—¿Cómo es posible, madre? Yo no… no lo entiendo… —solloza Ferza con los ojos inundados de lágrimas al ver a la mujer cuya piel parece ser de piedra.
—Mi pequeña Ferza, cuanto has crecido, ya eres toda una mujer. Hubiese deseado verte crecer, pero el hecho de tenerte frente a mí significa que mi sacrificio no ha sido en vano —murmura la mujer con la voz ronca y cansada.—¿Tú sacrificio? Tú moriste, es lo que nos dijo nuestro padre, que un grupo rebelde te había emboscado y asesinado —relata la muchacha sintiendo como si le estuviesen apresurado el corazón.—¿Qué morí? Supongo que era la explicación que mejor podrían asimilar, pero la verdad es que el Imperio que tu padre había heredado estaba en peligro de derrumbarse, a pesar de sus muchos intentos de afirmarse en el poder y unir a los pueblos, no lo conseguía. Yo sufría mucho al verlo al borde de la desesperación, por las noches incluso el sueño huía de sus ojos por las preocupaciones que abrumaban su—¿Quién diría que ese maldito Ruger se levantaría a resistirnos? Creí que esa rata se doblegarse en seguida, pero según parece la posibilidad de tomar el lugar de su difunto líder le ha parecido más atractiva —afirma el Jefe del Norte a su subordinado mientras clava su hacha en el pecho de uno de sus enemigos que ha tratado de embestirlo.—Hay que reconocer que lo esta haciendo bastante bien, sobre todo al lograr mantener al ejército unido cuando su Emperador ya ha sido quitado de en medio —responde el subordinado disparando una flecha al cuello de un guerrero que intenta atacar al Jefe por la espalda.—Sí, aunque no es una sorpresa, siempre ha sido un embustero que es más hábil con las palabras que con las armas. Puedo asegurarte que ni siquiera debe estar luchando, ha de estar escondido en algún agujero mientras sus hombres mueren por él —espeta el anciano que a pesar de la insistencia de sus compañeros se ha negado a mantenerse fuera de la batalla.—
—¡Se han escapado, no puedo creer que hayan huido justo en frente de nuestros ojos! —exclama Kopuru al ver la tribu de los Nagutu vacía.—¡Así que esa m*****a niebla fue una cortina para ocultar que estaban huyendo, han salido como un montón de ratas! Malditos sean todos ellos —masculla el Chamán furioso por haber sido engañado de esa manera.—No pueden haber ido muy lejos, si se han ido todos habrá quienes los retrasen. Así que los alcanzaremos sin mucho esfuerzo, y además con la prisa que han salido de seguro ni siquiera se han molestado en cubrir su rastro —afirma el muchacho que si bien cree que es un contratiempo, por ahora no tienen otra opción.—¡Quemen todo, que no les quede ni dos palos juntos en pie! —ordena el anciano yendo en dirección al bosque para descubrir la dirección que han tomado esos fugitivos, la verdad es que no se le ocurre un lugar al que puedan haber ido.—Sé supone que eres tú el que siempre mantiene la men
—¿Por qué tendríamos que ayudarlos? ¿Ustedes solo nos han perseguido desde que salimos de la tribu? —reclama uno de los ancianos Nagutu mirando a los que han llegado a pedirles protección.—Reconocemos que nos hemos equivocado y que no merecemos su ayuda, pero no nos ha quedado más opción que venir a implorar su ayuda. Los Fuhure nos han atacado y nuestra tribu ha tocado fondo, hemos llegado al punto de que ni siquiera somos capaces de defendernos —expresa Jaitu con la cabeza gacha al saber que no tiene razones para reclamar que los ayuden.—¿Los Fuhure han atacado? ¿Acaso piensan comenzar una nueva guerra? —interroga una anciana con preocupación ante la noticia.—Fue un ataque sorpresa, ni siquiera tuvieron el honor de declararlos la güera. Simplemente llegaron y comenzaron a atacar con sus flechas encendidas fuego —espeta Morua a quien la idea de rebajarse ante esa gente para robarles no le hace ninguna gracia.—Sí una guerra se avecina
—¿Y Denia cómo sigue? —pregunta Enor mirando con preocupación a la muchacha gimiendo en sueños.—Nada bien, esas marcas siguen extendiéndose por todo su cuerpo, y parecen provocarle un agudo dolor —responde Cappoli con la voz empañada pon la impotencia de ver a su hermana en ese estado y no poder hacer nada para ayudarla.—¿Y ya has logrado que algún médico venga a verla? —interroga el joven sin ser capaz de hacerse una idea de lo que podría ser eso.—Los médicos del palacio la han visto y han dicho que nunca se han encontrado con algo como esto, aunque creen que puede llegar a ser algún tipo de brujería —informa la muchacha soltando un largo suspiro de pesar ante la falta de información clara.—¿Brujería? ¿Ella no mencionó algo sobre una bruja? ¿Crees que podría haber estado diciendo la verdad? —plantea Enor ante la falta de una respuesta más lógica.—Dijo algo sobre que una bruja quiere apoderarse de su cuerpo, pero eso me par
—Hasta aquí llega el rastro de la gente, pero no pueden haberse esfumado en el aire. Debieron haber cubierto su rastro desde aquí, por lo que no creo que estén muy lejos —indica Kopuru a la contemplando la cascada que cae enérgicamente.—Supongo que debieron haber hallado el refugio que buscaban, que los rastreadores busquen en cada rincón de toda esta área, cuando nos estemos acercando demasiado a ellos no tendrán más opción que atacarnos, y entonces nos terminaran de revelar su ubicación —ordena el Chaman dispuesto a no ser engañado de nuevo.—Por cierto, ¿Qué demonios ha sucedido aquí? Este bosque está hecho un desastre en esta parte —pregunta el cazador mirando los efectos del fuego en el lugar.—Ha de ser producto del Jefe Nagutu y sus cazadores nocturnos, lo cual nos indica que estamos en el lugar en el que él fue vencido —comenta el anciano paseando la mirada por todo el sitio intentando hallar el posible escondite de sus prófugos enemig
—Hasta aquí llega el rastro de la gente, pero no pueden haberse esfumado en el aire. Debieron haber cubierto su rastro desde aquí, por lo que no creo que estén muy lejos —indica Kopuru a la contemplando la cascada que cae enérgicamente.—Supongo que debieron haber hallado el refugio que buscaban, que los rastreadores busquen en cada rincón de toda esta área, cuando nos estemos acercando demasiado a ellos no tendrán más opción que atacarnos, y entonces nos terminaran de revelar su ubicación —ordena el Chaman dispuesto a no ser engañado de nuevo.—Por cierto, ¿Qué demonios ha sucedido aquí? Este bosque está hecho un desastre en esta parte —pregunta el cazador mirando los efectos del fuego en el lugar.—Ha de ser producto del Jefe Nagutu y sus cazadores nocturnos, lo cual nos indica que estamos en
—¿Así que han decidido rendirse? ¿Desisten de este ataque? —pregunta Tekay en su forma humana contemplando a los Fuhure que permanecen de rodillas delante de él.—Nosotros nunca quisimos esta guerra, pero sabes que debemos obedecer a lo que nuestro Jefe nos indica, el no hacerlo significa la muerte por rebelión —indica Juhion que ha sido comisionado por sus compañero para interceder por ellos.—El chaman era una sola persona, si todos se hubiesen unido para resistir esa decisión lo hubiesen logrado, pero en el fondo decidieron seguirlo ya fuese por temor o ambición —replica el cazador no aceptando justificaciones para excusarlos.—Puede que hayamos sido demasiado cobardes para tomar la decisión de resistirlo, pero ahora nos ponemos en tus manos. Haz como bien te parezca con nosotros, matamos si crees que no merecemos la vida, o perdónanos —ruega Juhion sin sentirse capaz de levantar la cabeza para mirar al muchacho a la cara.—Creo que lo mejo
Un pequeño niño de ocho años aprovecha los últimos rayos de sol del día para practicar su puntería con el arco, inhala el aire por la nariz y lo retiene antes de disparar para que su respiración no afecte la trayectoria de su flecha, tal y como le aconsejó su padre. Suelta la flecha que esta vez parece que por fin va a dar en la manzana que ha colocado encima de la rama de un árbol, una sonrisa comienza a dibujarse en rostro moreno del niño, sus ojos marrones claros brillan con orgullo esperando el momento de soltar su anhelado grito de triunfo. Pero al ver que la saeta pasa a dos palmas de la manzana suelta un gruñido de frustración tirando el arco al suelo, ha estado todo la tarde practicando para ser un buen cazador como su padre, Sin embargo, sigue siendo tan malo como hace diez soles cuando comenzó a practicar, so sigue así no será más que un recolector, o incluso un cuidador de animales, sería una deshonra para sus ancestros que han sido toda respetados cazadores de la tribu F