–Aquí lo tengo.Brendan extendió el teléfono hacia nosotros, tardo un segundo en escucharse la conversación.–Continue –dijo Brendan.–Señor Lowe, debe estar consciente de que su ex esposa se ha tomado demasiadas libertades desde usar su apellido para diferentes beneficios hasta utilizar su dinero de forma inapropiada –dijo la señora Hoffman –. Personalmente le aconsejo que debería de quitarle todo.–¿Disculpe?–Si, debería quitarle el ingreso económico que le da cada mes, no tiene sentido dárselo si ella se mete con otros hombres.–No estoy entiendo lo que quiere decir, señora Hoffman –contestó Brendan.–Mire, no nos andemos con rodeos, no me interesa nada más que su ex esposa se aleje de mi hijo y a usted no le convendría que ella se tomará esas libertades dejándolo por un lado, así que esto es un ganar y ganar, le propongo que le corte los ingresos con la propuesta de dejar a Jacob Hoffman y yo personalmente le puedo dar una suma generosa por su cooperación cuando esto sea oficial.
Jacob… Becky va a ser mi esposa. Eso es lo único de lo que estoy seguro, Becky va a ser mi esposa y voy a hacer lo posible para que eso suceda, es una mujer maravillosa, inteligente, hermosa, amable y muy eficiente, nunca he conocido a otra mujer como ella, especialmente por la forma en que se compadece de los demás. Ahí está el imbécil de Brendan que se ha salvado solo por la intervención de Becky, yo lo hubiera hundido en ese mismo instante, también estaba mi madre, por mi parte hubiera ido directamente con ella y la hubiera enfrentado, le quitaría todo y la dejaría a su suerte, pero eso le daría paso a hacer otro plan y dejarla por ahí era peligroso para mí y Becky, además tenía como cómplice a Alessandra y de ella no me podía encargar directamente, así que tuve que investigar y tener algo de paciencia con Brendan. Mi madre planeaba una fiesta conmemorativa donde se presentarán las personas más importantes, incluyendo a los Richardson, Brendan le había dicho que tenía una infor
Rebecca…Empecé a preocuparme al ver la hora y que no dejaban salir a nadie del lugar, mis hijos se iban a preocupar porque Jacob y yo habíamos dicho que llegaríamos a las doce.El padre de Alessandra cayó en el suelo y se lo llevaron al hospital, ahora todos en el lugar estaban siendo interrogados, justo a lo lejos pude ver a Jacqueline que ni siquiera disimuló su desprecio al verme.–Supongo que no te fue bien con tu madre –le mencioné a Jacob a mi lado.Él miró hacia su madre y luego me miró a mí.–Todo está arreglado, no tienes que preocuparte por nada ahora.Lo dijo con tanta seguridad que le creí, pero esperaba que hubiera hecho algo que podría perjudicarlo.–Me preocupa que tuvieras que hacer algo que no quisieras.–Te quiero a ti –contestó besando mi mano –. Ya me encargue de todo y la boda sigue en pie si aún quieres casarte conmigo.Me hizo unos ojos tan lindos que no pude evitar sonreír, me acerque para darle un beso en los labios.–Por supuesto que sí.Me gusta estar con J
Por la mañana encontré a mi madre en la cocina, no hemos hablado bien desde que tuvimos la discusión la otra noche, aunque para mí parece que fue hace una eternidad, estuve ocupada con los planes de la señora Hoffman, el trabajo, Brendan y todo lo demás, pero aún así extraño hablar con ella. –Buenos días –la saludé. –Solo vengo por mi té, ya te dejo sola –me contestó recogiendo su vaso. –Mamá, al menos podemos hablar –le pedí. Ella se dio la vuelta, tenía ese gesto serio que siempre tiene cuando está peleando con alguien. –Sí, tenemos que hablar –comentó –. Tengo que decirte que he buscado algunos lugares donde me puedo ir a vivir. –¿Qué? –Es lo mejor, te agradezco todo lo que hiciste por mí y aunque tuve que vender mi casa por nuestra situación económica no compensa todos los gastos que tuvimos con mi tratamiento, así que he buscado unos lugares muy accesibles, con el dinero que me da el estado supongo que puedo ir y hay otras personas de mi edad con quien puedo compartir, no
Rebecca Lowe. Mis manos están frias y temblorosas, siento el corazón acelerado, las personas pasan a mi alrededor y no me miran, las puertas abiertas y las enormes letras del restaurante están frente a mí, pero no he dado un paso, debo entrar si quiero saber la verdad.El día de ayer mi esposo creyó que estaba dormida y lo escuché hablar con alguien, una mujer posiblemente, muy cariñoso diciendo que se verían aquí, no sé si lo hizo a propósito para que yo supiera la verdad de su engaño. Intenté pensar que solo era un sueño, que no era cierto, que Brendan no podía hacerme esto, pero conforme veía el tiempo acercarse la curiosidad me ganó y aquí estoy. Una pareja entra al restaurante, me asuste porque creí que era Brendan, no lo es. Respiré de nuevo y ví el elegante restaurante, con el dinero que me da apenas si alcanza para tomar una sopa con los niños. Finalmente me armé de valor y crucé la puertas. –¿Para cuántas personas? –me pregunta el mesero. –Solo yo –respondí, ví a Brendan
Cuatro años después...–¡Angelo! ¡Es tarde, cariño! –No me digas cariño –gruñó mi niño de ocho años cuando llegó a la mesa, aunque dijera que le molestaba que lo llamará de esa forma sabía que no era así, a él le fascinaba tanto como su masaje de espalda antes de dormir. Lo ví bajar con su uniforme azul para ir al colegio. –Espera –lo detuve. Le intente acomodar un cabello mal puesto y se quejó. –¡Mamá! –Bien, no te toco –levanté las manos, mi madre Beatrice Mancini dijo algo en italiano desde el sofá –. Sí mamá –hablé y luego me dirigí a Angelo –. ¿Dónde está tu hermana? –Ya viene. Le tenía ya su desayuno preparado cuando Alice venía bajando las escaleras, casi me da algo cuando vi lo que le había hecho al uniforme, la falda la tenía enrollada hasta los muslos, los botones de la blusa abiertos y las mangas arremangadas. –¿Qué es eso? –señalé. –El uniforme, mamá –respondió ella. –¿Y acaso hay una obra sobre el fin del mundo en tu colegio? ¿Qué se supone que eres? ¿La última
–Necesitas una mujer.–Lo que necesito es una nueva estrategia –reclamé.Me sentí irritado por la última entrevista, había sido un fracaso total, eso era una desventaja si quería ganar la campaña electoral para gobernador; el entrevistador conoce mis puntos debiles. Le encanta el escándalo, es su mejor herramienta para minizar a su objetivo y volverse más famoso, mi jefe de campaña me propuso ir a la entrevista, sin ninguna advertencia a lo que me estaba enfrentando.–¿A dónde vamos? –pregunté al darme cuenta que íbamos en otra dirección.–Te lo dije necesitas una mujer y te la voy a conseguir –respondió Benjamín.Él le había dado las indicaciones al chófer hacía donde dirigirse.–Quiero ir a casa y pensar en una nueva estrategia.–Ahora lo único que puedes hacer es disfrutar de una buena chica.Ben era un imbécil, eso todos lo sabían, ya nos habiamos desviado de la dirección a dónde íbamos, así que decidí seguirle la tontería de la meretriz y luego me iría. No había necesidad de ir a
Mamá ya estaba en la cocina cuando regrese después de dejar a los chicos. –Deberías estar descansando –le indiqué al entrar –. Deja eso ahí, los niños están en el colegio, aprovechemos a dormir un poco. –No estarías cansada si no tuvieras ese trabajo indecente. –Mamá ya hablamos de eso. Ella sabía la verdad, tenía que saberlo porque era quien se quedaba a cargo de los chicos mientras yo iba a trabajar por la noche, afortunadamente ya mis hijos eran lo suficientemente grandes como para pedir dormir con su madre y apenas si se levantaban por un vaso de agua. –Tienes que dejar ese trabajo, hija, es suficiente. –Lo voy a hacer, ya lo sabes, esto es solo temporal –respondí. –Eso dijiste hace más de tres años. –Gracias a ese trabajo tenemos una casa y comida en la mesa –le señalé –. Cuando alguien me contrate sin tener un título universitario, lo aceptaré con gusto. –Sé que no te pude dar estudios –dijo dolida –. Pero te criamos mejor que esto. La tomé de las manos y la miré a los