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Capítulo dos.

Narrador omnisciente.

En las oficinas de Cárter Corp.

— Agustín Te casaras con Anna Leroy quieras o no ya esta decidido — dijo el hombre entrando a la oficina de Agustín.

Agustín fue tomado por sorpresa al escuchar aquellas palabras de su padre.

—Padre, pero que dices, yo todavía no pienso en casarme y menos con alguien que no conozco. — respondió el hombre un poco molesto por la decisión de su padre.

—Haras lo que yo te diga, ya me canse de tus númerosos escándalos, sobretodo de ese último, ya es tiempo de que sientes cabeza. — respondió su padre, con toda la sinceridad del mundo.

Agustín estaba molesto con su padre ya tenía 25 años era el CEO de Carter Corp y aún así le estaban imponiendo lo que tenía que hacer, pero su padre continuó.

—Hijo por favor solo hasme caso esta vez, yo ya estoy viejo y tu madre esta enferma, también está preocupada por ti, tiene miedo que en un futuro te quedes solo. Ella fue quien eligió a Anna. — Agustín se sorprendió por lo que su padre dijo, pero aun así refutó.

—Papá, pero como pretenden que me case con alguien, que no conozco no sé a que se dedica y tampoco sabemos que artimañas tenga.

—Basta, ya me canse de esto, aceptaras a Anna, te casarás con ella te guste o no, ya esta decidido y no pienso cambiar de opinión, ella es una chica linda y aun es una estudiante y biene de una buena familia. Aquí te dejo esto para que la veas. Así que preparate para esta noche hoy la conocerás y por lo demás no te preocupes nosotros haremos todo lo que haga falta. Te espero a las ocho en casa más vale que llegues puntual. — respondió Sebastián.

Salió de la oficina de su hijo pensando la mejor manera de decirles a ambos chicos que se casarían en dos meses

—David — se escucho desde la oficina.

David entro corriendo a la oficina de su jefe y se preguntaba que le habría dicho su padre que lo dejó tan enojado

—Quiero que busques información de una tal Anna Leroy y quiero ese informe para hoy entendido — y le aventó la foto que su padre le había dejado.

—Si jefe — contesto David y salió de la oficina para buscar la información que su jefe quería. Cuando David miró bien la foto se sorprendió al ver a su amiga de la infancia en esa foto y solo pensó. —¡Oh! Anna en qué te has metido vieja amiga— y se dispuso a hacer su trabajo

David era el asistente personal de Agustín, era eficiente en su trabajo y en menos de media hora tenía toda la información sobre Anna y se la llevó a su jefe

Agustín tomó el documento y empezó a leerlo, él se enojo aún más pues no encontró algún problema, así que decidió que tendría que hablar con la chica, para saber que se traía entre manos

En la mansión de Leroy

José estaba impaciente y tocó varias veces la puerta de la habitación de Anna. — Hija apúrate, tenemos que estar allí, antes de las ocho.

—Salgo enseguida papá — contestó Anna

José se fue a la sala de estar, para esperarla.

Anna se puso un vestido azul marino de manga corta, unas zapatillas negras de tacón de cinco cm, un abrigo negro, se dejó su cabello suelto, se puso un maquillaje simple y en sus labios se puso un pintalabios mate color vino ese era su color favorito.

Anna tenía una piel bronceada, ojos color café claros y grandes con pestañas risadas, ella era un poco llenita y dado que le encantaba el diseño, la ropa que se ponía la hacía ver fantástica ella sabía combinar bien su ropa y usarla a su favor.

Ella bajó las escaleras, llegó hasta donde estaba su padre esperándola.

José al verla se quedó impresionado Anna se parecía mucho a su madre.

— Te vez muy bien vamos que se nos hace tarde. — dijo su padre, no queriendo que Anna se diera cuanta de lo que su corazón sentía.

En la mansión de Álvarez

Sabastian, Sofía y toda la familia esperaban a Anna, José y Agustín.

José y Anna llegaron primero y la presentó ante sus futuros suegros Anna era tímida así que no hablaba mucho Sofía la tomó de las manos y se puso a charlar con ella.

—Anna eres muy bonita, espero de todo corazón que tú y mi hijo se lleven bien, quiero darte esta pulsera ha pasado de generación en generación tú serás la esposa de mi hijo y quiero que la traigas siempre. —

Anna no sabia que decir ante tal gesto de su futura suegra se armo de valor y habló

—Yo no puedo aceptarla señora Sofía esto es demasiado, para mí. — contestó la chica tímidamente

—Tonterías, acéptala por favor no eres la única nuera en la familia, y al igual que ella, tú también mereces este pequeño regalo. —Sofía le puso la pulsera a Anna

Eran exactamente las ocho de la noche cuando Agustín llegó a la casa de sus padres.

En cuanto entró a la sala y Sofía vio a su hijo se levantó junto con Anna de su asiento y la llevó a donde él estaba.

— Agustín ella es Anna, es tu futura esposa, quiero que la cuides y la protejas. — Sofía tomó la mano de ambos chicos y las enlazo.

Anna quería salir de ahí pues noto la mirada asesina de Agustín, ella quería apartar su mano pero dado que Sofía estaba ahí no lo hizo y Agustín tampoco, pues en los ojos de su madre podía ver el anhelo de verlo feliz.

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