En un bar en el centro de la ciudad. Cuatro apuestos hombres entraron a un bar de lujo pidieron un lugar para ellos
Los dirigieron a la zona vip y Agustín se sentó en un rincón mientras las otras tres personas pedían lo que querían para beber. Javier uno de sus mejores amigos, vio lo distante que estaba Agustín.— Agustín ¿Qué tienes hermano? ¿Hay algo que te moleste? — preguntó el hombre, Agustín solo lo miro pero no dijo nada. Solo se quedó en silencio pensando en la situación en la que se encontraba.Iván otro amigo también habló al ver la integración de la de los otros dos.— Agustín amigo dinos ya que es lo que te pasa ¿Por qué estas tan angustiado? —Rafael otro amigo se unió a la conversación.— Si amigo ¿Qué es lo que pasa? Hoy estas muy distraído.Agustín decidió contarle a sus amigos, pues ellos llevaban años de amistad y por lo regular conocían todo de cada uno,Agustín suspiro y solto lo que quería decir.— Bueno es algo complicado, yo me casaré en mes y medio — dijo sin emoción.Las otras tres hombres lo vieron sorprendidos por la noticia.—¿ Te casaras? ¿Te casaras con Lucía? — preguntó Javier y Agustín negó con la cabeza. Los tres hombre se vieron los unos a los otros.— Si no es con Lucía ¿Entonces con quien te casaras? — preguntaron los tres al unísono.— Ella se llama Anna, mi madre es la que planeo todo esto, me negué en un principio cuando mi padre me lo dijo, pero cuando el menciono que había sido mi madre la que planeo esto, solo lo acepte. Lo peor de todo es, que no sé aún, como tomará esto Lucía(Lucía era la supuesta novia de Agustín) — respondió Agustín, pasando ambas manos por su cabeza.—Hermano estas perdido, Lucía no se quedara con las manos cruzadas y te dejara ir tan fácilmente — Comentó Iván.— ¿Por qué te vas a casar con alguien que no quieres? No entiendo, al menos que ella te guste — dijo Javier y Agustín suspiro.— No es que yo quiera casarme, son mis padre y más mi madre, la que quiere que me case con ella, ya sabes como es mi madre así que ya no pude negarme después.Pero lo que más me molesta es la actitud de esa mujer saben hace un rato me dejo hablando solo en el auto, ella se bajó y me dejó ahí. — dijo molesto solo de recordar.— Pues así como eres creo que ya encontraste la orma de tu zapato. Creo que ya, me empieza a caer bien, ya me imagino tu cara cuando te dejo en el auto — le dijo Rafael burlándose de él. Agustín lo miro con rabia.—Esta perdida, le enseñare a respetarme, tiene que saber que aquí mando yo. — dijo seguro.— Veremos, a ver quien puede más, si tú o ella aunque así como van las cosas, creo que será ella. — dijo Iván.— Callate, nadie en mi vida me ha tratado como lo ha hecho ella, no me conoce aún y no sabe de lo que puedo ser capaz. — respondió mucho más molesto al ver que sus amigos sin conocerla ya la defendían.— Vaya Agustín, creo que tu madre no se equivoco con ella, es lo que tu necesitas. Lucía es muy sumisa contigo hace lo que tú quieres, y tu nesesitas que alguien te dé una lección, para que asi aprendas, que no todos tienen que hacer lo que tu quieres. —Comentó RafaelEsto hizo enfurecer a Agustín. Como era posible que apoyarán a una mujer que no conocían.— Ya basta, están equivocados yo se lo que necesito en mi vida, y no es una niña caprichosa como ella. — dijo furioso.Las otras tres personas se miraron y Javier trató de calmar las cosas.— Amigo todavía no te casas, y ya te pones así, mejor conocela mas habla con ella y lleguen aun acuerdo, para que así puedan vivir en paz. — Agustín, sonrió con ironía— Hablar con ella dices, no se puede hablar con esa mujer. — Contestó Agustín enojado— ¿Qué fue lo que hablaron hace un rato? ¿Por qué te dejó ahí hablando sólo? — preguntó Iván— Yo solo le pregunté, que es lo que se trae entre manos o que si estaba enamorada de mi y no encontró otra manera de atrapar me. — Javier, Iván y Rafael se rieron a carcajadas. — Y cómo querías que te respondiera, en realidad no sabes si a ella también la están obligando, así que pienso igual que Javier hablen para que lleguen a un acuerdo. — dijo Iván, sonando razonable para los otros dos, menos para Agustín.— No, yo estoy seguro que hay otra cosa detrás de esto y ahora si me casaré con ella, para que vea que conmigo nadie juega. — Contesto Agustín— Entonces, has lo que quieras Agustín — dijo Rafael, Agustín sólo lo vio y ya no dijo nada.Siguieron con su noche, aunque Agustín seguía pensando en Anna, si bien en algo sus amigos tenían razón, él no la conocía todavía.Mientras tanto Anna seguía desahogandose con su nana era la primera vez que salían juntos por así decirlo y Agustín pensó mal de ella, Anna estaba furiosaMaría trataba de tranquilizar a Anna— Ya mi niña, tienen todo el tiempo del mundo para conocerte, y para que él se de cuenta de que tú no eres esa clase de persona, él se dará cuenta de la mujer hermosa que eres.— Hay nana ¿Tú de verdad crees que eso sea posible? — preguntó Anna. — Ya verás que si mi niña, ahora vete a descansar, mañana será otro día. — Contestó María— Está bien nana que descanses, me iré a dormir, hasta mañana. — dijo ella dándole un beso a su nana. Anna se fue a su habitación se dio una ducha rápida se puso su pijama favorita seco su cabello y se fue a dormir. Anna se despertó era sábado así que decidió salir de casa y distraerse con su nana, bajo las escaleras y María ya la estaba esperando para servirle el desayuno. — Buenos días mi niña, el desayuno ya esta listo — dijo María. Anna saludo a su nana y se
Anna y María llegaron a casa. Anna acompañó a su nana hasta su habitación se despidió de ella y se fue a la suya.Ya estando sola se puso a pensar en lo que había visto y dedujo que la chica que estaba con Agustín era tal vez su novia, ella decidió no pensar más en eso así que se metió al baño a cambiarse para irse a dormir. Así pasaban los días y Anna sentía más presión por su dichosa bada, aveces no se concentraba en la universidad, por estar pensando en esa penosa situación. Un fin de semana se le ocurrió la idea de hacer galletas, le pido a su nana que la ayudara e hicieron galletas de chocolate y de vainilla, el aroma que salía de la cocina era riquísimo y José se asomo a ver que es lo que estaban haciendo cuando vio las galletas se le ocurrió una idea Anna tus galletas se ven muy ricas. Anna volteo hacia la puerta y vio a su padre ahí parado, y la sorprendió. —Lo están papá ¿Quieres unas? —preguntó la chica. José asintió con la cabeza. Anna puso unas cuantas galletas en un
Ella ya no dijo nada, solo se desabrocho el cinturón de seguridad, pero esta vez Agustín estaba preparado, así que tomo su mano, para detenerla. — No se te ocurra dejarme de nuevo, con la palabra en la boca, estoy hablando contigo y no me dejarás como la vez pasada. — dijo Agustín molesto, para él, ella solo huía de él. — ¿Que es lo que quiere? He! quieres que me quede aquí a escuchar una sarta de insensatezes que salen de tu boca, Dios no se que es lo que piensas de mí y la verdad no me importa, pero se que te arrepentiras de cómo me tratas ahora sueltame — contestó ella. Como pudo se soltó del agarre de Agustín, y salió del auto, por fortuna estaban parados en semáforo rojo, ella se fue hacia la banqueta y empezó a caminar.— Esta mujer esta loca o qué ¿Por que se baja a media carretera? — pensó Agustín. El iba siguiéndola hasta que pudo detener el auto y bajarse para enfrentarla. — Anna, de verdad que tienes una facilidad, para hacerme enojar, te estoy dando la opción de que
Las tres personas comían en total silencio, sólo se escucha a él sonido de los cubiertos, el silencio no era totalmente incómodo, pero aun así Agustín decidió romper el silencio. — Ya casi está todo listo, en donde Anna y yo viviremos, no quiero causar molestias así que me la llevaré a mi casa, espero y eso no le moleste. — dijo Agustín a su suegro y este sonrió. Estaba apuntó de contestarle cuando Anna lo interrumpió. — No, yo no quiero dejar solo a mi padre — contesto Anna, pero José ya no la dejó hablar.— Anna silencio, él va hacer tu marido y tiene el derecho de decidir donde van a vivir... —Padre pero... — ella intentó interrumpir de nuevo, pero fue silenciada por su padre. — Anna ¿Qué te he dicho siempre? — preguntó José y Anna, bajo la cabeza— Sí padre, entiendo. — respondió y guardo silencio. Agustín se dio cuenta de cuánto Anna obedecía a su padre, pero aún así él seguía teniendo sus dudas. En cierta manera no estaba tan equivocado habían muchas cosas tras de este mat
Uno de ellos se comunicó con Agustín, para decirle que Anna se les había escapado. Al escuchar, lo que estaba pasando Agustín se enojo. —¿Cómo es posible que una débil chica se les escape? Atrapenla y traiganla de inmediato, no me importa como lo consigan la quiero aquí ya. — dijo Agustín más que molesto, pues nunca se imagino que la chica haría tal cosa. — Si jefe, cómo usted ordené. — Contesto el hombre, Agustín terminó la llamada. Aquel hombre le dijo a sus hombres las órdenes de Agustín, de encontrar a Anna a como diera lugar y llevarla con él sin importar que. Apesar de haberlos perdido, ellos no tardaron mucho en encontarla, ella se defendió hasta donde pudo, pero aun asi lograron atraparla y llevarla ante Agustín apesar de sus protestas. Cuando Anna se dio cuenta ya estaba en la oficina de Agustín, se sorprendió al ver lo enorme que esta era, pero obvio no lo admitiria. Agustín no estaba solo, había otro hombre en el lugar, igual de apuesto que Agustín un poco más bajo d
Uno de ellos se comunicó con Agustín, para decirle que Anna se les había escapado. Al escuchar, lo que estaba pasando Agustín se enojo. —¿Cómo es posible que una débil chica se les escape? Atrapenla y traiganla de inmediato, no me importa como lo consigan la quiero aquí ya. — dijo Agustín más que molesto, pues nunca se imagino que la chica haría tal cosa. — Si jefe, cómo usted ordené. — Contesto el hombre, Agustín terminó la llamada. Aquel hombre le dijo a sus hombres las órdenes de Agustín, de encontrar a Anna a como diera lugar y llevarla con él sin importar que. Apesar de haberlos perdido, ellos no tardaron mucho en encontarla, ella se defendió hasta donde pudo, pero aun asi lograron atraparla y llevarla ante Agustín apesar de sus protestas. Cuando Anna se dio cuenta ya estaba en la oficina de Agustín, se sorprendió al ver lo enorme que esta era, pero obvio no lo admitiria. Agustín no estaba solo, había otro hombre en el lugar, igual de apuesto que Agustín un poco más bajo d
Mientras tanto Anna llego a casa, saludo a su nana y se fue a su habitación.María noto el cambio de humor de Anna, ella la conocía como la palma de su mano, al fin María la había criado desde pequeña. Ella fue tras Anna para platicar con ella.—¿Mi niña puedo pasar?— preguntó María, tocando la puerta de la habitación de Anna, que se encontraba abierta.— Adelante nana. — respondió la chica y María entro en la habitación.—¿Qué tienes mi niña? Últimamente no has sido la niña de siempre, ya no ríes cómo antes, ya no sales, has cambiado mucho. — dijo María. Anna suspiro antes de contestarle.— Qué te puedo decir nana, con todo esto no me dan ganas de nada. Saber que me voy a casar con un hombre que no conozco y que no amo, no me tiene nada bien, estamos en pleno siglo 21 y a mi padre parece no importarle y hacer conmigo lo que su voluntad dice ¿De verdad crees que con todo esto tengo ganas de salir? — pregunto ella, dejando a su nana muda.— Pero niña niña, lo vas a conocer, tendrán mu
— ¿Puedo saber por qué me lo dices hasta ahorita David? — preguntó molesto agustín. — Jefe perdoneme, pero ella y yo no, nos hemos visto desde hace muchos años, no se si ella aun me recuerde, es por eso que no vi la necesidad de comentarle ese hecho. — respondió David, ante la pregunta de su jefe. Agustín, de alguna cierta forma se sintió molesto, pues la chica estaba comiendo agusto con su amiga, y ahora se enteraba que su asistente tambien era amigo de Anna.Agustin salio de donde estaba y le dijo a su asistente que no lo siguiera. David no supo como reaccionar, pero hizo lo que su jefe le pidió. Las chicas terminaron de comer, y era hora de que Eva regresará a trabajar. — Anna tu y yo tenemos que hablar, tu padre no puede obligarte hacer esto, pero creo que tu también ya te has decidido así que creo que hablaremos de eso después. Tengo que regresar a la tienda ahora mismo. — dijo Eva levantándose y Anna hizo lo mismo. — Esta bien, hablaremos de lo que tu quieras, vamos te aco