ScarlettEl aire está cargado de una mezcla de tensión y expectativa. El bosque parece contener la respiración mientras la manada se prepara para la batalla que definirá nuestro destino. Las horas pasan como un borrón de instrucciones, entrenamiento y planificación. Nadie se atreve a bajar la guardia. Sabemos que la lucha contra Elijah está cada vez más cerca.Desde que asumí el liderazgo temporal, los lobos me miran con una mezcla de respeto y cautela. Aceptaron mi victoria sobre Marcus, pero el verdadero reto aún está por venir. Si fracasamos, todo por lo que hemos luchado se perderá.Dante está aquí, cerca pero distante, como una sombra que no se atreve a rozar la luz. No hemos hablado más allá de lo estrictamente necesario, y su mirada oscura está llena de preguntas sin respuesta. Estamos juntos, pero más separados que nunca.Lo veo cruzar el campamento, dando órdenes precisas a los miembros de la manada. Aunque aún arrastra el peso de sus her
ScarlettEl aire se corta con el aullido de alarma que atraviesa el campamento. Elijah se ha adelantado a nuestros planes y ha lanzado su ataque antes de lo esperado. Los lobos se movilizan rápidamente, pero la confusión se esparce como fuego. No estamos listos.Dante y Marcus ya están en acción, gritando órdenes mientras los guerreros corren hacia sus posiciones. Yo debería unirme a ellos, pero por un momento me quedo congelada, sintiendo cómo la adrenalina se mezcla con el miedo. Este es el momento decisivo.—¡Scarlett, ven conmigo! —La voz de Dante me saca de mi trance, su tono urgente pero firme.Lo sigo sin dudar, corriendo hacia la línea de defensa mientras los primeros lobos enemigos irrumpen por los flancos. Las sombras de Elijah se mueven con velocidad, atacando con una ferocidad que nunca había visto. Cada golpe cuenta, cada error puede ser mortal.La batalla estalla a nuestro alrededor como una tormenta. Dante y Marcus lideran a la manada, luchando con todo lo que tienen,
ScarlettEl aire huele a tierra húmeda y a sangre. La batalla ha terminado, pero la victoria sabe amarga. Elijah ha sido derrotado, pero no sin dejar una marca imborrable en la manada. El suelo está lleno de cuerpos, algunos amigos, otros enemigos. Me cuesta respirar al ver a tantos de los nuestros caídos. La guerra siempre tiene un precio, y hoy lo hemos pagado en carne y alma.—Lo logramos —susurra Dante a mi lado, su voz baja, casi incrédula.Miro a mi alrededor. Sí, hemos ganado, pero no se siente como una victoria completa. Cada pérdida es un peso sobre nuestros corazones. La manada ha sobrevivido, pero ha cambiado para siempre. Ahora, nos toca reconstruir.Dante se arrodilla junto a uno de los caídos, un joven lobo al que habíamos conocido hace apenas unas semanas. Su expresión se endurece mientras cierra los ojos del muchacho, ofreciéndole una última despedida silenciosa.—Perdimos demasiado, Scarlett —dice sin mirarme. Su voz está
Scarlett La tensión entre Dante y yo sigue tan densa como una tormenta que nunca termina de desatarse. Acordamos trabajar juntos, pero cada conversación con él es una batalla silenciosa, un juego peligroso de sospechas y heridas abiertas. Siento como si caminar sobre hielo delgado fuera parte de mi rutina diaria, y aunque quiero mostrarle que puede confiar en mí, no sé si él está dispuesto a permitírmelo. Observo a Dante desde lejos mientras organiza a la manada. Cada instrucción que da es precisa, controlada. Él tiene una habilidad natural para liderar, pero también mantiene una distancia emocional que me frustra. Puedo entender por qué se protege, especialmente con su historia de traiciones, pero no sé cuánto más puedo soportar esta barrera entre nosotros. —¿Cuánto tiempo más me vas a seguir viendo como una amenaza? —le suelto cuando ya no puedo contenerlo más. Dante levanta la mirada lentamente, sus ojos sombríos pero firmes. —No es tan fácil olvidar lo que pasó. Cada pa
Scarlett Las tensiones en la manada están lejos de disiparse, pero sé que no podemos perder más tiempo. La amenaza de Elijah sigue latente, y cada minuto sin prepararnos nos acerca más al desastre. Así que, sin esperar el visto bueno de Dante, decido tomar el control de los entrenamientos. —Hoy no hay margen para errores —anuncio mientras camino por el claro, con los ojos puestos en cada lobo—. Si queremos sobrevivir, debemos aprender a pelear como una unidad. Los lobos se colocan en posición, algunos con dudas en la mirada, pero la mayoría parece dispuesto a seguirme. Organizo el grupo en parejas para practicar ataques y defensas rápidas. Debemos estar listos para cualquier eventualidad; Elijah no dará tregua. Mientras observo los avances, siento una mirada fija sobre mí. No necesito voltear para saber quién es. Dante está al borde del claro, con los brazos cruzados y una expresión escéptica. Después de unos minutos, no puede evitar intervenir. —¿Estás segura de que este enfoqu
DanteLa noche es fría, y el silencio del bosque pesa como una sombra entre nosotros. Scarlett y yo estamos sentados junto a una fogata, la única fuente de luz en esta oscuridad. El día ha sido largo y agotador, pero lo que más me consume no es el cansancio, sino la tensión que se ha vuelto constante entre los dos.La observo en silencio, con el rostro iluminado por las llamas. Siempre parece tan segura, pero ahora hay algo diferente: un brillo en sus ojos que me hace preguntarme qué esconde detrás de esa fachada de fuerza.—¿Por qué me miras así? —pregunta, rompiendo el silencio sin apartar la mirada.Me encojo de hombros, buscando una respuesta que no delate demasiado.—Intento averiguar en qué momento te volviste tan importante.Ella se ríe, pero hay algo triste en su sonrisa.—Nunca quisiste que fuera así, ¿cierto?La pregunta se queda flotando entre nosotros, directa y dolorosa. No respondo de inmediato, porque la verdad es complicada. Nunca quise que ella se convirtiera en algui
Dante El sol apenas ha salido cuando uno de los exploradores irrumpe en la cabaña. Su rostro pálido y respiración entrecortada nos dicen todo lo que necesitamos saber antes de que hable. —Elijah… se está reorganizando. Sus hombres se han reunido cerca del río del norte. Están planeando un ataque —informa con urgencia. Un escalofrío recorre mi espalda. Sabía que el regreso de Elijah era inminente, pero escuchar la confirmación hace que el peligro sea tangible. No hay tiempo para dudas ni errores. La manada depende de cada decisión que tomemos de aquí en adelante. Marcus, que estaba de pie junto a la puerta, no tarda en intervenir, como siempre lo hace. —¿Qué tan seguros estamos de que esta información es fiable? —pregunta con un tono que parece inofensivo, pero es evidente que lleva una intención más oscura. Sé lo que va a decir antes de que lo diga. —¿Y si Scarlett tiene algo que ver con esto? —añade, mirando alrededor como si buscara apoyo entre los miembros de la manada. Mi
Scarlett El ambiente dentro de la manada se ha vuelto espeso, como si todos esperaran que algo estalle en cualquier momento. Pero nada nos prepara para lo que encontramos hoy. Durante la patrulla de la tarde, un grupo de exploradores trae a un hombre encapuchado, maniatado y cubierto de heridas. Lo arrojan frente a Dante y a mí. —Lo encontramos cerca del límite norte. Estaba intentando enviar un mensaje —informa uno de los exploradores. El hombre intenta esconder su rostro, pero al quitarle la capucha, mi corazón se congela. Es Derek, uno de los miembros más antiguos de la manada. —¿Derek? —murmuro, incrédula. No puedo creer que alguien tan cercano a nosotros pudiera traicionarnos. Él nos lanza una mirada desafiante, pero hay miedo en sus ojos. Sabe que ha sido descubierto. —Habla ahora, y tu castigo será menos severo —gruñe Dante, sus ojos brillando con la furia contenida de un líder traicionado. Derek escupe sangre y sonríe con amargura. —Elijah ya sabe lo que necesitaba sa