Había pasado los últimos días molesta con todos, hasta mis hijos se preguntaban ¿qué me estaba pasando? Me sentí furiosa con Jacob, lo cual era ridículo porque apenas si habíamos hablado un par de veces y no lo volvería a ver, terminaba enojada conmigo misma por ser tan tonta. Por la noche llegué al club, el señor Montaner me llevó un bello collar de oro. –¿Te gusta? –Me encanta, muchas gracias mi amor –lo besé. –Sabes que me encantas y me puedes pedir todo lo que tu quieras. –Gracias, eres un hombre maravilloso. Clientes como el señor Montaner era agradable atenderlos, caballeroso y amable, nunca me había pedido irme con él y eso me agradaba, entendía que yo tenía que estar aquí, era alguien muy tradicional, venía por unos tragos y luego el sexo, nada de fetiches raros o peticiones extrañas, se subía sobre mí y en cinco minutos ya estaba satisfecho, seguía sin entender porqué venía al club, pero mientras me pagará era suficiente. Cuando se fue, tarde en deshacerme de la caja
Al regresar a casa, tuve que contarle a mamá lo que me había pasado sobre como había conseguido un nuevo empleo afuera del colegio de los chicos, además, eso implicaba contarle sobre cómo había conocido a Jacob Hoffman, los ojos de mamá cada vez estaban más abiertos y expresivos conforme le iba contando la historia. –Entonces, no volverás a trabajar en la noche. –Espero que no, pero el trabajo con el señor Hoffman es temporal, no sé si ganará la campaña o qué pasará con nosotros después de las elecciones –le expliqué para que no se hiciera ilusiones, me daba un poco me miedo haber aceptado está situación porque no sabía que iba a suceder después de las elecciones, pensaba demasiado en el futuro, especialmente el de mis hijos.–¿Y no tuviste… ya sabes… nada de nada con él? Mamá intento mover las manos para preguntar, no se atrevia a decir la palabra sexo y por esa razón había omitido ciertas partes de la historia, como la primera vez que lo besé y me le subí encima de él para seduci
Por la noche hablé con los chicos para indicarles que comenzaría a trabajar en una campaña política, Alice lo aceptó pero para Angelo no fue muy agradable la idea. –Tú no necesitas trabajar si papá nos envía dinero. Eso fue lo que dijo, por el gesto de mamá me dí cuenta que quería decirles la verdad, pero esa no era una opción, así que simplemente les hable que está era una oportunidad única donde podía crecer como persona y que sería temporal, realmente esperaba que la última parte no fuera así. Guardé mi ropa de meretriz en lo profundo de guardarropa esperando no volver a usarla jamás y busqué la ropa más decente que pudiera tener, recordé la casa Regina y su ropa, me tenía que parecer a ella, aparentar ser una mujer que proviene de familia de dinero, pasé el resto de la noche viendome al espejo probando diferentes combinaciones, haciendo posturas y poses, adoptando una historia, era buena creando historias, adornando y decorando, la imaginación se me daba muy bien, ya debía aban
–Angelo, espera. –Déjalo, mamá –habló Alice –. Está molesto, pero ya se le pasará. –Es la primera vez que se molesta conmigo. –Bueno, es la primera vez que tienes algo más que hacer –respondió ella –. Siempre estás para nosotros. –Hija, yo… –Mamá, estás haciendo algo importante y nosotros nos tenemos que adaptar, eso es todo. Después de que Alice se fue, sentí ese nudo en el estómago, Angelo y ella debían ir a una actividad del instituto por la tarde en donde asistirán los padres de familia, he estado tan ocupada en la campaña que no sabía nada hasta que Angelo me preguntó por ello. Debo ir a una cena importante donde Jacob se presentaría a dar un discurso y todos debemos estar ahí y cuando intenté explicarle y se molestó, apenas si los veo por la noche, mamá se ha ocupado de ellos toda la semana. –Esa niña es como tú –mencionó mamá. –Eso no me hace sentir mejor, mi vida no es un ejemplo que pueda seguir. –Me refiero a que es tan inteligente y sabia, como tú lo eras a su edad
Por la noche todos recibimos un gmail diciendo que debíamos estar en el trabajó dos horas antes porque el señor Hoffman tenía algo importante que decirnos, eso era fácil para él porque no se había quedado a ordenar y limpiar el desastre que había quedado después de la reunión y no llegó a las dos de la mañana a su casa.Al cruzar la puerta me encontré con Alice en el sofá. –Cariño, ¿qué haces despierta? Es tarde y mañana tienes escuela –mencioné al quitarme los zapatos. –Quería esperarte hasta que llegarás, es tarde mamá. –Sí, lo sé –acepté –. La cena se alargó y luego tuvimos que guardar el equipo y ayudar a limpiar –comenté al llegar a la sala. –¿Y tú no tienes algo que ver con alguno de ellos? –¿Qué quieres decir? –dudé. –Con algún hombre que trabaje en la campaña –aclaró –. Es que no sé cómo llegaste allí y sales por las noches, me doy cuenta, además… ¡Yo sé que papá no nos manda el dinero!Me quedé viendo a Alice un momento, ella ya se había dado cuenta que algo pasaba en l
–Le prometo que no volverá a pasar –le hablé a Sam cuando bajó del escenario. –Está bien, eres nueva –comentó –. Pero debes comenzar a perder el miedo al público porque el señor Hoffman quiere que comencemos con este proyecto pronto y aún tenemos que organizar las otras conferencias y entrevistas. –Por supuesto señor Parker, estaré al pendiente de este proyecto, se lo prometo –aseguré. –Recuerda que fuiste tú quien llegó a mi oficina y dijo que el proyecto venía contigo, necesito a esa mujer que estuvo frente a mí esa mañana. –Sí señor. Fui con Hunter en ese mismo momento, comenzamos a planear, pero él no podía estar todo el tiempo conmigo porque tenía otros proyectos, yo aún tenía muchas preguntas sobre la organización, pero comencé a investigar y busqué en internet definiciones y formas prácticas, en algunas ocasiones me había involucrado con algunos chicos universitarios y al ser jóvenes siempre hablaban demás, de lo orgullosos que estaban sobre como habían hecho sus trabajos
La cena exclusiva era en unas horas, debía terminar mi jornada laboral a las cinco de la tarde, lo cual era casi imposible, regresar a casa y buscar un vestido, peinarme y maquillarme para asistir lo mejor posible a ese evento. Justo cuando salí de la oficina todos me vieron extraño hasta que Sam llegó con una fila de carpetas en sus manos. –Señorita Lowe, que bueno verla –comentó como si no nos hubiéramos encontramos antes –. Necesito que verifique estos documentos y las ubicaciones que hay para su proyecto. Me extendió las carpetas y como un reflejo las tomé, él se dio la vuelta y se fue, todos continuaron su trabajo como si yo nunca hubiera estado ahí. Fui a mi escritorio y Hunter llegó con Sally, yo ya me había mareado de ver tantos números y letras la ver la primera carpeta. –¿Qué te dijo? –murmuró Hunter. –Si, dinos ¿para qué te llamó? –siguió Sally. –Ah, quería darme ánimos. – Ay no, eso se escuchó espantoso. –Quiero decir, hablarme para que no tenga miedo al hablar fren
Hablamos con varias personas, aparte de los candidatos, también se encontraban personas adineradas que apoyaban al partido político, Jacob me pidió acompañarlo en todo momento, ambos hablamos y me presentó como Rebecca Lowe, no era su acompañante o pareja, solo era una mujer que también había llegado a la cena para conversar sobre los temas políticos. –No me vas a presentar a está hermosa señorita. Reconocí esa melena rubia de Benjamín Baker, sentí algo de angustia, pero él no me reconoció en ningún momento, además, sentí el brazo de Jacob sujetando el mío con más firmeza y eso hizo que me tuviera que acercar más a él. –Rebecca Lowe, él es Benjamín Baker –lo presentó. –Es un gusto bella dama –intentó tomar mi mano, pero Jacob lo detuvo.–No tienes que hacer eso con ella –comentó –. Trabaja para nosotros en la campaña, tiene ideas bastante buenas y pensé que sería bueno involucrarla en el partido. –Entiendo –me sonrió Benjamín –. Me disculpó por no haberla notado antes en el traba