Angus. Al contrario de lo que yo pensaba, cuando se abrió la puerta, sin llamar, seguramente para sorprenderme, a esas primeras horas de la mañana, durmiendo plácidamente en mi cama, y justificar así, aún más su enfado. Quien entró por la puerta no fue sólo un rey vengativo con sed de sangre, sino que venía acompañado de un escoces enorme, también furioso, y un joven Robin Hood, con ganas de reventarme la cara, junto a ello, por último, aparecieron esos dos estúpidos, que ni se para que se habían apuntado, porque nada de so iba con ellos, seguramente porque oyeron que hoy moriría, a manos de mi mejor amigo, y no querían perdérselo. Esos dos son los mayores alborotadores del reino, Lean, no me pierdo una, Murdock y como no el ser más cotilla que conozco, Gavin, bocazas, Conway. -” Veo que estas despierto, eso es mejor que despertarte, para luego arrastrarte hasta tu pequeño gimnasio, sería algo más engorroso, y retrasaría lo que hemos venido hacer aquí.”- dijo Marcus, mientras Roy
Amelia. -” No creo que tenga que dar más explicaciones que las que ya he dado, señora Miller.”- dije yo finalmente, ya un poco casada del tercer grado al que mi madre me estaba sometiendo, mientras tanto Hanna, como Ailan, trataban de calmar mis reacciones, con mi madre. -” Tranquila Amelia, tu madre sólo lo hace porque se preocupa por ti.”- me dijo Hanna. -” Mamá, Amelia ya no es una niña, no creo que tengas que obligarla a nada, ademas sabes cómo es, cuanto más le insistan, e intentes presionar, peor se comporta.”- dijo Wendy, intentado interceder entre mi madre y yo mientras las dos nos mirábamos con la misma decisión en la mirada. Mia continuaba mirándonos fascinada, por el enfrentamiento entre mi madre y yo, algo que en mi casa hasta mi padre trataba de evitar muchas veces, por no decir que la mayoría, generalmente, yo terminaba cediendo ante mi madre, ya que ella solía usar trucos sucios, como recurrir al comodín del ejecutor, ósea mi padre, para salirse con la suya, cuando
Amelia. -” ¿Se puede saber qué haces Betty Boo?”- gruño Wendy. -” Alegrar las horas de espera, entre sesión y sesión, a mis compañeras modelos, por un módico precio, claro.”- dijo la pelirroja sin arrepentimiento. Sin pensarlo, y pese a sus quejas, porque de pronto sentí una ira infinita al imaginar a esas salidas degeneradas modelos, comiéndose con los ojos a los idiotas, medios desnudos, y golpeados, sobre todo a uno de ellos, le quité el móvil de las manos borrando la foto, para luego lanzarlo sobre el sillón individual de la terraza. -” ¡Vamos!”- dije con furia, agarrando la muñeca de la pelirroja, arrastrándola conmigo, evitando así que pudiera recuperar su móvil, mientras caminaba con paso decidido hacia donde estaba esos gilipollas trogloditas con exceso de testosterona, mientras sentía como mi cuñada y mi hermana también furiosas, me seguían. Entre el enfado que me creó mi manipuladora madre, saber que los idiotas se estaban dedicando, a golpes, manejar mi vida, sin preg
Narrador. La rubia empresaria, de ojos violeta oscuros, miró la última información que le habían entregado su asistente, y que había enviado la agencia de información que había contratado. -” ¡Vaya que interesante, Angus Blake! Resulta que tú también asistirás al nuevo Congreso de Innovación de Tecnología Médicas y Farmacéuticas de Nueva York. Interesante, un buen lugar para conocernos, y que caigas en mi trampa, ratoncito.”- pensó la millonaria holandesa Carlijn Jonker. Sintió la emoción, mesclada con la anticipación, al darse cuenta de que, después de tres años preparándose para vengar a su abuelo y a su padre, por fin, el esperado inicio de la venganza se acercaba. Con cuidado, sacó de un compartimento secreto que tenía en su escritorio, la foto, las cartas, y el diario de su padre, que había guardado con cariño, desde los dieciocho años. Dejó sobre la mesa las cartas y el diario, que se sabía de memoria, y con cuidado miró la foto. En ella se veía a un señor mayor de unos ci
Connelly. -” Por fin reina la tranquilidad”- le dije a Amelia cuando vimos partir las personas más importantes de las dos familias, y el origen de todo, después de una semana de auténtica locura. -” No lo digas muy alto, o seguro que antes de que la limusina se pierda de vista, mi madre decida, regresa para volverme loca de nuevo.”- dijo Amelia con claros signos de agotamiento en la cara. La entendía perfectamente, no hay nada peor en esta vida que tener un espejo en forma de persona que refleja todo lo que tú eres, tanto tus virtudes, como tus defectos, y si encima amas a ese ser tan idéntico a ti, más que a tu vida, justo lo que nos ocurre a la aventurera y a mí con nuestras queridas y estresantes madres. El problema radica en algo simple e inevitable, y es que, los sentimientos intensifican las sensaciones tanto positivas como negativas, y de alguna u otra manera, siempre terminas totalmente agotada, mentalmente. Esa semana a pesar de las advertencias que le hacía Amelia Earh
Amelia. -” Doctora Miller, el Doctor Fraser quiere verla en su despacho.”- me dijo la enfermera Ellie Callaghan, una de las enfermeras más veteranas de nuestro departamento. -” ¡Por dios, Ellie! Llevo ya un mes trabajando, y me sigues llamando doctora Miller, siempre que lo oigo me dan ganas de girarme para buscar a mi cuñada. Llámame Amelia, a secas, ¿vale?”- le dije con una sonrisa, mientras sentada frente a mi mesa de despacho, en la sala común que se les adjudicaba a los doctores fitoterapeutas. Estaba terminando el informe de evolución de mi último paciente, para que lo revisara su traumatólogo asignado. Cuando la sonriente enfermera entró para darme un recado del jefe de mi departamento. -” Lamentablemente, Doctora Miller, para usted, mi educación de Galloway, no me permite tratar con esa familiaridad tan típica de los norteamericanos, y menos a un superior, si lo hiciera, mi inglesa y tradicional abuela, se revolvería en su tumba.”- me dijo la enfermera de medina edad, con
Connelly.-” Connelly ¿No vienes con nosotras a la fiesta que da el representante del diseñador en unos de los áticos del hotel Eurostars Wall Street? Dice que irán muchas actores y actrices.”- me dijo una de mis compañeras modelos con las que acaba de desfilar en el Lincoln Center, en la semana de la moda de Nueva York, para el famoso diseñador puertorriqueño de origen español, Carlos de la Margue.-” La verdad estoy agotada, el vuelo desde Londres a Nueva York ayer, y la preparación del desfile me han dejado muerta. Ahora sólo deseo, una copa de vino blanco, una buena cena, y ocho horas de sueño ininterrumpido, hasta el próximo desfile del martes, no saldré sino para ensayar.”- le dije con cara de agotamiento.-” ¿De verdad te vas a perder una fiesta llena de guapos millonarios, y famosos?”- dijo otra de las modelos jóvenes, que tendría la misma edad que yo.-” No seas estúpida Susane, Connelly vive entre guapos millonarios, su familia y la familia de sus padrinos, para ella es lo q
Rowdy. -” Señor Cooper hay un accidente más adelante, por lo que puedo ver hay varios coches implicados.”- dijo el chofer, que la compañía que había contratado a mi empresa, para que implementara un nuevo sistema de telecomunicación, me había puesto, mientras sacaba la cabeza por la ventanilla para ver mejor, más adelante. Esto me hizo levantar la cabeza, de mi portátil en el que trabajaba, para ver por qué estábamos detenidos, aunque había muchos coches por delante de nosotros, como para ver lo que había sucedido, de nuevo otro retrasó más de los muchos que llevaba hoy, aunque tengo que decir que este, por lo menos, tenía su razón de ser, y estaba más que justificado. Tendría que pasar varias semanas más aquí en Nueva York antes de volver a California, en él ya que había un congreso muy importante, en dos semanas, en esta misma ciudad, donde mi empresa presentaba un nuevo sistema de video llamada mucho más nítida, con acciones varias, a tiempo real, y muy afectiva, que se podía apl