Becca pasó aquella noche encerrada en el sótano de su casa, aunque realmente, hubiera preferido pasarlo en un calabozo, pero su tía insistió en que no quería que aquella tración se convirtiera en un escándalo que salpicara a la familia entera, en especial en ausencia de tío Munchen.Ella se hizo una bola en la oscura habitación, y trató de no pensar en la posibilidad de que en aquel sótano hubiera cucarachas, o algo peor. Las horas pasaron lentamente, y Becca fue incapaz de conciliar el sueño, atormentada por la tración falsa de la que su primo la había hecho parecer culpable.No sabía si su prima y su tía estarían al tanto del ocurrente plan del primo Meeke, pero de lo que Becca estaba segura, era de que ninguna de ellas la iba a apoyar; siempre estarían a favor de su primo, ya que a ella nunca la habían querido.Becca intentó estrujarse el cerebro en busca de alguna explicación creíble que dar al día siguiente, pero entre el cansancio, el frío y el hambre que tenía, no era capaz de
El secretario pidió a los criados que volvieran a encerrar a Becca en el sótano, y ellos lo hicieron, sin si quiera mirarla. Le sorprendió el poco cariño que aquellas personas tenían por ella, pero pronto comprendió que nadie se pondía de su parte si su tía y sus primos no lo hacían, y claramente, ellos no tenían intención de hacerlo.Becca pensó en planes, en formas de escapar de aquel lío en el que Meeke la había involucrado, y que si no se paraba a tiempo, tendría unas consecuencias desastrosas en su vida, pero no encontró ninguna opción viable.Escapar era imposible, no había ventanas, ni trampillas, ni siquiera algún tipo de desagüe que saliera a la calle; era un cuarto completamente estanco, y la única forma de entrar o salir de allí, era por la puerta, la misma puerta que los criados custodiaban día y noche.La única posibilidad era que su tío, el Beta Munchen, o el Alfa, regresaran antes de que algún comerciante llegara, aunque algo en su interior le decía que eso no sería así
DOS AÑOS DESPUÉS - Philip, me prometiste que volverías para l cumpleaños de Eldom, va a cumplir un año en solo unas semanas, y no estás ni siquiera en camino.- Sarah, te prometo que estaré allí, ya sabes lo mucho que quiero a mi sobrino, y ahora deja que continúe mi búsqueda.- Es la tercera vez que recorres esa región del país en busca de restos de la casa en la que nos criaron nuestros padres, y no encuentras nada, ni siquiera hay nadie que tenga información sobre ellos.- Sarah, si estuvieras aquí me entenderías. Hay algo muy dentro de mi, que me dice que vamos a encontrar algo importante.- Bueno, si tú lo dices, te creo, pero sabes que tienes que regresar para el cumpleaños, ¿verdad?- Te lo prometo, hermanita.Philip dio por finalizada la llamada, y suspiró con alivio cuando su hermana al fin colgó. Verla a través de la pantalla de su viejo móvil le daba fuerzas para continuar buscando, pero tener que explicarse ante ella cada día le resultaba agotador.Sarah era su hermana me
- No me puedo creer que te arrisgues al enfado de tu hermana,para regresar a este pueblo cuando la marea esté más baja, y todo por los desvaríos de un loco que no sabía ni lo que decía.- Vamos a ver, Matt, fuiste tú quien dijiste que confiabas en la palabra del viejo de la posada, y si eso es así, la marea más baja se producirá dos días después del cumpleaños de mi sobrino, por lo que mi hermana no tendría porqué enfadarse.Philip y Matt habían recogido todas sus cosas esa misma mañana, y en esos momentos se encontraban de camino a la casa Lobingston, con la idea de sorprender a Sarah, la hermana de Philip, y quedarse hasta el cumpleaños del más pequeño de la familia, que en pocos días cumpliría un año.- Se enfadará.- murmuró Matt.Y después de ese breve comentario, ninguno de los dos dijo nada, y se limitaron a conducir en silencio mientras veían como pasaban las horas a través de las diferentes posiciones del sol.Llegaron a la casa Lobingston ya de madrugada, y uno de los guardia
Los días pasaron volando, y Philip vio como llegaba el día de la fiesta del primer cumpleaños de Eldom sin que se hubiera atrevido a confesar a su hermana que se irían justo después de que la celebración acabara. Lo había consultado con Matt, y ambos habían llegado a la conclusión, de que si querían llegar a tiempo para el momento en que la marea estaba más baja, y localizar al viejo del pueblo, tendrían que salir esa misma tarde.Philip se arregló con esmero ese día, y se dio cuenta de que todos en la casa estaban nerviosos por el cumpleaños del pequeño Eldom. El niño había dado sus primeros pasos ese mismo día, aunque en esos momentos, rodeado por todos los invitados que se habían desplazado para pasar con él su cumpleaños, ya ni siquiera gateaba.Philip y Matt conversaron con todos en la fiesta, y muchos de los lugareños se mostraron de que ellos hubieran recorrido tantos kilómetros en sus viajes, puesto que aquella era una manada familiar, y pocas veces los habitantes salían tanto
Becca estaba cansada, le dolían los brazos de cargar cajas,las piernas de caminar, y desde luego, le dolía la cabeza de reírse con las bromas de su dueño, pero al fin era medianoche, y le habían dado permiso para retirarse.Dos años después de haber sido vendida a un comerciante que pasaba por el territorio de su antigua manada, su vida no había cambiado mucho. Seguía siendo una esclava, y hacía tiempo que había abandonado la fantasía de escapar, porque las dos únicas veces que lo había intentado, había acabado siendo detenida, y había sido severamente castigada por sus acciones; así que ya no albergaba esperanzas de huir, de hecho, y comparando su vida con la de otros esclavos, Becca no vivía tan mal. Su amo no abusaba de ella, la alimentaba frecuentemente, y no solía golpearla; evidentemente, esa no era la vida que ella había imaginado cuando aún pertenecía a una privilegiada familia de una manada, pero aquellos días habían pasado, y ella ya había asumido su nueva vida.Se tumbó sob
Matt escuchó el grito de su amigo Philip en la distancia, y creyó que había muerto. Philip no era demasiado alarmista, por eso, en cuanto escuchó como gritaba, echó a correr en dirección a los acantilados tras los que un calmado mar lo observaba.Llegó hasta el mismo borde resollando, a fin de cuentas, ya no era un hombre joven, y un esfuerzo como ese, le robaba el aire.Junto al afilado borde de piedra, el viejo loco se reía, y Matt sintió un deseo inhumano de golpearlo, y borrarle la sonrisa de la cara.Lo cogió por las solapas de su camisa, lo enfrentó sin miedo, ni siquiera se planteó la posibilidad de sentir temor.- ¿Qué demonios has hecho con Philip? ¡Es un buen muchacho!- Matthew, suéltame.- dijo el viejo en un tono más serio de lo que él nunca hubiera creído posible.- ¿Cómo sabes tú mi nombre?- No es difícil averiguar cosas cuando los demás ni siquiera se dan cuenta de que estás escuchando, ¿no crees?- ¿Quién eres? Pensaba que eras solo un viejo que desvariaba, pero veo qu
Dos semanas después- Estoy alucinada con la casa, de verdad, y debo decir, que por una vez me equivoqué e hiciste bien en buscar la casa de mamá y papá.Philip sintió una punzada en el corazón cuando escuchó como su hermana se refería a sus padres; era consciente de que Sarah era la que mejor lo había razonado, y que a pesar de que la pérdida le dolía, no había dejado que el dolor la consumiera.- Sarah, sería alucinante si alguien quisiera venir aquí, Matt no ha podido ni siquiera conseguir criados para esta casa, en el pueblo piensan que está encantada.- Ummm, ¿y por qué no les demuestras que se equivocan?- ¿Cómo puedo hacer eso si nadie quiere poner un pie entre estos muros?.- Philip enarcó la ceja mientras miraba al otro lado de la pantalla, donde su hermana estaba obsevándolo como si se le escapara algo muy obvio.- ¡Pues dando una fiesta! Nadie rechazará comida y bebida gratuita, ya lo sabes.- Puede ser, pero ahora mismo, somos solo Matt y yo y un viejo loco que se queda a d