BECCA Llevo casi media hora sin moverme de mi lugar, estando recostada contra la pared en mi cama, terminándome mis uñas mientras las muerdo en puro nerviosismo; vuelvo a ver mi celular, cerca de las nueve en punto. La emergencia de mi amiga me ha dejado desconcertada y con la mente vacía. Ni siquiera presto atención cuando Chloe entra en nuestra habitación compartida; siempre que entra a un lugar irradia un brillo natural y aunque no lo ha perdido, ahorita no es mi prioridad. —Hoy fue un gran día —suspirando, cae a la cama boca abajo. Dejando que todo su castaño cabello se esparza por su espalda y un poco caiga por su rostro, pero lo aparta casi al instante. —Ah, ¿sí? —me aventuro a preguntar, dejando mi celular a un lado. Necesito algo que me distraiga de Dylan y ahora, Chloe parece ser mi única opción viable—. ¿Qué ha sucedido? Ya es algo tarde para que andes por ahí sola. La guapa castaña cambia de posición, girándose sobre sí misma y dirigiendo su mirada al techo blanco de la
Me remuevo en mi lugar, sintiéndome adolorida e incómoda; abro los ojos con cierta dificultad, tanto que mi cabeza duele y me hace sentir un poco mareada. Parpadeo un par de veces para acostumbrar mi vista a la resplandeciente luz blanca del techo; observo con atención mi alrededor y me doy cuenta que estoy en una habitación de hospital, y aunque eso me desconcierta lo hace más el hecho de que Logan esté en una silla al lado de mi cama con su cabeza recostada en el colchón al lado de mi mano izquierda, entrelazando su dedo índice con mi meñique.Gimo de dolor al intentar levantarme, me duele casi todo, pero más que nada, la espalda. Ahogo un grito al sentir un cuello ortopédico alrededor de mi cuello.—Tranquila —Logan se levanta rápido, hablando en un suspiro cansado y me ayuda a acomodar mi cabeza en la almohada—. Llamaré a un doctor.Logan sale de la habitación en busca de alguien y cuando regresa viene acompañado de varias personas. Seis para ser más precisa, mis padres, mis tres h
Logan sigue sin decir nada y cuando estoy a punto de agregar algo más, un simple comentario, él me quita la palabra.—Fue Kayla —musita, enojado, pero analizando todo.‹‹¿Cómo recuerda su nombre?››Parece leer mi mente, porque al instante responde:—Kayla hizo viral un vídeo en el que te ves en una esquina, escuchando cada una de mis palabras y luego, sales llorando de ahí —cada palabra que dice está llena de dolor e impotencia—. En el momento, me dio igual, eras la responsable de mi enojo y por mí estaba bien ese daño, quería que supieras una pizca de lo miserable que me sentía. Pero..., ahora es diferente.‹‹Ahora es diferente››, me quedo con esa frase. En definitiva, lo es, ambos crecimos y nos desconozco de lo que éramos antes.No digo nada, no tengo nada que decir. Yo lo herí y él me hirió, no al mismo nivel, pero ambos pasamos por un mal tiempo. ‹‹Tal vez quedamos a mano, después de todo››.Los minutos en silencio se prolongan demasiado y la ansiedad me empieza a golpear duro a c
Han pasado dos semanas desde ese terrible accidente. Mi estadía en el hospital duró un poco más cuando caí de sentón en el pasillo, causándome una recaída horrorosa, pues sentí la columna como nunca antes. En mi defensa, Jace había tomado mi libro, tratándolo mal, así que tenía que defender a mi bebé. Por lo menos, el Dr. Blake me ha dado de alta esta misma mañana, diciendo que podía continuar con mi vida normal; sin embargo, no podría hacer ningún esfuerzo físico tan duro durante unas semanas. Lo que significa, no deportes. Irónicamente, parte de mí se siente mal por ello, aun cuando ya no los practico como antes; pero debo aceptarlo, estos siguen siendo parte de mi vida. —¿Estás lista? —pregunta mamá desde el marco de la habitación del hospital. Asiento en afirmación, tomando de una correa mi mochila con mis cosas, las cuales me son arrebatadas por mi progenitora con desaprobación. Paso por recepción, despidiéndome de las enfermeras y demás con una sonrisa enorme. Soy mala socializ
Nos soltamos de ese dulce beso y lamo mis labios, saboreando el sabor que él ha dejado en mí. Le sonrío tímidamente y me toma de la mano hasta guiarnos a la misma mesa de antes; tomamos asiento, acerca su silla hasta que su rodilla choca con la mía y se inclina hacia adelante, apoyando sus codos en sus muslos mientras entrelaza sus dedos. Su anterior semblante tierno se ha transformado por uno más serio e intrigante. ¿Qué más sorpresas hay?—Ya lo sabía —suelta sin más—. No todo, pero me hacía una idea de lo que estaba pasando.Alzo una ceja, no comprendo de lo que me está hablando. Acabamos de compartir un momento muy lindo y ahora me conduce con unas palabras que no sé qué quieren darme a entender.—¿A qué te refieres? —me aventuro a preguntar, jugando con mis manos en mi regazo y con mis cejas aún más arrugadas.Logan limpia el sudor de sus palmas en sus jeans sobre sus rodillas, nunca lo había visto haciendo esa acción en específico, pero podría jurar que es en nerviosismo. Abre la
LOGAN —¡Mayor precisión, Harris, mayor precisión! —Vuelve a gritar el entrenador después de dar mi último pase. El infortunio accidente de Dylan le trajo más presión a Donovan y con ello a nosotros, pues nos ha hecho entrenar más duro de lo que ya lo hacíamos. Los músculos me arden desde hace tres días y si no nos da un descanso pronto creo que ni siquiera seré capaz de participar; y dudo ser el único. Otros chicos hacen mueca al ir trotando en el campo de un lado al otro, sujetando sus piernas y cayendo sentados sin dar para más. —¡Ya no puedo más! —exclama Jace a unos metros de mí, cayendo sentado para terminar de estirar todo su cuerpo como si estuviera a punto de hacer un ángel de nieve, pero en la grama—. Me voy a morir, me duele hasta lo que no debería dolerme. Con el ceño fruncido y mi respiración pesada me le quedo viendo, poniéndome de cuclillas en mi lugar y sujetándome con una mano en el piso. Grandes bocanadas de aire salen de mi boca, intentado recuperar un ritmo más n
El Dr. Blake no creyó en mis palabras por más que lo prometí, por lo que me tendió una incapacidad larga, además de unos exámenes de rutina que no tomaba hace mucho y algunas terapias para cerciorarse que mi espalda y mis huesitos estuvieran bien. De hecho, dicha incapacidad tenía un límite hasta el día de ayer, por lo que hoy me toca ir a la escuela.Me encuentro revisando mi mochila y mis útiles cuando mamá entra en la habitación recitando el horario de mi medicamento en el horario escolar.—Mamá… —la llamo—. Mamá… —Termino riendo ante su vista perdida—. Estaré bien.—Lo sé, mi amor. —Se acerca y me da un beso en la mejilla—. Solo quiero que te encuentres bien.Le sonrío con dulzura. —Ya soy una niña grande, mami. Te prometo que estaré bien, nada pasará. Me cuidaré.Los ojos se le hacen brillosos y parece que va a llorar, sin embargo, no lo hace. Simplemente, pasa un mechón de pelo detrás de mi oreja, acariciando mi mejilla con su pulgar antes de darme un beso en la frente; deja mi m
Logan tiene algo que acelera mi pulso, que me hace ir más allá, sentirme más segura de mí misma y más competitiva de lo que ya soy. Y casi siempre que me siento de esta manera por él, es porque me está provocando, aunque él no lo sepa y es que las ganas de llevarle la contraria son gigantes. Pongo mis manos sobre la mesa y me levanto de mi asiento lentamente.—No. —Se tensa aún más en su puesto, sus dos manos convirtiéndose en puños sobre su mesa—. No me provoques, Dylan.Volteo para verlo directo a los ojos. —Tú me provocaste primero, niño bonito.Mi tono está cargado de malicia y arrogancia mientras mis dedos se deslizan por la mesa y le sonrío de manera “inocente”, pestañeando repetidamente para fastidiarlo y me volteo en dirección a los extranjeros.—Hola, chicos.Ahora que lo pienso, me siento estúpida…, muy estúpida. He venido a saludar a los dos chicos con los que prometí una cita y nunca fue y que, para rematar, les negué visitarme cuando ellos preguntaron insistentemente. Soy