Nehuel no pudo sólo quedarse atrás observando cómo Valery se alejaba, por lo que la siguió sin que ella lo notara. Por un lado por él mismo, pero por el otro, quería segurarse de que llegara a salvo a donde quiera que fuera.
Una vez en casa, Joseph le hizo algo de comer a su hija y luego la acompañó a su cuarto para que pudiera descansar. Aunque sabía que nada había ocurrido realmente, no podía dejar de sentir que algo había cambiado. Conocía a su pequeña mejor que a sí mismo y podía sentir que no era la misma niña, estaba seguro de que había algo diferente pero no tenía ni la menor idea de qué podía ser. Luego de servirse una taza de café, se aseguró de colocar suficientes leños en la estufa para mantenerla durante toda la noche y se retiró a su habitación para descansar, lo sucedido hace rato, había hecho que el día se sintiera extremadamente largo y se sentía agotado física y mentalmente.
Mientras tanto, en su cuarto, Valery ya se había pusto un camisón largo y blanco, con algunos olánes de encaje y moños de razo, lo que en suma con su dorado, largo y rizado cabello bajo la tenue luz de una vela encendida, hacían que se viera como la personificación de un ángel, solo le faltaban las alas en su espalda. Esa era la visión que Nehuel tenía desde el balcón de su ventana, donde se había escondido para observarla tras haberla seguido a casa.
Valery se sentó en la mesedora mientras bebía un baso de leche tibia antes de meterse en la cama. Con la mirada perdida en un rincón de la habitación, no podía quitar de su mente la imágen de aquel muchacho que había conocido en el bosque. Pensaba en su rostro, el más hermoso que había visto en toda su vida, sus ojos del color de la miel, tan profundos y serenos que no podía evitar sentirse segura de estar a salvo cerca de él, sus enormes hombros, sus musculosos brazos y abdómen que lo convertían en una persona irreal y sin mencionar su largo y negro cabello, el mismo que emitía increíbles reflejos azulados al ondear con la brisa bajo la luz de la luna.
No sabía a que se debía, pero sin duda, había sentido una conexión muy fuerte con aquel desconocido que la hacía pensar que tenían mucho en común, aunque no supiera que, algo que hacía que su sangre se alborotara en sus venas con tan sólo pensar cuán cerca había estado de él y, por más que lo intentara, no había manera de que pudiera sacarlo de su mente, le era imposible dejar de pensar en él.
De pronto, un golpe seco que parecía provenir del balcón la sacó de su ensueño, se acerco lentamente al gran ventanal para abrir la puerta con algo de inseguridad. Salío caminando muy despacio pero no logró ver nada hasta que, al voltearse para entrar en la habitación, vió a Nehuel tratando de esconderse sin éxito.
Al notar que ella lo observaba sin ninguna expresión de temor reconocible en su rostro, se puso de pie y se le acercó lentamente dirigiéndo su mano hacia su rosada mejilla para rozarla con la punta de sus dedos, acto que ella no evitó.
Nehuel: ...”Quién eres, no... que eres en realidad? Porqué no puedo evitar seguirte ni apartarte de mi cabeza? Qué es lo que has hecho conmigo?”... dijo mientras se dejaba caer para sentarse en el piso.
Valery: ...”Yo soy quien debería preguntar eso, no crees? Yo ya te he dicho mi nombre, te he dicho quien es mi padre y de donde soy pero tú... tú eres quien nunca me ha dicho su nombre, soy yo quien no sabe nada de tí”... contestó mientras se sentaba frente a él.
Nehuel: ...”Es cierto, no lo había notado pero es verdad que nunca te dije nada de mí pero... entonces... cómo es que no me temes, cómo es que no intentas alejarte de mí, cómo es que no gritaste por ayuda cuando me descubriste aquí? No puedo comprenderlo aunque lo intento”...
Valery: ...”Simple... confío en tí, puedo sentir que no me dañaras. Tampoco entiendo nada de todo esto, pero muy dentro de mí, siento como si te conociera de toda mi vida, como si estuviéramos relacionados de algún modo o, talvez, sólo sea que... estábamos destinados a encontrarnos”...
Nehuel: ...”Es increíble que lo digas porque es exactamente lo que siento y realmente estoy muy confundido... Por cierto, soy Nehuel, soy el hijo del jefe del clan “Omanumeca”, sabes algo acerca de nosotros?”... pregunto con ansiedad por su respuesta pero ella solo negó con la cabeza mientras lo miraba a los ojos sonriéndo con ternura.
Nehuel no pudo evitar pensar en las palabras que ella había dicho antes: -...”Posiblemente sea que estábamos destinados a encontrarnos”...-
Algo era seguro, Valery no era una chica común y corriente en lo absoluto, algo en ella la hacía muy diferente al resto, tanto que si no supiera de quien es hija y de donde era, habría jurado que también era una de los suyos.
En ese momento, Nehuel no había tomado en cuenta las palabras de Valery cuando le dijo que quien la crió no era su verdadero padre, lo que hacía que realmente no supiera nada acerca de ella como él creía. No sabía de quien era hija ni de donde venía, tampoco tuvo en cuenta la instantánea y fuerte conexión que había surgido entre los dos, de ser así, hubiera entendido que todo podía ser posible y nada a la vez, no imaginaba que sus vidas estarían de cabeza muy pronto.
Sin que se dieran cuenta, las primeras luces del día empezaban a hacerse notar y, aunque su casa se encontraba bastante apartada del resto del pueblo, Valery comenzó a sentirse asustada de que alguien pudiera verlos en su balcón y surgieran rumores que pudieran llegar a oidos de su padre. Lo único que le preocupaba, era verse forzada a alejarse de Nehuel, aún no sabía nada de él ni quien era en realidad, sólo sabía que era alguien que, de alguna manera la hacía sentir segura y deseaba mantenerse cerca de él. Nehuel se puso de pie al comprender la situación y le ofreció una mano para ayudarla a ponerse de pie, ella la tomó y cuando tiró de ella, la levantó por el aire olvidando por completo que, además de que ella era de contextura pequeña y delgada, él no era un simple humano por lo que debía estar atento para controlar su fuerza. De la misma manera, con la misma facilidad, la tomó en sus brazos, la llevó hasta la cama donde la depósitó suavemente para cubrirla con las cobijas y luego
Cuando el sol apenas acababa de ocultarse, Nehuel fue el primero en llegar al punto de encuentro. Mientras se acercaba, el inmenso e increíblemente frondoso árbol, cuyas ramas arqueadas hacia abajo, llegaban prácticamente hasta el suelo, por lo que a medida que se lo miraba más de cerca, tenía toda la apariencia de una cueva oculta bajo la tupida vegetación. Una vez debajo, Nehuel pensó en arreglarlo de modo que fuera un lugar más acogedor para una señorita. Cortó unas cuantas ramas de las que estaban más abajo y las colocó sobre el suelo como si fueran una especie de alfombra, lo que convertía el espacio en un sitio más acogedor. Nehuel salió de debajo del árbol y pudo ver a lo lejos a alguien que se acercaba. Cuando se hizo más visible, pudo distinguir el hermoso vestido que traía, era embriagadora la forma en que este se movía con la brisa, su color hacía que se viera más impresionante que una diosa ya que parecía flotar hacia adelante en lugar de caminar. Su cabello dorado ri
Al llegar a casa, Valery abrió cuidadosamente la puerta de la habitación de su padre para asegurarse de que seguía dormido, entonces, se fue a su cuarto y se metió en la cama ya que aún tenía algunas horas para dormir. Por la mañana, Joseph se despertó muy temprano y fue al cuarto de su hija. Al verla dormida, bajó a la cocina, preparó el desayuno y luego se dispuso a ir por su hija cuando vio que ella venía bajando las escaleras. Valery: ..."Buenos días padre, llegaste muy tarde anoche? Intenté esperarte despierta pero me ha ganado el sueño pues no te escuché llegar. Deje tu cena en la estufa, has comido?"... Joseph: ..."Si mi pequeña, llegue tarde y cuando fui a verte ya estabas dormida por lo que baje y comi algo antes de ir a dormir también. Pero dime, cómo estuvo tu día?"... Valery: ..."Oh padre, estuvo bien, cumpli con todas mis tareas y luego fui a caminar por el bosque, es algo que realmente me encanta, me llena de vida. Tomar el sol, respirar el aire fresco y oir el agua d
Por la mañana, Valery se desperto extrañada de que su padre no se hubiera levantado aún, por lo que se vistio y fue a su cuarto para ver que sucedía. Valery: ..."Toc toc, estas despierto padre, puedo entrar?"... Joseph: ..."Si claro pequeña, entra. Sólo estaba cansado y la cama estaba tan tibia y cómoda que simplemente decidí seguir tu sugerencia y quedarme en casa. Más tarde ire a la tienda a ver como esta todo"... mintió apenado ya que había tenido una muy mala noche con dolores y calambres que no le permitieron descansar pero se lo oculto. Valery: ..."Excelente, bien hecho, hace tiempo que no te tomas un descanso del trabajo y ni siquiera me permites ayudarte así que estoy muy feliz. Ahora, quédate un rato más en tu cama tibia y cómoda mientras preparo el desayuno, de acuerdo?"... Joseph: ..."De acuerdo, aquí espero"... Bajó las escaleras y fue directo a la cocina, preparó café, unas rebanadas de pan tostado, mantequilla y el dulce de cerezas que había hecho el día anterior. Pu
La anciana tomó un carbón encendido de la fogata y lo colocó dentro de un cuenco de barro. Le espolvoreó con una mezcla de hierbas molidas por encima, lo que generó una columna instantánea de humo blanco, mientras le daba una nueva bebida a Nehuel. Luego de que el denso humo hubiera llenado la choza por completo, Nehuel comenzó a sentirse mareado, parecía que todo empezaba a moverse a su alrededor y cuando pensó que ya no podría mantenerse en pie, la chamana colocó una de sus manos en su espalda y la otra sobre su pecho y lo condujo hacia el lecho cubierto por una piel de búfalo para recostarlo allí. Recitó unos cánticos que sólo ella conocía, comenzó a indicarle qué hacer. La idea era inducirlo a una especie de trance para hacer que su lobo interior tomara el control ya que, era necesario suprimir el control de la razón sobre el corazón, la rueda de su destino ya había sido puesta en marcha, ahora tenía que lograr que él dejara de ver a traves de la razón y comenzara a hacerlo a tra
Al comienzo del día, las horas parecían pasar muy lentamente para Nehuel pero, luego de que terminara su encuentro con la chamana, ya eran mas de las cuatro de la tarde y Valery no tardaría mucho tiempo en llegan a su punto de encuentro, por lo que corrió a su tienda para recoger su equipo de caza y salir al bosque. En ese momento, su padre apareció en su camino. Tecumseh: ..."Nehuel, has estado trabajando en toda la aldea hoy, no estas cansado? Saldrás de cacería otra vez, por que no vas con alguno de los muchachos?"... Nehuel: ..."Así es padre, he tratado de colaborar en todo lo que he podido pero, sabes que salir de cacería es mi momento de paz y serenidad. Sentir que puedo estar solo conmigo mismo es lo único que me ha ayudado a no perder la cabeza. Tú sabes que no estoy pasando por mi mejor momento, todos tienen sus ojos puestos sobre mi, me he convertido en algo como el chivo expiatorio de toda la manada y eso es demasiado para mí. Necesito este tiempo sólo para mí"... Tecumse
Valery llegó a casa, tendió la mesa, preparó la comida que Nehuel la había dado y subió las escaleras en busca de su padre. Valery: ..."Sr Jensen, la comida está servida, levántese y vístase antes de que se enfríe. Hoy comeremos liebre y patatas dulces asadas, un amigo lo hizo para nosotros"... Joseph: ..."Cómo usted mande madam"... contestó en tono de broma. Valery: ..."Muy bien padre, necesitas ayuda para vestirte?"... Joseph: ..."No pequeña, estoy bien, más que bien a decir verdad. Creo que ésta semana en casa me vendrá de maravilla"... Valery: ..."Excelente noticia padre, es realmente bueno que te estés sintiendo mejor. Ahora, vístete y baja"... Joseph: ..."Voy enseguida hija"... Valery bajó la escalera a toda prisa, tomó la comida que había dejado cerca de la estufa para mantenerla caliente y la puso sobre la mesa. Cortó la liebre, la sirvió en los platos junto con un par de patatas dulces y esperó a que su padre bajara. Mientras bajaba, Joseph sintió el agradable aroma de
Valery se cambió a su camisón, encendió la vela en la cómoda junto a la ventana y se sentó en su cama a esperar. No pasó mucho tiempo antes de que comenzara a escuchar ruidos afuera en el balcón, con lo que supo enseguida que se trataba de Nehuel. Se apresuró para abrir la puerta y hacerlo pasar. Al abrir la puerta del balcón, la ráfaga de aire que entró, hizo volar su amplio camisón blanco y al ser de fina seda, la luz de la luna pasó a través de él, dejando vislumbrar su esbelta y contorneada figura. El camisón junto con sus largos rizos dorados ondeando con la brisa, la convirtieron en la visión más maravillosa y hermosa que había visto en su vida, vista desde donde él estaba, parecía flotar en el aire. De repente, la visión que Nehuel tenía frente a él, tenía un aura totalmente mística y sin darse cuenta, las palabras de la chamana habían comenzado a rezonar sin fin en su mente. Un momento después, estaba preguntándose muy seriamente si realmente ella era su Luna, si era la mujer