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Capítulo 4: ¿Qué es esto?

Nehuel no pudo sólo quedarse atrás observando cómo Valery se alejaba, por lo que la siguió sin que ella lo notara. Por un lado por él mismo, pero por el otro, quería segurarse de que llegara a salvo a donde quiera que fuera.

Una vez en casa, Joseph le hizo algo de comer a su hija y luego la acompañó a su cuarto para que pudiera descansar. Aunque sabía que nada había ocurrido realmente, no podía dejar de sentir que algo había cambiado. Conocía a su pequeña mejor que a sí mismo y podía sentir que no era la misma niña, estaba seguro de que había algo diferente pero no tenía ni la menor idea de qué podía ser. Luego de servirse una taza de café, se aseguró de colocar suficientes leños en la estufa para mantenerla durante toda la noche y se retiró a su habitación para descansar, lo sucedido hace rato, había hecho que el día se sintiera extremadamente largo y se sentía agotado física y mentalmente.

Mientras tanto, en su cuarto, Valery ya se había pusto un camisón largo y blanco, con algunos olánes de encaje y moños de razo, lo que en suma con su dorado, largo y rizado cabello bajo la tenue luz de una vela encendida, hacían que se viera como la personificación de un ángel, solo le faltaban las alas en su espalda. Esa era la visión que Nehuel tenía desde el balcón de su ventana, donde se había escondido para observarla tras haberla seguido a casa.

Valery se sentó en la mesedora mientras bebía un baso de leche tibia antes de meterse en la cama. Con la mirada perdida en un rincón de la habitación, no podía quitar de su mente la imágen de aquel muchacho que había conocido en el bosque. Pensaba en su rostro, el más hermoso que había visto en toda su vida, sus ojos del color de la miel, tan profundos y serenos que no podía evitar sentirse segura de estar a salvo cerca de él, sus enormes hombros, sus musculosos brazos y abdómen que lo convertían en una persona irreal y sin mencionar su largo y negro cabello, el mismo que emitía increíbles reflejos azulados al ondear con la brisa bajo la luz de la luna.

No sabía a que se debía, pero sin duda, había sentido una conexión muy fuerte con aquel desconocido que la hacía pensar que tenían mucho en común, aunque no supiera que, algo que hacía que su sangre se alborotara en sus venas con tan sólo pensar cuán cerca había estado de él y, por más que lo intentara, no había manera de que pudiera sacarlo de su mente, le era imposible dejar de pensar en él.

De pronto, un golpe seco que parecía provenir del balcón la sacó de su ensueño, se acerco lentamente al gran ventanal para abrir la puerta con algo de inseguridad. Salío caminando muy despacio pero no logró ver nada hasta que, al voltearse para entrar en la habitación, vió a Nehuel tratando de esconderse sin éxito.

Al notar que ella lo observaba sin ninguna expresión de temor reconocible en su rostro, se puso de pie y se le acercó lentamente dirigiéndo su mano hacia su rosada mejilla para rozarla con la punta de sus dedos, acto que ella no evitó.

Nehuel: ...”Quién eres, no... que eres en realidad? Porqué no puedo evitar seguirte ni apartarte de mi cabeza? Qué es lo que has hecho conmigo?”... dijo mientras se dejaba caer para sentarse en el piso.

Valery: ...”Yo soy quien debería preguntar eso, no crees? Yo ya te he dicho mi nombre, te he dicho quien es mi padre y de donde soy pero tú... tú eres quien nunca me ha dicho su nombre, soy yo quien no sabe nada de tí”... contestó mientras se sentaba frente a él.

Nehuel: ...”Es cierto, no lo había notado pero es verdad que nunca te dije nada de mí pero... entonces... cómo es que no me temes, cómo es que no intentas alejarte de mí, cómo es que no gritaste por ayuda cuando me descubriste aquí? No puedo comprenderlo aunque lo intento”...

Valery: ...”Simple... confío en tí, puedo sentir que no me dañaras. Tampoco entiendo nada de todo esto, pero muy dentro de mí, siento como si te conociera de toda mi vida, como si estuviéramos relacionados de algún modo o, talvez, sólo sea que... estábamos destinados a encontrarnos”...

Nehuel: ...”Es increíble que lo digas porque es exactamente lo que siento y realmente estoy muy confundido... Por cierto, soy Nehuel, soy el hijo del jefe del clan “Omanumeca”, sabes algo acerca de nosotros?”... pregunto con ansiedad por su respuesta pero ella solo negó con la cabeza mientras lo miraba a los ojos sonriéndo con ternura.

Nehuel no pudo evitar pensar en las palabras que ella había dicho antes: -...”Posiblemente sea que estábamos destinados a encontrarnos”...-

Algo era seguro, Valery no era una chica común y corriente en lo absoluto, algo en ella la hacía muy diferente al resto, tanto que si no supiera de quien es hija y de donde era, habría jurado que también era una de los suyos.

En ese momento, Nehuel no había tomado en cuenta las palabras de Valery cuando le dijo que quien la crió no era su verdadero padre, lo que hacía que realmente no supiera nada acerca de ella como él creía. No sabía de quien era hija ni de donde venía, tampoco tuvo en cuenta la instantánea y fuerte conexión que había surgido entre los dos, de ser así, hubiera entendido que todo podía ser posible y nada a la vez, no imaginaba que sus vidas estarían de cabeza muy pronto.

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