Por fin es viernes y después del almuerzo, solo quedan dos horas clase para largarme a mi casita. Este tipo de semanas, las que sientes que se pasan volando son las que me gusta contar como favoritas, en especial esta, pues me ha dejado cositas buenas; como que la hora del almuerzo, en la mesa, ya no solo somos Sebastian y yo, ahora se encuentra Becca también. Quien resultó ser mejor de lo que alguna vez imaginé. Tiene una personalidad muy fuerte y directa que no deja de sorprenderme, pero que me llena de risas.
Además, se siente bien poder decir que, al fin, tengo una amiga sincera que no está conmigo por la atención de mis hermanos.
LOGANLa primera mitad del juego se fue volando, por más que intentáramos meter presión por las bandas, no lográbamos acercarnos lo suficiente para deshacernos del empate que tenemos, no obstante, la defensa se ha mantenido resistente a dejar que el otro equipo se acerque a nuestra meta.—Los nervios están de punta allá afuera —habla el entrenador, o más bien, grita—, pero a ustedes los necesito calmados, que piensen con la mente en frío. Necesito que salgan y le demuestren a ese equipo todo lo que han entrenado y porqué merecen
Los Bulls de Monroe son un orgullo para toda la ciudad y que hayan pasado a los cuartos de final es motivo de celebración entre todos, pero, en especial, entre nosotros, los estudiantes. Y para esta ocasión, los protagonistas son mis dos hermanos y el idiota de Logan, puesto que además del gol de Harris, James logró hacer otras dos anotaciones que le dieron la victoria definitiva a nuestro equipo, por lo que habrá fiesta en la casa del capitán.Con mucha persuasión, Becca logró convencerme de regresar a casa para cambiar mi atuendo, debido a que me renegó por mis jeans flojos y la camiseta de colores como algo típico de mí y no una forma de vestirse para una fiesta de este calibre.—Sigo insistiendo en por qué me debo cambiar —rezongo mientras busco que usar, pasando una prenda tras otra con un poco de brusquedad.
~ADVERTENCIA~*Este capítulo es un tipo de anexo, lo que significa que, aunque sigue la línea temporal de la historia, no forma parte de la trama principal. Queda en ti si decides leerlo o no, ya que no hará ni un cambio con tu lectura. Eso sí, al menos este capítulo, tiene escenas subidas de tono entre dos chicas, si lees es bajo tu propia responsabilidad. Si no te gusta, no lo leas y ya está.*BECCAHemos estado bebiendo, definitivamente unos más que otros, contando los cuerpos esparcidos por toda la casa o a mi nueva amiga a mi lado con una risita cada cinco segundos. Los chicos que aún están conscientes han decidido jugar para pasar el tiempo. Admito que en un inicio no quería, lo veía algo estúpido, simplem
Mis ojos empiezan a arder debido a lo abiertos que están, he quedado en shock solo por ver que la m*****a botella ha elegido a Logan y a mí. A mí y a Logan. ¡A los dos, joder! ¿Cuál es el mal que yo hice? Yo no vine para jugar con él. Me quedo helada hasta que reacciono gracias a Becca chasqueando sus dedos justo en mi cara con una sonrisa ancha, llena de diversión. Parpadeo repetidamente, negando con la cabeza mientras la volteo a ver y luego al frente.—¿Aaah...? —es lo único que sale de mi boca.‹‹¿No se supone que el alcohol te da valentía?››,me pregunto con una alta consternación de mi seguridad en mí misma.Porque justo ahora, la cobardía está considerando hacerse mi mejor amiga, pegando mi cuerpo al piso y negándome las ganas de ir por ello.
Empiezo a removerme en la cama cuando siento como un rayo de luz da justo en mi lado izquierdo, sin embargo, no ha sido eso lo que me ha despertado primero. No, más bien, son distintos ¿ronquidos? Sí, son los ronquidos de, los que apostaría, son mis hermanos. Paso el dorso de mis manos sobre mis ojos, quitando las lagañas de ellos con un poco de pereza.‹‹¿Cómo rayos llegué, o llegamos aquí?››,mi cabeza intenta trabajar.‹‹O más bien, ¿dónde estamos?››.Me sostengo de mis codos para tener una mejor visión de los individuos repartidos en la cama. Jason está a mi izquierda, con su antebrazo sobre sus ojos; yo debí hacer eso, así no estaría despierta ahora. James se encuentra boca abajo al otro lado y por último Jace, él está boca abajo; se encuentra acostado a lo ancho de la cama, sus pies sa
El inmenso dolor de cabeza a causa de la resaca no me dejó salir en toda la mañana, dejándome tirada en mi cómoda y amada cama. Para aliviar el sufrimiento, intenté ver todas las temporadas deTeen Wolf.Enfatizo en 'intenté', porque no lo logré, apenas y avancé algunos capítulos. Por otro lado, mis hermanos entraban y salían de mi habitación preguntando si me encontraba bien o si me pasaba algo malo. Estaban con cosas como:"Dime quién te tiene así y le parto la madre.""Si fue Harris quien te tiene así, se las verá conmigo. Juro que le infrinjo el mayor dolor de su vida. ""No te sientas mal, Dyl. Ya que estás acostada... ¿Entiendes? Tú estás acostada, no sentada."
LOGAN—¿A qué te refieres con que no lo tienes? —le pregunto a Jace a través de la línea telefónica—. Ella dijo que eran hermanos, imbécil.Un silencio sepulcral se abre paso al otro lado de la línea. He llamado a Jace para que me pase el número de Dylan y poder contactarme con ella por los detalles de nuestra cita mañana, pero tal parece que estos hermanos olvidaron ponerse de acuerdo con sus mentiritas.—¿Ella dijo eso? —indaga con una curiosidad característica de él y que a la vez me recuerda a sus preguntas en la escuela cuando olvida alguna tarea para su clase.—Ya te dije que sí, Jace.Otra pausa se hace al otro lado, un silenci
Lunes… ¿A quién en su sano juicio se le ocurre crear los lunes? Detesto los lunes… ‹‹Además, el horario de este día es aburridooo››. El día ha avanzado de lo más normal, lo que se define como aburrido. He tratado de no pensar en la salida con Harris, la cual se pasó para hoy, ya que tuve que atender pendientes familiares con mamá a los que no podía negarme. El pensamiento de una salida con el idiota deportista se me hace difícil de escapar, puesto que después del almuerzo tengo matemáticas y resulta, pasa y acontece que es mi compañero de asiento. Guao, qué suerte la mía. Nótese el sarcasmo. —¿Dónde tienes la cabeza hoy, Dyl? —pregunta Sebastian sentado enfrente mío, moviendo su tenedor en su plato antes de llevarlo a su boca. Niego lentamente, con mi codo sobre la mesa mientras mi mano sostiene mi cabeza. —Ni yo tengo idea de qué pasa conmigo. Bueno, a lo mejor sí sé. La razón de andar tan decaída hoy, además del asun