Capítulo 38. Sarah

Sarah sintió la llegada de Adam antes siquiera de verlo físicamente; sintió una gran fuerza que la atraía, obligándola a mirar en dirección al lugar en el que justo en ese momento, pudo ver a Adam. Se cubría con una especie de sábana vieja, y Sarah lo miró interrogante. Kara, al observar que Sarah miraba fijamente entre la gente, se giró, y se quedó atónita al ver a su hijo, allí de frente, pero fue la primera en reaccionar; mucho antes que Sarah, que se quedó quieta, como si sus pies hubieran sido pegados al suelo.

- ¿Qué llevas puesto?

Adam la miró con extrañeza, y ninguna de las dos mujeres entendió su mirada, parecía casi… compasiva, como si le suscitara pena el hecho de verlas allí. Les hizo señas para que se alejaran unos pasos de la revuelta, mientras Lubián y su padre seguían enzarzados en una brutal pelea que empezaba a dejar marcas en ambos contendientes.

- ¡Madre! ¿Qué demonios hacéis vosotras dos aquí? ¿Cuándo habéis llegado?

- El receptor vital mostraba señales preocupan
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