Historia.
¿Historia?
¿Para qué rayos estudiamos historia?
O sea, hello, yo voy hacia el futuro, no al pasado, dah.
Pido perdón, pero historia me hace entrar en un modo irritable y a veces me saca el lado diva que ni siquiera tengo, me pone en el peor humor. Simplemente, me aburre y en ocasiones, me estresa un poco. Soy pésima para las fechas y aun así logro seguir adelante. A eso, súmale que el maestro es un amargado de primera y quiere que sepas todo desde el primer punto.
—¿Disfrutando de mi clase, Señorita Connor? —pregunta el Señor Skylar, sacándome de mi ensoñamiento, ha parado justo al lado de mi asiento individual.
Regreso mi mirada hacia él, cansada. —No mucho que digamos —respondo, intentando sonar débil y me encojo de hombros. Poco me falta para dejarme caer sobre mi mesa.
El Señor Skylar nunca ha sido mi favorito y aun así paso su materia con excelentes notas. Debería de estar orgulloso de mí, porque yo lo estoy, contando lo mal que suele dar algunas clases.
—Solo ponga atención —sentencia, yo asiento, lentamente.
Me molesta que teniendo a la mitad de su clase casi durmiendo, es a mí a quien tiene que llamarle la atención, en especial, cuando suelo pasar desapercibida hasta por los maestros. Menos mal en esta escuela mis hermanos y yo no somos los únicos con el apellido Connor, sino, todo sería algo difícil.
Mi vista está en el reloj de la pared de enfrente, justo arriba de la pizarra. De un momento a otro, el reloj se hace gigante para mí, exactamente como en High School Musical 2. Segundos después, el timbre suena y yo salgo de mi trance. Nunca me ha gustado ser de las primeras en salir, ya que todos se amontonan en el pasillo, claro que sea solo necesario. Por lo que me espero un poco, tomando con calma el arreglar mi mochila, pero del mismo modo, ansiando salir de aquí.
Con Sebs y Becca quedamos en vernos en las gradas de enfrente de la escuela, no obstante, primero debo pasar por mi casillero por algunas de mis cosas. Todo va como de costumbre en el pasillo, solo me falta una esquina para salir al pasillo principal, hasta que una mano tapa mi boca y con fuerza hace que mi espalda choque con el pecho de esa persona. Al mismo tiempo, jala de mí hacia atrás, dirigiéndonos hacia el que creo que es el laboratorio de química.
‹‹¿Y ahora qué?››
Este día no podía ir peor…
LOGAN
En definitiva, hoy hice un descubrimiento muy interesante, el cual, tiene nombre y apellido: Dylan Connor. Por alguna razón, su rostro se me hace familiar, sin embargo, no tengo idea de dónde o cuándo. Solo sé que antes de hoy, era invisible para mí.
Cuando sacó su dedo medio en mi dirección, se convirtió en un acto de descaro, pero admito que, bajo esos jeans algo flojos para mi parecer, se veía un muy bien trasero definido; el cual salió a relucir a la hora de deporte. Junto con esa forma de ser y la poca reacción que causo en ella, ha captado mi atención, no de la manera en que lo haría cualquier chica, pero lo ha hecho.
Después de no haber prestado atención a las últimas dos horas y haber aguantado a Chloe a mi lado, decido poner en marcha mi plan para hacer caer a Dylan. Esto me lo estuve pensando en clases, pues dije que necesitaba la asistencia, no el prestar atención. Así que, al salir de literatura, veo con atención cada paso que da Dylan hasta su casillero y en el pasillo, con la excepción que no la dejo seguir su camino. Con una mano en su boca y la otra por su cintura, la jalo con tal intensidad, causando que choque contra mi pecho, de manera que siento su respiración agitada mientras la llevo conmigo.
Me sorprende que no esté forcejeando o pateando como loca mientras la llevo al laboratorio de química, a un lado del pasillo principal; en todo momento, ella mantiene la calma. Cuando ya estamos adentro, pasa lo que menos me esperaba. Una vez la suelto, dirige su codo a mi estómago, dejándome sin aire. Intento recuperarme, pero no me da la oportunidad cuando su primer movimiento es seguido de un puñetazo en mi parte donde no brilla el sol. Este último logra tirarme al suelo.
—Oh, m****a —Dylan lleva su mano derecha a su boca con plena preocupación y una gran sorpresa.
—Hola, Dylan —suelto en un soplido por el dolor en mi parte recién golpeada con ambas manos ahí.
—¿Acaso tu mamá no te enseñó que secuestrar es malo? —pregunta en un tono sugestivo, aún con su respiración pesada, pasando sus manos por su cabello.
Pero hay que aceptar que quien está mal ahora, soy yo. Me golpearon en mis futuros hijos. Con dificultad, logro ponerme de pie, aún con un poco de dolor en mi entrepierna, intento relajar las facciones de mi cara para no demostrar mi dolor, sin embargo, es algo tan difícil cuando te golpean ahí abajo y de paso le dan una bofetada a tu ego.
—Mi madre me dijo que me cuidará de las chicas locas —comento con un poco de burla, sin embargo, me sale una mueca.
Se cruza de brazos, abriendo la boca en asombro y un poco de indignación por mi pequeña referencia hacia ella, pero rápido cambia su expresión a una sonrisa victoriosa.
—Pues, veo que no seguiste su consejo, ya que tienes a Chloe como novia, ¿no? —responde, como si su respuesta fuera mejor que la mía.
Sin embargo, mi mirada queda más atenta a como se elevan sus pechos con esa acción que a lo que sale de su preciosa boca. Lamo mis labios en deseo de averiguar lo que esconde bajo esa sudadera tan grande. Si tuviera palabras para describirla justo ahora, creo que esas serían “futuro descubrimiento”.
—Oye, pervertido —chasquea sus dedos en mi cara, obligándome a parpadear repetidamente y levantar la vista—. No me mires de esa manera. Mis ojos están arriba, no ahí.
Con sus dedos señala a su rostro mientras me mira molesta por mis acciones. Doy unos pasos hasta quedar recostado en una de las mesas, cruzándome de brazos.
—Lo siento —digo, con una sonrisa de suficiencia. He notado que eso la pone de moñitos enojados.
Me mira con una ingenuidad falsa. —¿Lo sientes? —pregunta con tono divertido, o más bien, sarcástico.
Pongo mis dedos en la barbilla, ladeando mi cabeza, casi como si pensara mi respuesta, aunque para nada es así.
—Naah, me encantó ver en dirección de tus pechos.
Ni siquiera pasan treinta segundos cuando una bofetada llega a mi rostro con una brutal velocidad que me deja atónito. ¿Qué m****a?
—Otro comentario pervertido y la próxima será a puño cerrado —amenaza.
Llevo mi mano al área golpeada, no duele, al menos, no físicamente. Esto no se quedará así. Con la misma agilidad que ella, tomo sus dos muñecas al lado de su cabeza y la acorralo contra la pared a su espalda. Su respiración se aumenta con mi cercanía y movimientos.
—Nadie, ni siquiera un chico —hago una corta pausa—, me ha faltado el respeto dos veces el mismo día y se ha salido con la suya.
—Tengo más respeto por mí misma —escupe con furia notable. Sigue sin hacer fuerza alguna, enfrentándome al no bajar su cabeza en ningún momento.
Una sonrisa de suficiencia invade mi cara, tomo sus muñecas con una sola mano y con la otra acaricio su rostro. Tiene facciones muy bellas, su rostro es delicado, pero con una fiereza que la hace diferente a otras y logra captar toda mi atención sin esfuerzo alguno.
—Eres muy hermosa —suelto, sin pensarlo. Ella frunce el ceño, viéndome extraño.
Al darme cuenta de mis palabras quito mi mano de su rostro con rapidez. ‹‹No es momento de echarte para atrás››, me digo a mí mismo.
Así que, para remediarlo, con mi pulgar acaricio su labio inferior. Todo su rostro está de un color rosa, incluyendo sus labios, pero fácilmente te puedes dar cuenta de que no tiene ni una gota de maquillaje y que el color es reacción del momento.
—Suéltame —ordena en un murmuro apenas audible, pero la percepción de su molestia es sencilla.
—No hasta que me pagues las que me hiciste hoy, linda —le respondo con un poco de arrogancia, elevando mi comisura derecha.
Resopla, rindiéndose como si supiera lo que quiero. —Puedo hacer tu tarea de matemáticas —me mira directo a los ojos, en su voz se nota lo harta que está de la situación—, y todo queda resuelto. Ni una tutoría, solo hago todas tus tareas y fin del asunto.
Niego, sonriendo de lado y me acerco más a ella. —Mis objetivos contigo son muy claros. Por lo que, con una tarea resuelta, no harás nada.
Dylan intenta zafar sus manos de mi agarre, su intento tiene fuerza, pero no el suficiente para que la suelte, no con lo cerca que la tengo.
—No te librarás tan fácil de mí, pequeña nerd —hago énfasis en la última palabra, alterando a la chica enfrente mío.
Ella rueda los ojos, frunciendo los labios en fastidio. Con mucho descaro, choca su pecho contra el mío, haciendo que yo de paso y medio hacia atrás, logrando liberar sus manos de mí.
—¿Y qué tienes planeado hacer? —pregunta con mucho disgusto—. ¿Intentar secuestrarme cada vez que puedas? Porque prometo que a la próxima te doy un puñetazo en esa cara de niño bonito, más una patada en tu muy preciada parte noble. Acércate y averígualo.
Muerdo el interior de mi mejilla. No es que tenga miedo, no me mal interpreten, simplemente, después de que me abofeteó y también me dio donde no entra el sol, la creo capaz de repetir sus acciones y mucho más. Me sorprende y me prende. Doy un paso hacia ella, con la intención de intimidarla, pero ella no mueve ni un solo músculo, su mirada sigue siendo dura hacia mí, pero hay una chispa que despierta una curiosidad dentro de mí.
—¿Qué tienes planeado hacer, estúpido deportista? —pregunta, con sus ojos cafés puestos en mí.
—Si te lo digo ya no tendrá caso que ejecute mi plan —observo cada facción de su rostro, e incluso me doy el lujo de apreciar su cuerpo. En realidad, no tengo un plan, pero la idea de que ella crea que si me parece divertida.
Muerde su labio inferior y da medio paso hacia mí, su pecho tocando el mío por su propia voluntad; su dedo índice traza un camino por mi pecho hasta llegar a mi abdomen. Un pequeño calor recorre mi cuerpo, alterándome con su cercanía.
Acerca sus labios hasta los míos, cerca de rozarlos. —Solo espero que tu plan no sea mantener un bulto ahí abajo cada vez que me hables.
Se aleja y me da una sonrisa de lado antes de salir del laboratorio.
—¿Qué demon…? —volteo mi vista hacia abajo y sé a lo que se refiere—. Joder.
‹‹¿Cómo demonios no me di cuenta?››, me reprocho a mí mismo.
Un medio bulto creciente se ve en mi pantalón. Nunca antes una chica me había dejado de esta manera solo por tener su presencia cerca. Me ha calentado, más de lo debido. Ahora tendré que arreglármelas antes de salir de aquí. Nadie me puede ver de esta forma, sería una humillación. Me debato en si hacerlo por mí mismo o llamar a Chloe por como solemos hacerlo a veces.
Me decido por la primera, así será más rápido y sencillo. Además, es media erección. No será difícil.
‹‹Eres un maldito problema, Dylan››.
Por fin es viernes y después del almuerzo, solo quedan dos horas clase para largarme a mi casita. Este tipo de semanas, las que sientes que se pasan volando son las que me gusta contar como favoritas, en especial esta, pues me ha dejado cositas buenas; como que la hora del almuerzo, en la mesa, ya no solo somos Sebastian y yo, ahora se encuentra Becca también. Quien resultó ser mejor de lo que alguna vez imaginé. Tiene una personalidad muy fuerte y directa que no deja de sorprenderme, pero que me llena de risas. Además, se siente bien poder decir que, al fin, tengo una amiga sincera que no está conmigo por la atención de mis hermanos.
LOGANLa primera mitad del juego se fue volando, por más que intentáramos meter presión por las bandas, no lográbamos acercarnos lo suficiente para deshacernos del empate que tenemos, no obstante, la defensa se ha mantenido resistente a dejar que el otro equipo se acerque a nuestra meta.—Los nervios están de punta allá afuera —habla el entrenador, o más bien, grita—, pero a ustedes los necesito calmados, que piensen con la mente en frío. Necesito que salgan y le demuestren a ese equipo todo lo que han entrenado y porqué merecen
Los Bulls de Monroe son un orgullo para toda la ciudad y que hayan pasado a los cuartos de final es motivo de celebración entre todos, pero, en especial, entre nosotros, los estudiantes. Y para esta ocasión, los protagonistas son mis dos hermanos y el idiota de Logan, puesto que además del gol de Harris, James logró hacer otras dos anotaciones que le dieron la victoria definitiva a nuestro equipo, por lo que habrá fiesta en la casa del capitán.Con mucha persuasión, Becca logró convencerme de regresar a casa para cambiar mi atuendo, debido a que me renegó por mis jeans flojos y la camiseta de colores como algo típico de mí y no una forma de vestirse para una fiesta de este calibre.—Sigo insistiendo en por qué me debo cambiar —rezongo mientras busco que usar, pasando una prenda tras otra con un poco de brusquedad.
~ADVERTENCIA~*Este capítulo es un tipo de anexo, lo que significa que, aunque sigue la línea temporal de la historia, no forma parte de la trama principal. Queda en ti si decides leerlo o no, ya que no hará ni un cambio con tu lectura. Eso sí, al menos este capítulo, tiene escenas subidas de tono entre dos chicas, si lees es bajo tu propia responsabilidad. Si no te gusta, no lo leas y ya está.*BECCAHemos estado bebiendo, definitivamente unos más que otros, contando los cuerpos esparcidos por toda la casa o a mi nueva amiga a mi lado con una risita cada cinco segundos. Los chicos que aún están conscientes han decidido jugar para pasar el tiempo. Admito que en un inicio no quería, lo veía algo estúpido, simplem
Mis ojos empiezan a arder debido a lo abiertos que están, he quedado en shock solo por ver que la m*****a botella ha elegido a Logan y a mí. A mí y a Logan. ¡A los dos, joder! ¿Cuál es el mal que yo hice? Yo no vine para jugar con él. Me quedo helada hasta que reacciono gracias a Becca chasqueando sus dedos justo en mi cara con una sonrisa ancha, llena de diversión. Parpadeo repetidamente, negando con la cabeza mientras la volteo a ver y luego al frente.—¿Aaah...? —es lo único que sale de mi boca.‹‹¿No se supone que el alcohol te da valentía?››,me pregunto con una alta consternación de mi seguridad en mí misma.Porque justo ahora, la cobardía está considerando hacerse mi mejor amiga, pegando mi cuerpo al piso y negándome las ganas de ir por ello.
Empiezo a removerme en la cama cuando siento como un rayo de luz da justo en mi lado izquierdo, sin embargo, no ha sido eso lo que me ha despertado primero. No, más bien, son distintos ¿ronquidos? Sí, son los ronquidos de, los que apostaría, son mis hermanos. Paso el dorso de mis manos sobre mis ojos, quitando las lagañas de ellos con un poco de pereza.‹‹¿Cómo rayos llegué, o llegamos aquí?››,mi cabeza intenta trabajar.‹‹O más bien, ¿dónde estamos?››.Me sostengo de mis codos para tener una mejor visión de los individuos repartidos en la cama. Jason está a mi izquierda, con su antebrazo sobre sus ojos; yo debí hacer eso, así no estaría despierta ahora. James se encuentra boca abajo al otro lado y por último Jace, él está boca abajo; se encuentra acostado a lo ancho de la cama, sus pies sa
El inmenso dolor de cabeza a causa de la resaca no me dejó salir en toda la mañana, dejándome tirada en mi cómoda y amada cama. Para aliviar el sufrimiento, intenté ver todas las temporadas deTeen Wolf.Enfatizo en 'intenté', porque no lo logré, apenas y avancé algunos capítulos. Por otro lado, mis hermanos entraban y salían de mi habitación preguntando si me encontraba bien o si me pasaba algo malo. Estaban con cosas como:"Dime quién te tiene así y le parto la madre.""Si fue Harris quien te tiene así, se las verá conmigo. Juro que le infrinjo el mayor dolor de su vida. ""No te sientas mal, Dyl. Ya que estás acostada... ¿Entiendes? Tú estás acostada, no sentada."
LOGAN—¿A qué te refieres con que no lo tienes? —le pregunto a Jace a través de la línea telefónica—. Ella dijo que eran hermanos, imbécil.Un silencio sepulcral se abre paso al otro lado de la línea. He llamado a Jace para que me pase el número de Dylan y poder contactarme con ella por los detalles de nuestra cita mañana, pero tal parece que estos hermanos olvidaron ponerse de acuerdo con sus mentiritas.—¿Ella dijo eso? —indaga con una curiosidad característica de él y que a la vez me recuerda a sus preguntas en la escuela cuando olvida alguna tarea para su clase.—Ya te dije que sí, Jace.Otra pausa se hace al otro lado, un silenci