Narrador. La rubia empresaria, de ojos violeta oscuros, miró la última información que le habían entregado su asistente, y que había enviado la agencia de información que había contratado. -” ¡Vaya que interesante, Angus Blake! Resulta que tú también asistirás al nuevo Congreso de Innovación de Tecnología Médicas y Farmacéuticas de Nueva York. Interesante, un buen lugar para conocernos, y que caigas en mi trampa, ratoncito.”- pensó la millonaria holandesa Carlijn Jonker. Sintió la emoción, mesclada con la anticipación, al darse cuenta de que, después de tres años preparándose para vengar a su abuelo y a su padre, por fin, el esperado inicio de la venganza se acercaba. Con cuidado, sacó de un compartimento secreto que tenía en su escritorio, la foto, las cartas, y el diario de su padre, que había guardado con cariño, desde los dieciocho años. Dejó sobre la mesa las cartas y el diario, que se sabía de memoria, y con cuidado miró la foto. En ella se veía a un señor mayor de unos ci
Connelly. -” Por fin reina la tranquilidad”- le dije a Amelia cuando vimos partir las personas más importantes de las dos familias, y el origen de todo, después de una semana de auténtica locura. -” No lo digas muy alto, o seguro que antes de que la limusina se pierda de vista, mi madre decida, regresa para volverme loca de nuevo.”- dijo Amelia con claros signos de agotamiento en la cara. La entendía perfectamente, no hay nada peor en esta vida que tener un espejo en forma de persona que refleja todo lo que tú eres, tanto tus virtudes, como tus defectos, y si encima amas a ese ser tan idéntico a ti, más que a tu vida, justo lo que nos ocurre a la aventurera y a mí con nuestras queridas y estresantes madres. El problema radica en algo simple e inevitable, y es que, los sentimientos intensifican las sensaciones tanto positivas como negativas, y de alguna u otra manera, siempre terminas totalmente agotada, mentalmente. Esa semana a pesar de las advertencias que le hacía Amelia Earh
Amelia. -” Doctora Miller, el Doctor Fraser quiere verla en su despacho.”- me dijo la enfermera Ellie Callaghan, una de las enfermeras más veteranas de nuestro departamento. -” ¡Por dios, Ellie! Llevo ya un mes trabajando, y me sigues llamando doctora Miller, siempre que lo oigo me dan ganas de girarme para buscar a mi cuñada. Llámame Amelia, a secas, ¿vale?”- le dije con una sonrisa, mientras sentada frente a mi mesa de despacho, en la sala común que se les adjudicaba a los doctores fitoterapeutas. Estaba terminando el informe de evolución de mi último paciente, para que lo revisara su traumatólogo asignado. Cuando la sonriente enfermera entró para darme un recado del jefe de mi departamento. -” Lamentablemente, Doctora Miller, para usted, mi educación de Galloway, no me permite tratar con esa familiaridad tan típica de los norteamericanos, y menos a un superior, si lo hiciera, mi inglesa y tradicional abuela, se revolvería en su tumba.”- me dijo la enfermera de medina edad, con
Connelly.-” Connelly ¿No vienes con nosotras a la fiesta que da el representante del diseñador en unos de los áticos del hotel Eurostars Wall Street? Dice que irán muchas actores y actrices.”- me dijo una de mis compañeras modelos con las que acaba de desfilar en el Lincoln Center, en la semana de la moda de Nueva York, para el famoso diseñador puertorriqueño de origen español, Carlos de la Margue.-” La verdad estoy agotada, el vuelo desde Londres a Nueva York ayer, y la preparación del desfile me han dejado muerta. Ahora sólo deseo, una copa de vino blanco, una buena cena, y ocho horas de sueño ininterrumpido, hasta el próximo desfile del martes, no saldré sino para ensayar.”- le dije con cara de agotamiento.-” ¿De verdad te vas a perder una fiesta llena de guapos millonarios, y famosos?”- dijo otra de las modelos jóvenes, que tendría la misma edad que yo.-” No seas estúpida Susane, Connelly vive entre guapos millonarios, su familia y la familia de sus padrinos, para ella es lo q
Rowdy. -” Señor Cooper hay un accidente más adelante, por lo que puedo ver hay varios coches implicados.”- dijo el chofer, que la compañía que había contratado a mi empresa, para que implementara un nuevo sistema de telecomunicación, me había puesto, mientras sacaba la cabeza por la ventanilla para ver mejor, más adelante. Esto me hizo levantar la cabeza, de mi portátil en el que trabajaba, para ver por qué estábamos detenidos, aunque había muchos coches por delante de nosotros, como para ver lo que había sucedido, de nuevo otro retrasó más de los muchos que llevaba hoy, aunque tengo que decir que este, por lo menos, tenía su razón de ser, y estaba más que justificado. Tendría que pasar varias semanas más aquí en Nueva York antes de volver a California, en él ya que había un congreso muy importante, en dos semanas, en esta misma ciudad, donde mi empresa presentaba un nuevo sistema de video llamada mucho más nítida, con acciones varias, a tiempo real, y muy afectiva, que se podía apl
Connelly. Por mucho que pensé que eso estaba mal, por mucho que traté de decirle a mi traidor cuerpo que se controlara, de nada sirvió, y menos cuando mi mente comenzó a confundirse, aliándose a ese traidor, provocado por las sensaciones que esos labios me hacía sentir. Hasta el momento que fui arrastrada por sus fuertes brazos, fuera del peligro que era esa trampa mortal en a la que yo voluntariamente me había introducido para salvar al bebe, creí tenerlo todo controlado, pero sólo hasta que me encontré entre sus brazos. Fue en ese momento, cuando su calor, las increíbles y problemáticas sensaciones que él despertaba en mí, y el miedo que creí no sentir, anteriormente, me dieron ganas de abrazarlo, y pedirle que no me soltara. Esa sensación tan impactante, en mi mente, me descoloco, así que para evitar que él se diera cuenta, a pesar de lo evidentemente enfadado que estaba, por la estupidez que claramente había cometido, decidí centrarme en la estúpida rotura de mi valioso chánd
Rowdy. -” No preciosa, olvídate, no te voy a soltar, hoy tú y yo, vamos a terminar con esto, de una forma, o de otra, quieras o no, hablaremos, estoy harto de que nos pase siempre lo mismo, ya sea en diferentes países, o en diferentes situaciones, no me gusta eludir mis luchas, asi que vamos a enfrentarlo de una maldita vez, no voy a dejar que ambos acabemos como siempre. Todo tiene su límite, Bruja Arpía, y yo ya llegué al mío.”- la verdad no tenía nada previsto cuando le dije estas palabras, al menos nada de lo que verdaderamente pasó después. Simplemente necesitaba que, de una vez, definir qué era lo que demonios me pasaba con esa mujer, si era algo pasajero por un maldito embrujamiento pasajero, que ella me había echado, o es porque, a pesar de lo que siempre había creído que sentía por Emilia Paola Miller, en algún momento, en estos tres años, mi corazón y mis sentimientos habían tomado un camino diferente al que yo me había trazado originalmente. La verdad es que en este mome
Connelly. -” Hemos llegado señor Cooper”- oir como pronunciaba ese nombre, una voz profunda, desconocida, e inesperada, me hizo abrir los ojos de golpe. Para encontrarme ante esos ojos profundos e intensos, sin la barrera de sus gafas, mirándome. Era definitivamente los ojos más impresionantes que había visto nunca, no por su aspecto, aunque eran grandes con largas pestañas, ni por su color marrón miel indescriptible, sino por la intensidad arrasadora, que hizo que, por un segundo, me sintiera totalmente expuesta, con todos mis sentimientos a flor de piel. Darme cuenta de esto fue lo que me hizo reaccionar e intentar separarme de él, de nuevo totalmente avergonzada, sentándome de nuevo al darme cuenta de que no sólo estaba entre sus brazos, sino que, además, estaba totalmente acostada sobre su cuerpo, apoyando mi cabeza en su hombro. -” ¿Se puede saber qué haces, maldito imbécil? ¡No te tomes tantas libertades!”- le dije intentando levantarme, bajando mi cara para que, por lo meno