LOGAN
Los rumores y chismes siempre logran ponerme los nervios de punta cuando son sobre personas con las que me relaciono, de lo contrario me dan igual y la gente puede decir lo que le plazca. Sin embargo, ayer escuché algo que martillaba mi mente y necesitaba sacarlo de mi sistema. ¿Cómo? Sencillo: sexo. Pero fue estúpido al tener en cuenta que mamá dijo que tenía que estar temprano en la escuela hoy, así que le hice caso… o más o menos.
—¿Me puedes repetir por qué me sacaste de la cama antes? —pregunto, pasando por la entrada de la cocina, buscando mi casco para poder salir.
Doy unos pasos atrás, inclinándome para darle un vistazo a mi madre que está terminando su taza de café mientras lee el periódico con serenidad. Me da una mirada ligera, ocultando su sonrisa con la taza enfrente de su boca. Frunzo el ceño en su dirección.
—¿Qué? —exclama, divertida.
—No me respondes.
Se encoge de hombros. —No lo sé, ¿de acuerdo?
De forma repentina, una ola nueva de inseguridades me llena cuando entro a mi salón; desearía tener esta clase con Sebs, de forma que pudiera hablar con él y recibir un abrazo reconfortante, aunque sea una sonrisa. Sin embargo, en literatura solo tengo a Jace y él se concentra más en sus amigos y crear plática con las chicas; además, tampoco me apetece hablar de eso con él. Los primeros cincos minutos de la clase pasan y no puedo sacarme de la cabeza esa tonta discusión, a mi parecer no tiene nada de sentido cuando Logan y yo no somos nada; tanto es lo que me tiene absorta que ni siquiera puedo tomar apuntes. Y menos me doy c
No lo pierdo de vista mientras sigo sin decidirme qué es lo que le diré, por lo que me despido de mis hermanos antes de pensar en qué estoy haciendo. Sostengo con fuerza las correas de mi mochila, intentando agarrar fuerzas de alguna forma milagrosa. No obstante, me detengo en seco cuando escucho la voz de mi hermano a apenas unos pasos tras de mí.—Directo a clases, ¿no? —pregunta James con una ceja alzada.Ladeo la cabeza y antes de poder responder, Jace habla por mí—: Es la nerd de la familia, es obvio que va directo a clases —repone, riendo p
LOGANLo más estúpido de todas mis acciones es no pensarlas antes de hacerlas, o más bien, pensar en sus consecuencias, en lo que podría pasar en un futuro a causa de ellas. Un claro ejemplo es haber confesado mis sentimientos a una chica muy observadora que no dejó pasar la marca de color purpura en mi cuello.—No sé por qué se llaman soluciones en cinco minutos si lo que necesito no lo ando llevando todos los días y en cualquier lugar —comenta Jace, deslizando su dedo por la pantalla de su celular—. ¿Creen que siempre ando llevando... crema para las hemorroides? Ni siquiera tengo hemorroides.James y yo volteamos a verlo con el ceño fruncido, pues no es un comentario que se escucha todos los días, aunque viniendo de él, lo mejor es siempre esperar lo inesperado. Sigo con el masaje en mi cuello, haciendo fuerza con una moneda para que se reduzca la marca y sí que lo hace, pues en lugar de un color morado este se torna a un color rojo por la fuerza que ejerzo sobre él. Empieza a doler,
Cuando terminó la clase de matemáticas me quedé pensando en todo lo sucedido hasta ahora, en el resto de mis clases no he podido dejar de darle vueltas a todo el asunto. Primero, me encontré a un Logan enojado y con mi casillero abollado; después, sucede que estoy en el equipo deportivo donde soy la única chica; y, por último, resulta que le gusto a Logan. Analizando toda mi mañana, me doy cuenta que este chico parece medio bipolar.—Y raro —suelto en voz alta.—¿Qué o quién es raro? —pregunta Sebastian a mi lado, ni siquiera lo había notado ahí.—¿Ah? —intento conectarme. Sebs alza una ceja porque sabe que realmente si le escuché—. Harris. Él es raro y algo bipolar.Aunque, entre los dos nos vamos a penales con eso último.—Y ¿eso por qué? —se le ve interesado y no lo culpo, no le he contado mucho estos últimos días.—Porque —alargo la "e" al no saber cómo explicarle a mi mejor amigo que le gusto a un idiota—, resulta, pasa y acontece que en la primera hora le caía mal a Logan y hace
Mi cabeza no para de dar vueltas con todo lo que acabo de presenciar y mi corazón no aguanta con los sentimientos encontrados por todo ello. Sin darme cuenta he corrido al gimnasio local, en lugar de a casa; supongo que tanto mi cuerpo como mente necesitan desahogar este embrollo con lo que mejor sé hacer: deportes. Aún no termino de regular mi respiración cuando entro al establecimiento; en la recepción me encuentro a Sandra, ella es la encargada de dar la información necesaria para cuando alguien quiere entrar a algún curso o entrenamientos impartidos en este lugar. —Hola, Jordan —me saluda con una gran sonrisa en su rostro. Su expresión se ha iluminado una vez me ha visto, aun cuando su ceño se ha fruncido un poco por mi agotamiento—. Hace mucho que no nos visitabas por estos rumbos, se te extraña, linda. Mi corazón se estruja una vez más al escucharla decirme ese apodo, recordándome a ese chico de quien estoy huyendo. Pero Sandra no lo sabe y no tiene la culpa de usar algo tan ge
BECCA Llevo casi media hora sin moverme de mi lugar, estando recostada contra la pared en mi cama, terminándome mis uñas mientras las muerdo en puro nerviosismo; vuelvo a ver mi celular, cerca de las nueve en punto. La emergencia de mi amiga me ha dejado desconcertada y con la mente vacía. Ni siquiera presto atención cuando Chloe entra en nuestra habitación compartida; siempre que entra a un lugar irradia un brillo natural y aunque no lo ha perdido, ahorita no es mi prioridad. —Hoy fue un gran día —suspirando, cae a la cama boca abajo. Dejando que todo su castaño cabello se esparza por su espalda y un poco caiga por su rostro, pero lo aparta casi al instante. —Ah, ¿sí? —me aventuro a preguntar, dejando mi celular a un lado. Necesito algo que me distraiga de Dylan y ahora, Chloe parece ser mi única opción viable—. ¿Qué ha sucedido? Ya es algo tarde para que andes por ahí sola. La guapa castaña cambia de posición, girándose sobre sí misma y dirigiendo su mirada al techo blanco de la
Me remuevo en mi lugar, sintiéndome adolorida e incómoda; abro los ojos con cierta dificultad, tanto que mi cabeza duele y me hace sentir un poco mareada. Parpadeo un par de veces para acostumbrar mi vista a la resplandeciente luz blanca del techo; observo con atención mi alrededor y me doy cuenta que estoy en una habitación de hospital, y aunque eso me desconcierta lo hace más el hecho de que Logan esté en una silla al lado de mi cama con su cabeza recostada en el colchón al lado de mi mano izquierda, entrelazando su dedo índice con mi meñique.Gimo de dolor al intentar levantarme, me duele casi todo, pero más que nada, la espalda. Ahogo un grito al sentir un cuello ortopédico alrededor de mi cuello.—Tranquila —Logan se levanta rápido, hablando en un suspiro cansado y me ayuda a acomodar mi cabeza en la almohada—. Llamaré a un doctor.Logan sale de la habitación en busca de alguien y cuando regresa viene acompañado de varias personas. Seis para ser más precisa, mis padres, mis tres h
Logan sigue sin decir nada y cuando estoy a punto de agregar algo más, un simple comentario, él me quita la palabra.—Fue Kayla —musita, enojado, pero analizando todo.‹‹¿Cómo recuerda su nombre?››Parece leer mi mente, porque al instante responde:—Kayla hizo viral un vídeo en el que te ves en una esquina, escuchando cada una de mis palabras y luego, sales llorando de ahí —cada palabra que dice está llena de dolor e impotencia—. En el momento, me dio igual, eras la responsable de mi enojo y por mí estaba bien ese daño, quería que supieras una pizca de lo miserable que me sentía. Pero..., ahora es diferente.‹‹Ahora es diferente››, me quedo con esa frase. En definitiva, lo es, ambos crecimos y nos desconozco de lo que éramos antes.No digo nada, no tengo nada que decir. Yo lo herí y él me hirió, no al mismo nivel, pero ambos pasamos por un mal tiempo. ‹‹Tal vez quedamos a mano, después de todo››.Los minutos en silencio se prolongan demasiado y la ansiedad me empieza a golpear duro a c