—Es una lástima tener que derramar sangre divina sobre un mundo tan indigno, pero no me dejas más opción. Solo espero que puedas estar concentrado en esta lucha —simula lamentar Shakra dejando salir de su boca un humo negro que se convierte en una bandada de cuervos que emprende vuelo en dirección a los jóvenes que ya ni siquiera están a su vista.
—Siempre jugando sucio, no permites que tome mi forma de guerrero, y envías a tus criaturas a atacar a los muchachos solo para que tenga mi mente dividía entre nuestra batalla y su seguridad. Pareces estar muy preocupado en vencerme —comenta Colmillo blanco con sus ojos clavados en su adversario.—Se puede decir que he invertido mucho tiempo y trabajo es esta maldita tierra, y esta vez no pienso dejar que nadie interfiera. Ya solo me queda deshacerme de ti y Kazora, luego todas las almas que hay aquí me pertenecerán —aclara Shakra con una amplia sonrisa en su rostro pálido.El guardián observa a su enemigoSayo siente las puntas de algunas piedras clavándose en su espalda al apretarse en el fondo de la cueva para mantenerse fuera del alcance de las garras del Cazador nocturno. Con el corazón latiéndole con rapidez por el miedo observa con los ojos lagrimosos a la enorme bestia que con casi medio cuerpo dentro de la cueva lanza feroces zarpazos hacia ella, la criatura está tan cerca de ella que hasta puede sentir el aire siendo cortado por las afiladas garras, a solo centímetros de su rostro.—Hice lo que pude, papá. Si muero al menos partiré de este mundo sabiendo que entregué mi vida para proteger a mi pueblo —murmura la muchacha sintiendo un nudo en la garganta al considerar que todo puede haber terminado para ella.Con agilidad Trego salta a la rama de otro árbol oyendo el sonido que la manada de cazadores nocturnos causa en su persecución, el peso de sus enormes cuerpos y la ferocidad con la que están corriendo les impide pasar desapercibidos. De hecho po
Descendiendo por las rocas de la cascada, Sayo contempla preocupada el enorme incendio que está devorando el bosque. No puede evitar sentir que el fuego está consumiendo parte de su vida con cada planta que devora, en ese lugar se ha criado, ha jugado, ha crecido, ese bosque ha sido su refugio, e incluso hace sólo un momento le salvó la vida. El cazador nocturno estaba a punto de lograr alcanzarla cuando una gruesa rama lo tomó del abdomen y se lo llevó a las rastras a pesar de que el animal intento aferrarse a las rocas clavando su garras. Pero ahora solo puede verlo ser destruido sin poder hacer nada para impedirlo, aunque eso está lejos de ser su mayor preocupación, si el bosque ha despertado significa que su padre ha decidido utilizar el corazón de Gineyra, volverse parte del bosque. Por ende si el bosque está siendo dañado por el fuego, él también debe estar sufriendo, por lo que piensa encontrarlo para ayudarlo.—Aguanta, papá —susurra la muchacha comenzando a correr
Veida mira extrañado a su alrededor sin tener idea de lo que está sucediendo, jamás ha visto que toda la vegetación se seque de un momento a otro, como si la muerte hubiese decidido cubrir con su mortal manto todo ese lugar.—¿Qué es lo que estás intentando hacer ahora? —reclama el muchacho poniéndose de pie empuñando el cuchillo.—Tonto, ni siquiera sabes lo que sucede a tu alrededor. Eres un ser tan simple y engreído que ni siquiera notaste que te estaban engañando —espeta Kazora perdiendo su interés en la lucha y acercándose nuevamente al borde de la montaña para tratar de ubicar a la bruja.—No tengo idea de lo que estás hablando, creo que solo estás intentando ganar tiempo —replica Veida acercándose sigilosamente al guardián.—¡No necesito tiempo, necesito que de una buena vez seas capaz de comprender que el mundo no gira en torno tuyo de los Hazudos! ¡Estamos dirigiéndonos a una nueva guerra, aúna en el que las cuatro grandes tribus volv
—¿Estás seguro de que podrás convencerlos? —pregunta Cappori a su compañero contemplando la enorme tribu a la que han llegado.—Quizás sea una negociación dura, pero tengo la certeza de que podré lograrlo. Los dioses me han dotado de un buen poder de persuasión —responde Erpo con una sonrisa altanera en los labios.—¡Lo digo en serio, arriesgo todo por esto! Si fallamos en esto mi padre me cortará la cabeza por intentar traicionaron —reclama la muchacha procurando hacerle entender lo mucho que ha puesto en juego.—Lo sé, cariño. El mismo destino quedaría para mí, porque esta vez tú no estarás para interceder por mí, ambos estamos arriesgando todo por esta causa, así que no dudes que pondré todo de mí para lograrlo —aclara el joven buscando tranquilizar a su compañera.—¡No me llames cariño, no tienes derecho a hacerlo! —reclama Cappori con los brazos en jarra.—Oh, por favor. Estoy aquí arriesgando mi vida para apoyarte a derro
—Me temo que no es una buena estrategia, eres la hija del emperador. Por lo que no se atreverá a cuestionar la autoridad de tu padre, e incluso si tú misma comenzaras a hablar mal de él, se mostrará respetuoso y no revelará su verdadera opinión sobre él —cuestiona Erpo contemplando el grupo de diez soldados que vienen hacia ellos.—¿Tienes un mejor plan? —cuestiona Cappoli simulando su disgusto al verse obligada a sonreír a la gente curiosa que sale a contemplarla.—Los saludamos señores, ¿A quién tenemos el gusto de recibir? —pregunta el fornido líder de los guerreros con una leve reverencia de cabeza.—Los saludo, soy Coppuri, hija del emperador Tumaru. He venido a visitar a su jefe, si es que me dará el honor de recibirme —se presenta la muchacha con una delicada reverencia.La revelación de su identidad causa un tumulto entre los curiosos que no pueden creer que alguien tan importante haya llegado hasta ellos, algunos niños salen corri
—¿Hay algún rastro? —pregunta uno de los cazadores Fuhure al líder del grupo de búsqueda.—Vamos en la dirección correcta, aunque Tekay parece haber estado avanzando solo —comenta Kopuru agachado ante una huella marcada en la tierra húmeda, apretando los labios con enojo mira por delante de él, no tiene certeza de ser capaz de alcanzarlo, la negativa de su padre para perseguirlo le ha jugado en contra. Aunque finalmente decidió formar él mismo el grupo y salir a atrapar al bastardo, ya luego se encargará del sermón de su padre.—¡Kopuru, tienes que ver esto! —anuncia un cazador llegando corriendo de entre unos árboles con urgencia.El grupo de cinco cazadores sigue a su compañero sin siquiera dudarlo, al menos la urgencia en su rostro parece indicar que ha hecho un buen descubrimiento. Al detenerse el guía, el resto del grupo para en seco para contemplar los cadáveres de los guerreros Nagutu abandonados en el suelo.—¿Qué demonios están ha
Ambos muchachos se miran embelesados el uno al otro sintiéndose capaces de prometerse más amor eterno, pero el calor que sienten en sus pecho le indican que no necesitan palabras para expresar lo que sientes. El brillos en sus ojos parece ser capaz de transmitir lo que hay en sus corazones, y la esperanza de poder finalmente tener una vida juntos lejos de todo lo que los ha lastimado alguna vez firma en sus mentes más planes y propósitos de lo que podrían expresar. Pero su momento de intimidad es interrumpido por el sonido de una ruidosa bandada de aves que emprende el vuelo asustada alarma al cazador que voltea el rostro hacia la entrada con preocupación.—¡Hay hombres en el bosque! —determina Tekay obligándose a sentarse en el piso.—Deben de haber enviado a un grupo de búsqueda por nosotros, pero no hay de qué preocuparse, este es un refugio seguro —comenta Mahal encogiéndose de hombros con indiferencia.—Quizás lo era antes de que llegáramos, per
Sayo mira con tristeza el tronco semiquemado en el que se puede distinguir la forma del rostro de su padre que se ha vuelto párate de la madera del árbol, al pie del cual los dolientes han dejado ofrendas de comida y arreglos de flores. Cada persona en la tribu ha salido al exterior para llorarle, para honrar su memoria, y el hecho de que se hayan atrevido a dejar la seguridad de su refugio da cuenta del gran amor que le tenían. Aunque no cree que pudiese ser mayor al que tiene ella, ni que el dolor que expresan en sus rostros mojados por las lágrimas pueda compararse al que le estruja el corazón.—Querida, lamento tu perdida. Tu padre fue un gran hombre, respetable en todo sentido, un líder valiente que nos brindó este lugar seguro, que construyó un futuro para nuestro pueblo y para su familia. Y aunque sé que las palabras no son capaces de mitigar tu dolor, ten presente que todos estamos para ti y tu madre, puedes contar con nosotros —asegura una anciana abrazando