Pasaron algunos y el tipo llama a alguien quien al ver a la mujer desmayada se sorprende.
— ¿La ha matado, Señor?
— Solo está dormida.
El hombre toma su saco y camina hacia la puerta.
—Cuando despierte, asegúrate de que tome algo para no quedar embarazada.
— ¿Y si la señorita no quiere?
— La obligas— dijo dando un portazo.
Los hombres vestidos de negro lo esperan afuera. Uno de ellos se adelanta a abrir la puerta del auto blindado en color plata.
—Sr. Stepanov, se hace tarde.
— Lo sé, me tardé más de lo esperado.
El hombre sube al auto con cristales polarizados, mira el reloj de oro en su muñeca y frunce los labios.
Los demás hombres se suben a los autos y conducen siguiendo a su líder.
—Su padre ha estado tratando de comunicarse con usted, tuve que mentirle.
— Hiciste bien.
Luego de un largo tiempo llegan al lugar indicado.
El sitio era parecido a un basurero, había cosas tiradas por doquier, hasta animales muertos. Los perros rebuscaban en la basura algo para comer y se escuchaba el chirrido de los ratones.
—El jefe ha llegado— anuncia uno de ellos.
Todos los bandidos se ponen de pie y se inclinan para recibirlo.
—Bienvenido Señor.
— Joven amo, no lo esperábamos— dice uno de ellos con una sonrisa entre ceja y ceja— de haber sabido yo…
— ¿Escaparías? – interrumpe quitándose el saco y pasándoselo a uno de sus hombres— ¿Creíste que nunca me enteraría?
— No entiendo de lo que hablar, jefe.
— ¿Debería ser yo quien se tome la molestia de señalar tus errores? - habla doblándose las mangas de la camisa— Creo que mi padre te ha dado demasiada confianza.
El hombre con barba mal afeitada sigue haciéndose el desentendido.
Uno de los hombres de negro toma al tipo y lo ponen de rodillas contra el suelo.
—no te hagas el inocente— amenaza.
Los bandidos de la calle sacan sus navajas al ver a su líder arrodillado.
Las guaruras del hombre sacan sus armas inmediatamente.
—Bajen sus armas— ordena el hombre quien mira divertido la escena— puedo hacerme cargo de ellos yo solo.
Los demás obedecen y bajan el arma.
Sabían que su jefe, Edmon Stepanov era un hombre sádico que disfrutaba matar a golpes a un hombre sin ningún remordimiento.
La sonrisa en su cara causaba terror.
Dejaba caer golpes sobre aquel tipo quien no pudo ni meter ni las manos.
Uno de los bandidos se le acerca con un bat, por detrás de Edmon, listo para noquearlo.
Él toma el bat con una sola mano y le pega al sujeto en el estómago con la rodilla.
—No son más que basuras – argumenta mientras pisotea sin cesar la cara del hombre
—jefe, su padre está aquí´— anuncia uno de ellos.
Desde un auto color oscuro, sale un señor acompañado de sus hombres.
—Bienvenido a mi función padre— sonríe con la cara embarrada de sangre.
El señor, cuyos ojos eran semejantes a los de su hijo, chasquea los dientes.
— ¿Se puede saber qué carajos haces con uno de mis hombres?
— ¿Hablas de esta bestia? – pregunta alzando al hombre moribundo de la muñeca
— Él ha trabajado por mucho tiempo para mí.
— Eso explica el porqué hizo esas cosas a nuestra espalda.
— ¿De qué hablas?
— ¿No lo sabías? Este hombre tenía un burdel clandestino, donde vendía mujeres que no pasaban los 18 años.
— ¿Y eso en qué nos afecta?
El arqueo las cejas.
—No solo hizo una bajeza, sino que utilizó nuestro apellido para eso.
— ¿Qué pasa Edmon? ¿De repente te sientes un héroe? – dice su padre irónico— encárguense de este desastre— ordena.
— Si Sr. Anthony
Los hombres enseguida se ponen a trabajar.
—Tú, pequeño bastardo, ven aquí, tenemos algo de que hablar
— ¿A qué más has venido? – pregunta Edmon desinteresado.
— Antes límpiate la sangre en la cara, que perro asco.
Uno de los chicos le acerca una toalla.
— ¿Has pensado en regresar con Yura? – pregunta de repente el Sr. Anthony.
El rostro de Edmon se enfría y mira molesto a su padre.
—No pienso volver con esa mujer.
— O es ella no es alguna otra, pero tienes que sentar cabeza.
— Aún tengo 26 años ¿No te parece precipitado?
— ¿No te pareció precipitado cuando te casaste a los 21 con Yura? – reclama su padre
— Como sea, no lo haré.
— Serás el líder de la familia, tienes que tener descendencia. No puedes estar toda tu vida de cama en cama. Además, yo quisiera ver a mis nietos mientras este vivo.
— ¿Nietos? De nuevo estás pensando en estupideces ¿Cuántas veces te he dicho que no quiero tener hijos?
— No sé por qué odias la idea ¿No estabas pensando en formar una familia hace años con Yura? ¿Por qué de repente no quieres?
— Odiaría hacerme cargo de alguien más y deja de estar hablando de esa mujer.
— Yura ya fue tu esposa, además viene de una buena familia con quien tenemos una alianza. Ella es una mujer madura, inteligente, audaz, además en hermosa ¿Qué más quieres?
— No volveré con ella, aunque insistas.
— Entonces busca a una mujer que te guste y cásate con ella, si no lo haces, yo mismo te llevaré, aunque sea amarrado al altar.
— Qué irritante.
Edmon saca una cajetilla de cigarros de su bolso y se lleva uno a la boca.
—No dejarás de molestar si no lo hago ¿Verdad?
— Así es. Y si eres inteligente elegirás a Yura. Estoy seguro de que una mujer como ella te hará enderezar tu camino.
— Odio a esa mujer. No importa cuanto insistas, no me casaré con ella.
— Que raro que digas que la odias cuando algún día la amaste.
Yura Pávlov, era la mujer a quien Edmon amó en sus días de juventud. Creyó que era la mujer indicada para él, pero lo terminó mordiendo su mano como una perra callejera.
—Joven amo, el Sr. Patrick lo llama.
— ¿Qué quiere ese bastardo? – dice molesto exhalando el humo del cigarrillo.
— Dice que es sobre su apuesta.
— Ja´ Supongo que ya tiene mi dinero— responde lanzando el cigarro al suelo— veremos con que tendrá que pagar— agrega pisando el cigarro.
—Buenos días, señorita— saluda el hombre quién está sosteniendo una charola con un vaso de agua. Anatansia se sobresalta y lo mira con terror. —No se preocupe, no estoy aquí para hacerle daño— responde el hombre con cordialidad. — ¿Qué hace aquí? — El joven amo me ha pedido que esté aquí para cuando usted despierte. Ella de pronto recuerda la noche anterior y esconde la cabeza entre sus rodillas. — Ese hombre… ¿Trabajas para él? — En efecto. — Ya veo. — Él me pidió que estuviera presenta cuando se tomara esto. — ´¿Qué es? - pregunta extraña. El sirviente con cierta pena le muestra las pastillas que debe tomarse. Atanasia lo mira sorprendida y abre enormemente los ojos. (Seguramente no accederá, tendré que obligarla a tomárselo) Piensa el hombre quién de solo pensarlo lo cansa. — Fue… fue la primera vez que estuve con un hombre, yo no sé si haya probabilidades de quedar embarazada. — Las hay, es por eso que me han pedido que se las tome y que personalmente vea que lo hag
— Vinieron a contármelo— continúo la anciana. — ¿Hace cuanto tiempo? — Hace un mes. — ¿Hace un mes? Entonces ¿Estabas ocultándomelo? — No hija. Solo creí que este sería un tema delicado para ti y en estos meses no me has hablado de Cristian. Lo menos que quería ella en ese momento era alterar a su abuela. — Lo siento abuela. Solo me sorprende que se lo hayan dicho. Yo… yo ya estaba enterada. — Lo siento pequeña. A decir verdad jamás me agradó a ese muchacho para ti. — ¿Y para Clarissa? — El que te haya dejado por tu hermana no habla bien de él y menos de ella— Expresó con tristeza. — No te preocupes, abuela, todo está bien. Quizá él y yo no estábamos hechos para estar juntos. La anciana acaricia el pelo de Atanasia suavemente mientras la mira con pena. — ¿Cómo vas en la universidad? — ¿Eh?… Bien, bien abue. Todo marcha bien. Desvió la mirada de los ojos de la anciana y enterró la mirada en el suelo. No le había contado a su abuela que había dejado la universidad para ay
Estoy aquí como ordenaron- habló Athy apenas cruzando la puerta.Dentro de la modesta casa ya se encontraban reunidas las personas quienes la venderían como una pobre vaca.-Es bueno que no pongas resistencia. En realidad, siento un gran alivio- suspira su padrastro quien se pone de pie y se dirige a la chica.- No hago esto por ustedes.- Ja’ Tú nunca has hecho nada por nosotros, todo este tiempo no haces nada mas que avergonzar a esta familia- responde su madre quien sigue sentada en el sillón de figuras extrañas.- Sea como sea. Es una lastima que no te tengamos más en esta casa- agrega su padrastro poniendo sus manos sobre el hombro de Atanasia.- Quítame tus mugrosas manos de mí- amenaza ella con tono severo.El hombre hace caso y retira las manos de inmediato.-Frederick, debes llevártela ya. Se hará tarde- propone su madre luego de ponerse de pie.Ni siquiera mira a Atanasia con una pizca de amor, en lugar de eso la mira de pies a cabeza.-Trata de no hablar de nosotros Atanasi
— ¿Sorprendida?Él la toma de la barbilla para alzar su mirada.Cuando Atanasia pudo salir de su asombro, le dio un manotazo.—Tú ¿Cómo pudiste comprarme de esa forma?— ¿Comprarte? ¿Acaso piensas que vales demasiado?Ella se sorprende al escuchar que su español es más fluido.— ¿Me entiendes ahora? ¿Puedes saber lo que digo?Él frunce el ceño, porque no es capaz de entender todo y menos si Atanasia enreda las palabras en su lengua y habla de una manera rápida.Toma su teléfono que está puesto sobre la mesa y saca un traductor.—Esto es tedioso— ¿Qué piensas hacer conmigo?— Yo no saber con exactitud— respondió escasamente luego de traducir lo que ella estaba diciendo.Luego la mira de pies a cabeza con los mismos golpes en la cara.—Te han vendido como mi propiedad, pero no sé qué hacer contigo.Antes de que Atanasia respondiera, uno de los guardias tocó la puerta.—Joven amo, el Sr. Pávlov está aquí, dice que tiene que hablar algo con usted— habló en ruso.Aunque ella no entendiera
Luego de días de no saber absolutamente nada sobre Atanasia, Clarissa comienza a desesperase. Sus erguidos pasos dan vuelta por toda la habitación mientras se come las uñas.Ansiaba saber sobre el futuro trágico de su hermana para poder sentirse bien y reírse de ella un buen rato. Quería verla acabada y desgastada, con ganas de morir.Pronto sus ojos se dirigieron hacia una aguja con la que suelen sacar sangre. Rápidamente cerró con llave la puerta de la habitación. Caminó hacia un extremo de la cama y dobló su suéter hasta el codo.Su plan era sacarse sangre hasta ponerse débil para ser llevada al hospital.La sangre de Clarisa es rara, al igual que la de Atanasia, por esa razón si Clarisa se ponía mal, Atanasia sería llamada y obligada a donar su sangre como todas las veces.al terminar el proceso doloroso al que ella misma se sometía, cubrió la marca con sus mangas y se deshizo de toda sospecha.Esperó unos minutos para que su cuerpo se sintiese debilitado y caminó hacia la puerta.
Una semana había pasado ya, Atanasia se encontraba sentada sobre un banco recién pintado. Ella estaba ahí, sola y pensativa, tan pensativa que no se había dado cuenta de que sus jeans se habían manchado del color azul de la pintura fresca. Pensaba en la propuesta tan repentina de aquel hombre. Su vida dependía de esa gran decisión. El sonido de su teléfono era tan insistente que la sacó de sus pensamientos. “Mamá” Al ver aquel nombre de la persona que la llamaba, pintó una sonrisa débil. Presionó el botón de su teléfono poniéndolo en modo silencio. Atanasia sabía que no la llamaban para algo bueno, sin embargo, su teléfono continúo vibrando hasta llevarla a la desesperación. “Atanasia ¿Quién crees que eres para ignorar mi llamada”? Escuchó el grito alterado de su madre. “Déjenme adivinar ¿Cuántos litros de sangre necesitan esta vez?” Su madre guardó silencio “Escucha, podemos negociar, tu sangre a cambio de tu libertad” Dijo luego de un rato. “¿Negociar? ¿Eso te parece un n
-Sr. Cristofer ¿No le parece que esta siendo demasiado confiado? – retiró su mano al instante.- Pido perdón si ofendí a la señorita o ¿quizá debería decir señora?Ella suspira y limpia su mano.-Señorita por ahora, pero pronto seré una mujer comprometida.- ¿Enserio? Pues no la veo tan entusiasmada.- ¿No parezco?Él niega moviendo la cabeza.-Supongo que tienes razón- se encoge de hombros.Al verlo parado aun delante de ella, arquea las cejas.- ¿Y bien? ¿Por qué no se va?- Este lugar es publico Amalia.- Oh, es verdad. Entonces me iré yo.- ¿Quieres que te acompañé?- Conozco ese truco- dijo levantando su dedo.- ¿Cuál truco?- Me querrá acompañar, luego inventará una excusa para pasar a mi habitación.- ¿Habitación? entonces te estas quedando en un hotel- se cruza de brazos mientras la observa.- ¡No! – se nota disgustada.- Por tu actitud noto que sí. Pensé que vivías ya con tu prometido.- No se puede vivir con la pareja antes de la boda.- Pensamiento de gente estúpida- respon
-Sr. Pávlov, el joven amo ha llegado recién- notifica el mayordomo.- Haz pasar a ese muchacho.- Como ordene.La expresión de Patrick no era para nada agradable, se mostraba disgustado por alguna razón.Dio pasos alrededor de la habitación del despacho.- ¿Para qué querías verme? – pregunta sin tocar la puerta.- ¿Dónde estabas? - cuestiona sentándose en su asiento.- Salí a despejarme ¿No puedo?- Como sea, tengo una tarea para ti.- Que ayuda necesita mi hermanita esta vez.Él anciano le dedica una mirada molesta, pero piensa que es mejor no hacer disgustos innecesarios.-Como hermano mayor sabes que tu deber es apoyar incondicionalmente a tu hermana ¿Verdad?- Que es lo que quieres pedirme esta vez- pregunta desplomándose sobre la silla puesta al lado contrario del escritorio.- Quiero que investigues sobre la curiosa prometida de Edmon.- ¿Prometida? ¿Es acaso un chiste?- Sea un chiste o no, esto es algo serio. Ya todos nuestros socios están enterados y preguntan curiosos si esa