Bea siguió a Adam a través del tenebroso pasillo por el que transportó a Sarah, en busca de su celda. Lo cierto es que aquella mazmorra le daba miedo,  y sentía sus sentidos completamente alerta, como si en el fondo temiera ser también encerrada.

- Adam, no tienes porqué hacer ésto, ¿qué más da interrogarla en un cuarto normal? Este castillo ya es bastante siniestro sin la parte de los sótanos.

- ¡NO! Ella mintió sobre su identidad, fingió no saber la existencia de hombres lobo, y de pronto, frente a cientos de asistentes a una fiesta, se transformó, creo que al menos merezco un poco de explicación sobre lo que está ocurriendo.

- En eso estoy de acuerdo,  pero las ventanas de estos castillo son min&uacut