Una vez en casa, Nehuel no sabía que hacer, deseaba poder inventar algo que le permitiera avanzar el tiempo. Deseaba ver a Valery y poder contarle todo, poder decirle quien era en realidad, la insoportable ansiedad hacía que por momentos no pensara con claridad. Deseaba ver su hermoso rostro y en el momento en que pensó en ello, una duda inundó su mente por completo, cómo podía su tez ser tan maravillosamente blanca e inmaculada cuando era una de ellos?

Vivían en medio de la naturaleza, se dedicaban a la caza y pesca, eran agricultores que cultivaban y cosechaban sus propios alimentos por lo que todos ellos tenían un hermoso tono bronce en la piel que parecía brillar con con los rayos del sol y sus cabellos, aunque más brillantes eran tan negros como el ébano, nadie en la manada, desde que tenía uso de razón, había sido tan diferente entre ellos, hasta que recordó que seguramente se debía a su identidad como Luna Mística.

Se sirvió una taza de café y se sentó frente a la chimenea mir