Scarlett
La noche ha caído, y las sombras se alargan como si quisieran devorarme entera. Estoy sola, escondida detrás de un viejo roble en el límite del bosque. Mi corazón late con fuerza, no porque esté asustada, sino porque sé que lo que estoy a punto de descubrir podría cambiarlo todo. La luna llena ilumina el claro donde se encuentran Elijah y uno de sus hombres más cercanos, hablándose en susurros tensos.Desde donde estoy, puedo escuchar fragmentos de su conversación, aunque intento concentrarme al máximo. Es difícil no dejar que la mente divague, sobre todo cuando llevo semanas en esta espiral de incertidumbre. Sé que estoy jugando con fuego, pero algo en mí me impide retroceder. Algo, o más bien alguien.— Esto es solo el principio —escucho a Elijah decir, su voz áspera y cargada de desprecio—. Los Blackwood han bajado la guardia. Dante cree que puede proteger a los suyos, pero no sabe lo que se avecina.Un escalofrío recorre mi espalda. EDanteLa atmósfera en el claro del bosque es pesada y tensa, cargada de incertidumbre. Los miembros de la manada Blackwood se reúnen, sus rostros reflejan la preocupación y la desconfianza. Las noticias sobre Elijah y sus planes de ataque se han propagado como el fuego en un campo seco, y ahora más que nunca, la manada necesita estar unida. Pero en el fondo, yo sé que no todos confían en Scarlett.Alzo la mano, pidiendo silencio.—Gracias por venir. Sé que todos estamos preocupados por lo que se avecina. Lo que Scarlett nos ha contado sobre Elijah no es solo un rumor; es una amenaza real y urgente. Necesitamos discutir cómo vamos a proteger nuestro territorio y a cada uno de ustedes.Los murmullos cesan, pero las miradas se dirigen a Scarlett, que está a mi lado. Su postura es firme, pero puedo ver la tensión en su mandíbula. Sabe que la desconfianza hacia ella es palpable, y es una carga que ambos debemos llevar.—Algunos de nosotros cuestionamos la lealtad de Scarlett —dice Evan, un
DanteLa noche se cierne sobre el territorio de los Blackwood como un manto pesado, cargado de incertidumbre y miedo. Estoy en la cima de la colina, observando el horizonte, y el nudo en mi pecho se intensifica. Las amenazas de Elijah no son solo palabras vacías; son promesas de destrucción. Necesitamos un plan sólido, algo que nos dé ventaja sobre él y su manada.—Estás pensando en algo importante, ¿verdad? —escucha la voz de Scarlett a mi lado. Su presencia, aunque reconfortante, provoca una mezcla de emociones que no sé cómo manejar.—Sí —respondo, girándome hacia ella—. Elijah no se detendrá. Necesitamos ser proactivos. Si él ataca, quiero estar preparado.Su rostro se torna serio, y puedo ver que entiende la gravedad de la situación. Scarlett ha traído información crucial sobre la manada de Elijah, detalles que podrían ser la clave para nuestra supervivencia.—He estado pensando en lo que descubrí sobre sus movimientos —comenta, su mirada fija en mis ojos—. Hay un área en su terr
DanteHoy, he decidido hacer algo lindo por Scarlett. Ha sido un tiempo difícil para todos nosotros, y siento que necesitamos un respiro, un momento que no esté marcado por las tensiones y el peligro que nos rodea.Me encuentro en la sala de estar de la cabaña, revisando mi atuendo en el espejo. Me he puesto una camiseta ajustada y unos jeans oscuros; nada demasiado elaborado, pero quiero que sepa que esta salida significa algo para mí. Estoy nervioso, no porque tenga miedo de lo que pueda pensar, sino porque quiero que disfrute de la noche.Al llegar a su casa, noto cómo el sol comienza a ponerse, llenando el cielo con tonos naranjas y violetas. Me acerco a la puerta y golpeo suavemente. Scarlett abre, y su sonrisa ilumina el ambiente. Lleva un suéter cómodo y jeans, y hay algo en su mirada que me hace sentir como si todo fuera posible, como si esta noche pudiera ser mágica.—Hola, Dante —dice, su voz suave y melodiosa—. ¿Qué te trae por aquí?—Hola, Scarlett —respondo, sintiendo que
Dante El viento frío recorre el territorio de los Blackwood mientras avanzo hacia la sala de reuniones. Los árboles crujen a lo lejos, como si incluso la naturaleza sintiera la tensión que atraviesa nuestra manada. Mi mente sigue dándole vueltas a la información que Scarlett me dio. No puedo permitirme dudar de ella, pero tampoco puedo ignorar las sospechas que sé que se avecinan entre los míos. El regreso al campamento no será fácil. Cuando entro al salón, todos los ojos se posan sobre mí. Caleb, uno de los guerreros más veteranos y de mirada severa, está al frente del grupo, como si ya hubiese asumido el rol de portavoz de las dudas colectivas. Varios guerreros más lo rodean, formando un círculo compacto. La desconfianza en el aire es palpable, una sombra que amenaza con desestabilizar todo. —¿Dónde está Scarlett? —pregunta Caleb sin preámbulos. Su tono es cortante, casi acusador. —Se quedó en casa —respondo con calma, cruzando los brazos. La tensión en el ambiente me cala ho
ScarlettEl camino de regreso a la cabaña es silencioso, pero la presencia de Dante a mi lado no me deja tranquila. Me siento atrapada entre lo que debería hacer y lo que quiero hacer. Cada minuto que paso con él, mi misión parece más borrosa, como si una parte de mí deseara olvidar todo lo que he aprendido y simplemente rendirme ante lo que siento.Cruzamos el umbral de la cabaña, y Dante me lanza una mirada rápida antes de sentarse en el sillón junto a la chimenea. Su cuerpo parece relajado, pero sus ojos siempre mantienen ese brillo alerta, como si esperara que en cualquier momento algo malo pudiera ocurrir.—¿Quieres algo de beber? —ofrece con un tono más suave del que esperaba.—Agua está bien —respondo, sintiendo que mi garganta está más seca de lo normal.Mientras él busca una botella de agua en la pequeña cocina, aprovecho para estudiar el espacio. La cabaña es rústica, pero acogedora, un refugio seguro en medio de todo este caos. Me pregunto cuántas veces habrá necesitado est
ScarlettLa brisa de la mañana me acaricia el rostro mientras observo desde la ventana los árboles que rodean la cabaña. La tranquilidad del bosque es una mentira, una ilusión efímera que esconde la tormenta que se avecina. Mi misión siempre fue clara, o al menos eso pensé. Pero últimamente, esa claridad se ha vuelto más borrosa, y no puedo ignorar el hecho de que Dante es la causa principal.Mis pensamientos son interrumpidos por un golpe suave en la puerta. Al abrirla, me encuentro con Marcus, el hermano de Dante. Su expresión es más relajada que la de Dante, pero lleva el mismo aire de responsabilidad sobre sus hombros. Me hace un gesto para que lo acompañe afuera.—Necesitamos hablar —dice con un tono tranquilo, pero firme.Me lleva a una pequeña banca bajo un árbol. El silencio entre nosotros no es incómodo, pero sé que está aquí por una razón. Me preparo para lo que sea que tenga que decir.—¿Cómo estás llevando todo esto? —me pregunta, sin rodeos.—No es fácil —admito—. Nunca i
DanteLa tensión es casi palpable mientras camino por los terrenos de la manada hacia la cabaña de Marcus. El viento trae consigo el familiar olor del bosque, pero hoy parece más pesado, como si la naturaleza misma sintiera lo que se avecina. Scarlett ha removido algo en mí, y esa sensación es tan confusa como peligrosa. No es solo la atracción; es algo más profundo, más instintivo.Cuando entro a la cabaña, Marcus ya está esperándome. Está sentado junto a la chimenea, su postura relajada pero con la mirada alerta. Cierro la puerta detrás de mí y me siento frente a él. No hay necesidad de rodeos; ambos sabemos por qué estamos aquí.—Tenemos que hablar sobre Scarlett —comienzo, observando la reacción de mi hermano.Marcus asiente, como si hubiera estado esperando esto.—Sabes lo que pienso, Dante. Ella puede ser de confianza, pero si sigues dudando, pondrás en peligro a la manada.—No es solo eso —respondo, pasándome una mano por el cabello—. Hay algo más con Scarlett. No puedo explica
ScarlettEl frío de la noche se cuela por las ventanas, haciendo que me arrope más fuerte, pero el sueño me atrapa sin darme opción de resistirme. De repente, estoy en medio de un bosque oscuro, iluminado únicamente por una luna gigantesca y plateada. La brisa acaricia las hojas, y el silencio es tan profundo que parece contener secretos que esperan ser revelados. Frente a mí aparece Luna, una figura etérea y majestuosa, como si el mismo espíritu de la naturaleza hubiera tomado forma.—Es hora de que veas lo que él esconde —susurra con una voz que parece venir desde las estrellas.Antes de que pueda preguntar qué significa, el bosque se desvanece y soy arrastrada hacia una serie de imágenes. Todo sucede rápido, como fragmentos de un recuerdo ajeno.Veo a Dante en lo que parece ser otra época. Está de pie, rodeado por miembros de su manada, pero su mirada está perdida en el horizonte. Una figura humana se acerca, alguien en quien él confía… pero en