Lunes…
¿A quién en su sano juicio se le ocurre crear los lunes?
Detesto los lunes…
‹‹Además, el horario de este día es aburridooo››.
El día ha avanzado de lo más normal, lo que se define como aburrido. He tratado de no pensar en la salida con Harris, la cual se pasó para hoy, ya que tuve que atender pendientes familiares con mamá a los que no podía negarme. El pensamiento de una salida con el idiota deportista se me hace difícil de escapar, puesto que después del almuerzo tengo matemáticas y resulta, pasa y acontece que es mi compañero de asiento. Guao, qué suerte la mía. Nótese el sarcasmo.
—¿Dónde tienes la cabeza hoy, Dyl? —pregunta Sebastian sentado enfrente mío, moviendo su tenedor en su plato antes de llevarlo a su boca.
Niego lentamente, con mi codo sobre la mesa mientras mi mano sostiene mi cabeza. —Ni yo tengo idea de qué pasa conmigo.
Bueno, a lo mejor sí sé. La razón de andar tan decaída hoy, además del asun
Las últimas dos horas fueron… interesantes. La de matemática fue muy incómoda por culpa de las miradas que Harris me tiraba, pues se sentía como si tuviera un peso en los hombros; no podía concentrarme sin sentir como él no paraba de mirarme. Por otro lado, fue divertido ver a algunas chicas de mis clases querer ligarse a los chicos nuevos, pero entre más interesadas se veían, menos les regresaban la palabra. Al final del día, me fui a casa acompañada por mis hermanos, casi como escoltas; sin embargo, debía hablar con Becca antes.—Me voy —anuncia, emocionada, moviendo sus manos en ese famoso paso de jazz. Tiene una sonrisa enorme en su rostro, la cual quisiera copiar, pero ni siquiera sé de
LOGAN El momento en que invité a Dylan a salir, no estaba pensando, solo actué por actuar. Mi cerebro y mi cuerpo no coordinaron y pasó lo que pasó, terminé un día y medio pensando qué lugar sería el mejor para la pequeña nerd, pues no tenía nada planeado. Hasta ahora, sé que Dylan Connor no es como las demás chicas, es diferente en muchos aspectos, algunos que ni siquiera conozco, pero que captan mi atención y me da curiosidad descubrir. Y de lo poco que he encontrado sobre ella, me permito decir que es muy competitiva. Por lo que, entre ella y yo, quiero ser el que gane y tenga el control de la situación. —Genial —suelta en un tono de asombro una vez el auto está estacionado y quedamos enfrente del enorme edificio. Me inclino sobre el volante para ver el perfil de su rostro y una enorme sonrisa se encuentra en él mientras ve por la ventana. Con mi mirada busco sus hermosos ojos marrones, pero desde mi lugar no los puedo apreciar com
La noche ha caído, afuera del establecimiento ya no se ve ni un rayo de sol y se encuentra un poco nublado, así que apenas se logra ver la luna, por suerte el aire no está tan fresco como otras noches, sino tanto Logan como yo estaríamos sufriendo. Las personas que entran y salen del lugar se nos quedan viendo mientras intento ocultar mi vergüenza entre mi cabello y me abrazo a mí misma. Al final, jugamos un poco más de diez juegos, repitiendo algunos porque Logan no creía que yo hubiera ganado. De igual forma, en las segundas rondas también gané, no obstante, no fui tan mala persona, dejé que se quedará con sus prendas en más de una ocasión. Ya suficiente pena me da conmigo misma como para andar con un chico en la forma en que vino al mundo. Regreso mi vista hacia mi compañero de juego y no puedo evitar reír. Llevo una mano a mi boca, intentando ocultarlo, pero sin éxito alguno. —Ya para con esa risa —me riñe de mala gana. Logan está sentado en una banca al lado del
Logan y yo no compartimos más palabras, solo la música que llenaba su auto; de hecho, intento hacer una broma sobre cómo nuestra “cita” —según él— no podía estar completa sin una cena. No obstante, ya no me sentía cómoda y le dije que con los juegos me bastaba. Lo vi muy decepcionado, pero su carita brilló en el momento que le dije que había pasado un buen rato y que mientras duró, me había divertido mucho. Aparte de eso, la semana que ha pasado ha sido de lo más normal, no nos hemos visto en lo que va del día, ni siquiera en matemáticas, pues Collins se tuvo que ausentar y no hubo nada.Regreso a mi casillero para dejar algunas cosas y recoger otras para las clases que me quedan, en eso mi celu
LOGAN Los rumores y chismes siempre logran ponerme los nervios de punta cuando son sobre personas con las que me relaciono, de lo contrario me dan igual y la gente puede decir lo que le plazca. Sin embargo, ayer escuché algo que martillaba mi mente y necesitaba sacarlo de mi sistema. ¿Cómo? Sencillo: sexo. Pero fue estúpido al tener en cuenta que mamá dijo que tenía que estar temprano en la escuela hoy, así que le hice caso… o más o menos. —¿Me puedes repetir por qué me sacaste de la cama antes? —pregunto, pasando por la entrada de la cocina, buscando mi casco para poder salir. Doy unos pasos atrás, inclinándome para darle un vistazo a mi madre que está terminando su taza de café mientras lee el periódico con serenidad. Me da una mirada ligera, ocultando su sonrisa con la taza enfrente de su boca. Frunzo el ceño en su dirección. —¿Qué? —exclama, divertida. —No me respondes. Se encoge de hombros. —No lo sé, ¿de acuerdo?
De forma repentina, una ola nueva de inseguridades me llena cuando entro a mi salón; desearía tener esta clase con Sebs, de forma que pudiera hablar con él y recibir un abrazo reconfortante, aunque sea una sonrisa. Sin embargo, en literatura solo tengo a Jace y él se concentra más en sus amigos y crear plática con las chicas; además, tampoco me apetece hablar de eso con él. Los primeros cincos minutos de la clase pasan y no puedo sacarme de la cabeza esa tonta discusión, a mi parecer no tiene nada de sentido cuando Logan y yo no somos nada; tanto es lo que me tiene absorta que ni siquiera puedo tomar apuntes. Y menos me doy c
No lo pierdo de vista mientras sigo sin decidirme qué es lo que le diré, por lo que me despido de mis hermanos antes de pensar en qué estoy haciendo. Sostengo con fuerza las correas de mi mochila, intentando agarrar fuerzas de alguna forma milagrosa. No obstante, me detengo en seco cuando escucho la voz de mi hermano a apenas unos pasos tras de mí.—Directo a clases, ¿no? —pregunta James con una ceja alzada.Ladeo la cabeza y antes de poder responder, Jace habla por mí—: Es la nerd de la familia, es obvio que va directo a clases —repone, riendo p
LOGANLo más estúpido de todas mis acciones es no pensarlas antes de hacerlas, o más bien, pensar en sus consecuencias, en lo que podría pasar en un futuro a causa de ellas. Un claro ejemplo es haber confesado mis sentimientos a una chica muy observadora que no dejó pasar la marca de color purpura en mi cuello.—No sé por qué se llaman soluciones en cinco minutos si lo que necesito no lo ando llevando todos los días y en cualquier lugar —comenta Jace, deslizando su dedo por la pantalla de su celular—. ¿Creen que siempre ando llevando... crema para las hemorroides? Ni siquiera tengo hemorroides.James y yo volteamos a verlo con el ceño fruncido, pues no es un comentario que se escucha todos los días, aunque viniendo de él, lo mejor es siempre esperar lo inesperado. Sigo con el masaje en mi cuello, haciendo fuerza con una moneda para que se reduzca la marca y sí que lo hace, pues en lugar de un color morado este se torna a un color rojo por la fuerza que ejerzo sobre él. Empieza a doler,