****ETHAN****—¡Mamá!— se escuchó fuera de la habitación pasados unos minutos de que la princesa se retirara con muestras de la sangre de Zafiro y me preocupé al verla entrar en la habitación con la respiración agitada y llamando a su madre a gritos.—El virus...— jadeó debido a la falta de respiración pero esas dos pequeñas palabras nos alteraron a todos.— Marquenla— nos ordenó caminando hacia su hermana para quitar las toallas frías con las que intentábamos bajarle la fiebre.— ¡Ahora!.—¿Qué sucede, Rubí?— cuestionó la reina al ver el comportamiento errático de su hija.—Las muestras de sangre de Zafiro están casi limpias del virus y su sistema inmunologico está actuando para eliminar los pequeños residuos por ello la fiebre— se explicó con rapidez y miré a Lucían que al igual que yo estaba sorprendido.— Sé debe actuar ahora o el virus no podrá ser exterminado.—Pero, ¿como?— susurré sin poder creerlo pues hacía pocas me había enterado que ella estaba infectada y yo más que nadie sa
****ETHAN****— Está retrasada— gruñó mi bestia ante la molestia de estar frente a 19 de los 20 mandatarios de las especies que ahora se sabía que habitaban esta tierra.— Solo nos queda esperar— le contesté queriendo irme también pues mi celo se encontraba a pocas semanas y me sentía intranquilo ante los aromas de algunas líderes que se encontraban en fase fértil pues su olor me provocaban náuseas.Si mi compañera de vida estuviese en etapa fértil sería otra historia, probablemente no la dejaría salir de mi habitación, y digo probablemente por que aún no he encontrado a mi pareja de vida a pesar de tener más de medio siglo de vida.— La princesa está retrasada, reina— habló el líder de los dragones en su forma humana y solo pude ver a la reina cazadora que fruncía su ceño con evidente molestia. Al lado de la reina se encontraba mi mejor amigo y ahora rey de los cazadores, Alexander Evans.Aunque muchos lo duden, hacía casi un siglo que no veía a mi amigo pues él y su esposa, la reina
No podía creerlo...Luego de buscarla por mucho tiempo, tenía frente a mí a mi compañera de vida y ahora había algo que me tenía atado a la realidad logrando que retomara mi control para suprimir mi celo hasta que pudiera estar a solas en mi habitación.— Voy a matarte, cabrón— me gruñó Alex mostrando un destello en sus ojos indicándome que estaba furioso pero yo solo pude alternar la vista entre la reina y, muy evidentemente, sus hijas que eran increíblemente parecidas. — No quiero que toques a Zafiro.Yo mismo me sorprendí cuando mi amigo me confirmó quien era mi pareja de vida. Ahora entendía la palidez de los demás líderes en el salón pues dos de las tres especies principales podrían unirse si algo surgía entre la princesa y yo, eso solo significaba aún más poder para los cazadores.— No estoy aquí para que peleen como críos— un escalofrío recorrió mi cuerpo entero al escuchar esa voz que fue inefable para mí a pesar de que ella habló con frialdad sin siquiera verme. Me quedé idio
****ZAFIRO****—Zafiro— me llamó mi madre y rodé los ojos por centésima vez en el día.— De verdad quiero que bajes.—Tengo trabajo que hacer, madre— le respondí con el mismo tono frívolo de siempre y la escuché suspirar de manera pesada antes de cerrar la puerta pero maldije a los mil infiernos cuando ella no se fue.—La reina aquí soy yo así que levanta tu trasero de aquí, irás a vestirte y bajarás a celebrar tu cumpleaños junto a tu familia y amigos que hemos hecho esto para pasar tiempo contigo— me regañó con tono maternal pero al mismo tiempo advertía un lío bien gordo si no obedecía.— Por favor, solo quiero pasar tiempo con mi hija.—No quiero recordar esta fecha, lo sabes— hablé rompiendo mis corazas frente a esa mujer que conocía mis más grandes debilidades y su mirada evidenció el gran dolor que reflejaba la mía.— No quiero recordar cuanto perdí un día como hoy, me niego a celebrar este maldito día que solo me lleva al pasado al no tener entre mis brazos a quien de verdad merec
—No quiero bajar— suspiré frente al espejo y odiando lo que veía allí pero no tenía ánimos de arreglarme como en verdad me gustaba.Tenía dos horas metida en mi habitación y no me atrevía abrir la maldita puerta sin importar si se trataba de mis hermanos e incluso de mis padres. No quería bajar para ver la hipocresía de algunos y la lástima de otros, me enfurecía que me vieran como si fuese una princesa que necesitaba ser salvada de la torre del dragón... eso distaba mucho de quien era yo.¿Acaso era demasiado pedir que este día no me molestaran? Lo único que quería era completo silencio, tranquilidad y una botella de aguardiente frente a una pequeña hoguera en mi biblioteca secreta pero esto no podía pasar debido a mis antecedentes psiquiatricos.—Empiezo a pensar que debí haberte obligado a quedarte en el infierno— escuché detrás de mí y sonreí de forma sarcástica la ver a mi abuelo sentado en mi cama como siempre lo hacía.— Por lo menos allí te tendría bien ocupada.—La idea estúpi
La fiesta había terminado casi tres horas atrás por lo que ya eran las siete de la mañana, la mayoría en el palacio aún dormía pues tenían el día libre pero yo no tenía ni una pizca de sueño, lo cual era bastante regular en seres con genética demoníaca, sin embargo, ese no era el por qué de mi insomnio.Mi garganta ardía con fuerza, mis encías picaban y mis colmillos pinchaba mis labios recordándome que tenía una maldita sed que hacía mucho no podía saciar pues, lastimosamente, la sangre servida en mi copa no me apetecía. La que si me quería beber era la del maldito de Lucían y la del alpha que casi me enloquece al ser consciente de que podía escuchar claramente el sonido de su corazón junto al de Lucían pues los dos estaban durmiendo en la misma habitación recordándole a todos que ellos eran bisexuales, sin embargo, sus sangres tampoco me saciarían por muchas ganas qur les tuviera y eso me tenía impotente.—Quita esa cara de culo y sube con ellos— escuché a mi espalda y sonreí de fo
Abrí mis ojos sorprendida ante la afirmación de Lucían y di un paso atrás sintiéndome un poco intimidada por la situación. Jamás me había imaginado en una relación de tres pero tampoco podía negar que me resultaba excitante, por otra parte, de un encuentro sexual al matrimonio... Diablos, eso sí era ir con todo.-Ya lo decidimos- habló el alpha con una mirada depredadora en sus orbes y pasé un trago grueso sin poder decir nada.- Además, no nos puedes negar que la idea te gusta cuando podemos oler muy claramente tu deseo.Era una maldición que mi cuerpo me delatara, y sí, estaba como olla de presión con el solo olor de los idiotas frente a mí pero quien me culpaba, hacía poco más de once años que no follaba como Dios manda aunque tampoco me le lanzaría al primero que se me cruzara.-Lo que más gracia me causa es que ustedes crean que pueden decidir por mí- interferí de manera fría y los dos malditos sonrieron de forma juguetona.- No quiero un trío. -Es tarde- canturreó Lucían y rodé l