sobre mi hombro reviso si tengo correos urgentes, los leo, los califico y luego leo los mensajes todos son de Vivianne.
VIVIANNE
Buenos días señor Valois, Lois Clarence quiere confirmar su cita a las 7:00 pm. Si es así en qué restaurante.
VIVIANNE
Llamó el señor del Moral, preguntando si asistirá a la inauguración de su hotel en la Florida.
VIVIANNE
¿Latte descafeinado? o ¿espresso?
Para cuando termino de leerlos las puertas del elevador se abren juntos en mi piso y entro. Respondo rápido "Sí, el restaurante está por verse" "Confirma mi asistencia, regreso el mismo día" "espresso" y aviento el móvil en la cama. Me quito la playera y el pantalón deportivo junto con el bóxer los pongo en la ropa sucia y entro a la regadera para que ahora el agua fría corra sobre mi cuerpo. Comienzo a respirar agitado mientras las gotas que parecen granizo caen sobre mí. Me quedo bajo el chorro de agua un buen rato hasta que me acostumbro y sé que he superado esa prueba, mañana será caliente.
Salgo de ahí, me envuelvo la toalla en la cintura y con otra me seco el cabello, me observo al espejo y de pronto se me viene a la mente "soy un idiota" y me doy la vuelta para caminar hacia la habitación y tomar mi móvil, todos los mensajes leídos, ni una respuesta. Lo aviento de nuevo, prendo el televisor y voy hacia al armario para escoger el traje de hoy, estoy entre negro y más negro... últimamente mis trajes no tienen mucho color.
Me visto, tomo la cartera y el móvil, apago todo en mi habitación y salgo. Me encuentro a Nora de frente.
―Buenos días Señor Valois.
―Buenos días Nora, te pido en una hora bajes mis trajes al chofer para que los lleven a la lavandería, cambia mis sábanas y planchas mis camisas.
―Sí señor Valois.― Contesta y sin decir nada más se va a hacer sus deberes.
Bajo al lobby y en seguida mi chofer abre la puerta de la camioneta.― Buenos días, señor.
―Buenos días, a la oficina. ― Hablo y me subo para seguir viendo los correos en mi móvil.
Unos momentos después, bajo en frente de mi edificio y sin decir ni una palabra entro. Subo solo en el elevador y llego al último piso donde al abrirse las puertas de éste Vivianne me espera con un el espresso en las manos y un croissant.
―Quédate el croissant.― Contesto y tomo el espresso para tomarlo de un sólo sorbo. Tiro el vaso al llegar a mi oficina.
―Tiene una videoconferencia a las diez, a las doce una junta con sus inversionistas, a las dos una entrevista con el economista y a las siete la cena con Lois, sigue esperando el lugar.
Me siento sobre la cómoda silla y entrelazo mis dedos mientras el ordenador se enciende. De todo lo que tengo que hacer el único problema es que no sé qué restaurante será el lugar de mi próximo rato.
―Dile a Lois que ella escoja, me da igual la comida.
―Ella insiste que sea usted...
―No tengo tiempo para pensar en eso Vivianne, escoge tú y luego me dices donde voy.
―¿Seguro señor?
"Soy un idiota" viene a mi mente y tomo el móvil y vuelvo a leer el último mensaje que envíe a ese número que tanto me molesta. Leo los eliminados y llega ese nombre "La Croix"
―¿Conoces el restaurante "La Croix"?
―No señor, pero averiguo sobre éste.― Contesta Vivianne y luego se da la vuelta para salir de mi oficina.
La pantalla del ordenador se enciende y la foto de mis hijos y mi esposa sale como todas las mañanas.― Buenos días mi amor... hoy es otro día de mierda.― Le hablo y después acaricio a mis niños.
En seguida comienzo a hacer lo mío, veo los resúmenes de cada sector, hago una que otra observación, envío un correo a mi experto en finanzas y todo eso aburrido que ahora me mantiene vivo.
Después tomo mi móvil y vuelvo a leer el mensaje.
QUENTIN VALOIS
No es que lo acepte, sólo que eso fue lo primero que enviaste, así que... supuse que era un cabrón, ahora soy un idiota, en fin, no sé quién seas y como hayas conseguido este número pero no te conozco así que te pediré que dejes de enviarme mensajes. Gracias.
Parece que mis palabras fueron muy firmes porque ya no me contestó, dejó el móvil sobre el escritorio, trato de concentrarme en las finanzas pero lo tomo de nuevo y escribo.
QUENTIN VALOIS
¿Qué se come en el restaurante "La Croix"?
Lo envío y me pongo de pie. Observo por la ventana todo el paisaje que está en frente de mí, hoy el día es gris con todos de luz, veo a la gente pasar y a los autos ir y venir como si estuvieran dentro de una maqueta. El móvil vibra y yo volteo a tomarlo.
VIVIANNE
El restaurante "La Croix" es una fusión entre comida francesa y mexicana, es nuevo pero bueno ¿quiere que le haga reservación ahí?
Me quedo viendo el mensaje y escribo rápido.
QUENTIN VALOIS
No, en l' orangerie, me iré a los seguro. Avísale a Lois.
Vuelvo a mirar el mensaje que envíe y lo borro. ―Idiota.― Murmuro, me guardo el móvil en la bolsa interior de mi saco y salgo de ahí.
Hago todo lo que está en mi agenda de manera puntual y en forma. Terminó justo a las seis de la tarde lo que me da tiempo de ir a mi piso y cambiarme de traje e irme a mi cena con Lois Clarence, la que será mi nueva socia. Entró al restaurante y de pronto el móvil me vibra. Lo saco y veo la leyenda "Número desconocido"
NÚMERO DESCONOCIDO
Me pediste que te dejara de enviar mensajes y lo hice .
Sonrío levemente y antes de entrar contesto.
QUENTIN VALOIS
Lo siento si te molesté.
Entro al restaurante y la hostess me lleva a la mesa que reservé. Después de ponerme el menú en frente y de pedir un vaso con agua mineral el móvil vuelve a vibrar y esta vez lo veo de inmediato.
NÚMERO DESCONOCIDO
No me molestaste , sólo repetí lo que me pusiste ayer por la noche.
QUENTIN VALOIS
Al menos pensé que me podrías una respuesta.
NÚMERO DESCONOCIDO
¿Cómo qué? No había nada más que responder.
QUENTIN VALOIS
Un "lo siento por molestarte todo el día" estaría bien.
NÚMERO DESCONOCIDO
No sabía que te molestaba. Pudiste habérmelo dicho antes, así que tú tienes la culpa de eso.
―¿Qué? ― Expreso en voz alta mientras veo la pantalla de mi móvil―¿Ahora es mi culpa que me molestara todo el día?
QUENTIN VALOIS
¿Ahora es mi culpa? Tú te equivocaste.
NÚMERO DESCONOCIDO
Pero tú respondiste.
QUENTIN VALOIS
Porque tú insistías.
―¿Señor Valois? ― Escucho. Levanto el rostro y veo a una mujer pelirroja, de piel blanca y bastante alta frente a mí. Estaba tan concentrado contestando que no me di cuenta de que había llegado.
―Hola, hola... lo siento.― Y me pongo de pie para que ella se siente.
―¿Ocupado?
―No, no, claro que no.
De reojo veo mi móvil que se encuentra sobre la mesa y veo que se vuelve a prender y "Número desconocido" aparece. Sin embargo, el resto de la velada no me es posible verlo, el trato que tengo con Lois Clarence es muy importante y no debo perder detalle de lo que me dice, por lo que no me distraigo y hago lo que sé hacer mejor. Ignorar.
Termino de cenar, me tomo una copa con Lois y después salgo del restaurante para dirigirme a mi piso. Cuando las puertas del elevador se abren y doy un paso adentro de mi piso, las luces se prenden de inmediato gracias al sensor de movimiento. Entro a mi habitación, me deshago el nudo de la corbata, me quito la ropa y me pongo una playera y el pantalón del pijama, me meto a la cama sin embargo, antes de dormirme recuerdo el mensaje que dejé sin ver y en medio de la obscuridad de la habitación la pantalla se alumbra y "número desconocido" aparece, lo abro y esbozo esa pequeña sonrisa que últimamente se dibuja en mis labios. Lo leo.
NÚMERO DESCONOCIDO
Y ahora ¿Quién es el que insiste?
Seis de la mañana, suena el despertador. Camino hacia la habitación y lo apago, no sé porqué la sigo programando si siempre me despierto antes de que suene. Me visto con ropa deportiva, bajo al gym hoy tocan pesas. Mientras hago mi rutina escucho las noticias, financieras, internacional y nacionales, llegan los espectáculos, he terminado.Tomo el móvil y veo los correos, los ordeno por importancia, luego paso al calendario veo lo que tengo que hacer hoy y la leyenda "Comida con los Carter Blossom" es lo único que hay en el calendario, lo demás, ofician. Paso a los mensajes y veo los de Vivianne.VIVIANNEBuenos díasSeñor Valois. El señor Carter Blossom acaba de
Dejo el móvil sobre la mesa y me tomo de un sorbo el whisky.―No debí haber hecho eso.― Murmuro y tomo el mensaje para borrarlo cuando el móvil vibra y lo dejo caer sobre el suelo. Lo dejo un segundo ahí y la leyenda "Número desconocido" sale en la pantalla.Por un momento me quedo viéndolo atento, ya no hay marcha atrás o podría ignorarlo como lo hago, pero es imposible, es un mensaje de "Número desconocido" o de "Vivianne" así que no me puedo distraer con otros mensajes, en pocas palabras nadie me escribe.Lo tomo del suelo y antes de abrirlo voy por otro whisky, me sirvo medio vaso, me lo termino de un sorbo, me sirvo un poco más y regreso al sofá, me acomodo y abro le mensaje.
Suena la alarma, seis de la mañana, la apago. Ya estoy vestido con ropa deportiva, me enoja pensar que no podré escuchar las noticias financieras, nacionales e internacionales. Hoy toca hit, me pongo a hacer la rutina, 100 burpees que hacen que toda mi ansiedad se vaya, los hago dos veces a la semana porque me hacen sentir bien, aunque mi entrenador me dice que es pésima idea que los haga todos, no me interesa, le pago para que me ponga rutinas de otro tipo.Termino de hacerlos y doy por hecho de que estoy a tiempo, camino hacia el elevador del lobby y Carlo el chico de la entrada me saluda, volteo.―¿Disculpa? ― Pregunto.―Buenos días señor Valois.― Repite sonriente.―Buenos días.― Mur
Me arrepiento de haber enviado ese mensaje, pero no porque no quiera contestarle, si no por el hecho de que no podré hacerlo. Así que vuelvo a meter el móvil dentro de la bolsa interior de mi saco y me pongo frente a la puerta junto con Vivianne. Se abre inmediatamente.―Welcome, Mr. Carter will be here in a minute.― Nos dice el mayordomo y ambos entramos al elegante piso.Vivianne entra primero y yo lo hago detrás un poco más ansioso de lo normal, no sé si por el mensaje o porque de pronto me empezará un ataque de pánico ya que son tan espontáneos que no sé cuando llegarán.Respiro profundo y trato de tranquilizarme. Pasamos a la sala donde nos instalamos en el sofá mientras
Bajo del avión con el móvil en la mano y subo a la camioneta, es noche, muy noche y me sorprende saber que número desconocido, ahora Isa, me conteste a estas horas ¿será una persona que sufre del mismo mal que yo?Vivianne bosteza y no está demás, fácil llevamos unas 12 horas despiertos o más, pero yo estoy acostumbrado, o más bien, he dormido dos veces en el avión. El auto arranca y vamos directo hacia mi edificio, voy observando del mensaje una y otra vez mientras repito "Isa" varias veces.―Mañana a primera hora le entrego el chip que pidió.― Me dice Vivianne.―Gracias. Hasta mañana. Le comunico.―Señor, mañan
Abro los ojos. La luz me indica que he dormido más de la cuenta. Me encuentro recostado sobre el suelo con el móvil al lado sintiendo toda la boca seca y la playera oliendo a sudor. Me levanto con cuidado y me percato que son las once de la mañana, no puedo creer que haya dormido tanto. Me estiro haciendo un pequeño ruido.―¿Quentin? ― Escucho una voz en mi móvil y al levantarlo me percato que la llamada sigue desde hace horas atrás.Lo tomo.―¿Diga?― Hablo inseguro.―Buenos días... ¿cómo te sientes? ― Pregunta Isa con un tono bastante tranquilo.―Extraño.― Confieso― ¿Es
―Listo señor Quentin, su envío va en camino.― Me dice Isa y yo sonrío.―¿Seguro que no es un problema?―No, todo estará bien... no es ningún problema, señor educación.Me río bajito, apenas se escucha, últimamente lo hago muy seguido―¿Entonces eres chef? ― Pregunto.―Algo así.―¿Algo así?―Sí, tengo una Dark Kitchen .― Me dice con tono de orgullo.―¿Dark kitchen? ¿A caso se te fue la luz? ― Bromeo y
Suena la alarma, la apago de inmediato, llevo despierto desde hace 10 minutos pero esta vez no fue por una pesadilla o por insomnio, si no que ayer después de terminar la comida caí rendido y dormí parte de la tarde y toda la noche, por lo que mi cuerpo se despertó diferente.Me pongo de pie, voy por la ropa de deporte, me visto y bajo al gym; hoy toca cardio. Me subo a la caminadora y pongo las noticias financieras, las internacionales e internacionales, aunque en mi mente sólo puedo pensar"Dance, dance, dance, Elita" cantada con su melodiosa voz y me pregunto si ella en este momento está cantándola en donde quiere que esté.―¿Es en serio Quentin? ― Me pregunto en voz alta mientras la melodía no me permite concentrarme.― Sólo es una voz al otro lado d