Mientras tanto Anna seguía desahogandose con su nana era la primera vez que salían juntos por así decirlo y Agustín pensó mal de ella, Anna estaba furiosa
María trataba de tranquilizar a Anna— Ya mi niña, tienen todo el tiempo del mundo para conocerte, y para que él se de cuenta de que tú no eres esa clase de persona, él se dará cuenta de la mujer hermosa que eres.— Hay nana ¿Tú de verdad crees que eso sea posible? — preguntó Anna.— Ya verás que si mi niña, ahora vete a descansar, mañana será otro día. — Contestó María— Está bien nana que descanses, me iré a dormir, hasta mañana. — dijo ella dándole un beso a su nana.Anna se fue a su habitación se dio una ducha rápida se puso su pijama favorita seco su cabello y se fue a dormir.Anna se despertó era sábado así que decidió salir de casa y distraerse con su nana, bajo las escaleras y María ya la estaba esperando para servirle el desayuno.— Buenos días mi niña, el desayuno ya esta listo — dijo María.Anna saludo a su nana y se sentó a desayunar. Después de terminar de desayunar, Anna le planteo una idea a María.— Nana que te parece si salimos a comer un helado, vamos al parque a distraernos, mi papá no está así que a que me quedo aquí. —María lo pensó por un rato y le dijo qué síAmbas mujeres pasaron todo el día fuera de la casa, al anochecer Anna convencio a María para que fueran a algun restaurante a comerCuando llegaron al restaurant Maria no quería entrar.— Niña ¿Cómo quieres que entre en este lugar? Se ve que es muy caro, mejor vámonos a casa, allá te preparo algo de cenar, lo que tu quieras. . — dijo María, peroAnna la tomó de la mano.— Nana, no te preocupes por eso, yo te quiero mucho y para mí es un placer que cenes conmigo, aquí o donde sea no me importa, pero ya estamos aquí así que entremos.( Maria había sido la nana de José y después fue la de Anna, María ya llevaba muchos años trabajando para la familia Leroy y José y Anna la consideraban parte de la familia)La chica entró tomada de la mano de su nana, las llevaron a una mesa y les dieron la carta, Anna pidió comida para ambas.La comida llegó rápido María y Anna disfrutaban de la comida. Todo fue fantástico para Anna estar con su nana le hacía sentirse bien cuando Anna pagó la cuenta y se dirigían a la salida sin querér cruzó sus ojos con los de un hombre al verlo Anna rápidamente miró hacia otro lado. Ahí estaba Agustín con una chica muy bien vestida, era bonita y a él se le notaba la mirada tierna que tenía hacía ella.Anna salió del restaurante con María a su lado ella no dijo absolutamente nada, y Agustín se preguntaba que abría pensado Anna al verlo, pero Lucía, lo sacó de sus pensamientos ella también se dio cuenta de la mirada de la chica, así que le preguntó a Agustín.— Agustín dime ¿Conoces a esa mujer? . — preguntó Lucía. Si ese era el caso, ella tendría que tomar medidas necesarias, pues no podía permitirse perder a Agustín. Pará ella él era su voleto hacia la riqueza y no lo iba a dejar tan fácilmenteAgustín no dijo nada y siguió comiendo. Cuando salieron del restaurante la llevo a su departamento, antes de que Lucía bajara del auto, Agustín la detuvo.— Lucía tengo que hablar contigo, es algo muy serio. — dijo Agustín.— Dime que pasa Agustín, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea. — contestó Lucía. Agustín dejó salir un suspiro.— Yo me casaré en mes y medio, mis padres así lo decidieron y lo voy a aceptar, entiendo si ya no quieres verme, pero quiero que sepas que después de dos años me divorciare de ella. — soltó la bomba.Lucía al escucharlo empezó a llorar.— Agustín, tú me prometiste que nos casariamos, dijiste que solo era cuestión de decirle a tus padre ¿Cómo es posible que ahora te casaras con otra mujer? ¿Por qué me haces esto? — dijo ella en sollozos— Lucía ya te dije que no soy yo, son mis padres y no quiero pelear con ellos, entiéndeme tú y yo podemos seguir igual, yo no siento nada por esa mujer, solo lo hago por darles gusto a mis padres, y en un año o dos me divorciare de ella y tú yo podremos estar junto de nuevo. — dijo Agustín un poco molesto, por el comportamiento de Lucía.Lucía recordó que a Agustín le gustaba que fuera sumisa con él, así que le contestó en el tono más dulce que encontró.— Está bien Agustín como tú digas yo te amo y te esperare el tiempo que sea necesario, solo no dejes de amarme, ella puede utilizar cualquier cosa para atraparte — dijo ella, tratando de sonar tímida.— No te preocupes por eso, ya todo lo tengo arreglado, sabes perfectamente que de mi nadie se puede burlar, anda ve a descansar, nos vemos luego — dijo Agustín y Lucía asintió, le dio un beso en los labios a agustín y salió del auto, ella entró al edificio y lo vio partir.— Estas loco si piensas que esa mujer me quitara lo que es mío. Será mejor que no te enamores de ella Agustín, porque si lo haces lo lamentarás — dijo Lucía cuando lo vio partir, ella haría cualquier cosa, con tal de obtener lo que ella quería.Mientras tanto Agustín se fue a su casa, pensando en lo que le diría a Anna, después cayó en cuanta que él no tenía porque rendirle cuántas sí aún no eran nada, si estaban comprometidos, pero no porque él quisiera, el mismo pensó que era su vid y podía hacer lo que él quisiera.Anna y María llegaron a casa. Anna acompañó a su nana hasta su habitación se despidió de ella y se fue a la suya.Ya estando sola se puso a pensar en lo que había visto y dedujo que la chica que estaba con Agustín era tal vez su novia, ella decidió no pensar más en eso así que se metió al baño a cambiarse para irse a dormir. Así pasaban los días y Anna sentía más presión por su dichosa bada, aveces no se concentraba en la universidad, por estar pensando en esa penosa situación. Un fin de semana se le ocurrió la idea de hacer galletas, le pido a su nana que la ayudara e hicieron galletas de chocolate y de vainilla, el aroma que salía de la cocina era riquísimo y José se asomo a ver que es lo que estaban haciendo cuando vio las galletas se le ocurrió una idea Anna tus galletas se ven muy ricas. Anna volteo hacia la puerta y vio a su padre ahí parado, y la sorprendió. —Lo están papá ¿Quieres unas? —preguntó la chica. José asintió con la cabeza. Anna puso unas cuantas galletas en un
Ella ya no dijo nada, solo se desabrocho el cinturón de seguridad, pero esta vez Agustín estaba preparado, así que tomo su mano, para detenerla. — No se te ocurra dejarme de nuevo, con la palabra en la boca, estoy hablando contigo y no me dejarás como la vez pasada. — dijo Agustín molesto, para él, ella solo huía de él. — ¿Que es lo que quiere? He! quieres que me quede aquí a escuchar una sarta de insensatezes que salen de tu boca, Dios no se que es lo que piensas de mí y la verdad no me importa, pero se que te arrepentiras de cómo me tratas ahora sueltame — contestó ella. Como pudo se soltó del agarre de Agustín, y salió del auto, por fortuna estaban parados en semáforo rojo, ella se fue hacia la banqueta y empezó a caminar.— Esta mujer esta loca o qué ¿Por que se baja a media carretera? — pensó Agustín. El iba siguiéndola hasta que pudo detener el auto y bajarse para enfrentarla. — Anna, de verdad que tienes una facilidad, para hacerme enojar, te estoy dando la opción de que
Las tres personas comían en total silencio, sólo se escucha a él sonido de los cubiertos, el silencio no era totalmente incómodo, pero aun así Agustín decidió romper el silencio. — Ya casi está todo listo, en donde Anna y yo viviremos, no quiero causar molestias así que me la llevaré a mi casa, espero y eso no le moleste. — dijo Agustín a su suegro y este sonrió. Estaba apuntó de contestarle cuando Anna lo interrumpió. — No, yo no quiero dejar solo a mi padre — contesto Anna, pero José ya no la dejó hablar.— Anna silencio, él va hacer tu marido y tiene el derecho de decidir donde van a vivir... —Padre pero... — ella intentó interrumpir de nuevo, pero fue silenciada por su padre. — Anna ¿Qué te he dicho siempre? — preguntó José y Anna, bajo la cabeza— Sí padre, entiendo. — respondió y guardo silencio. Agustín se dio cuenta de cuánto Anna obedecía a su padre, pero aún así él seguía teniendo sus dudas. En cierta manera no estaba tan equivocado habían muchas cosas tras de este mat
Uno de ellos se comunicó con Agustín, para decirle que Anna se les había escapado. Al escuchar, lo que estaba pasando Agustín se enojo. —¿Cómo es posible que una débil chica se les escape? Atrapenla y traiganla de inmediato, no me importa como lo consigan la quiero aquí ya. — dijo Agustín más que molesto, pues nunca se imagino que la chica haría tal cosa. — Si jefe, cómo usted ordené. — Contesto el hombre, Agustín terminó la llamada. Aquel hombre le dijo a sus hombres las órdenes de Agustín, de encontrar a Anna a como diera lugar y llevarla con él sin importar que. Apesar de haberlos perdido, ellos no tardaron mucho en encontarla, ella se defendió hasta donde pudo, pero aun asi lograron atraparla y llevarla ante Agustín apesar de sus protestas. Cuando Anna se dio cuenta ya estaba en la oficina de Agustín, se sorprendió al ver lo enorme que esta era, pero obvio no lo admitiria. Agustín no estaba solo, había otro hombre en el lugar, igual de apuesto que Agustín un poco más bajo d
Uno de ellos se comunicó con Agustín, para decirle que Anna se les había escapado. Al escuchar, lo que estaba pasando Agustín se enojo. —¿Cómo es posible que una débil chica se les escape? Atrapenla y traiganla de inmediato, no me importa como lo consigan la quiero aquí ya. — dijo Agustín más que molesto, pues nunca se imagino que la chica haría tal cosa. — Si jefe, cómo usted ordené. — Contesto el hombre, Agustín terminó la llamada. Aquel hombre le dijo a sus hombres las órdenes de Agustín, de encontrar a Anna a como diera lugar y llevarla con él sin importar que. Apesar de haberlos perdido, ellos no tardaron mucho en encontarla, ella se defendió hasta donde pudo, pero aun asi lograron atraparla y llevarla ante Agustín apesar de sus protestas. Cuando Anna se dio cuenta ya estaba en la oficina de Agustín, se sorprendió al ver lo enorme que esta era, pero obvio no lo admitiria. Agustín no estaba solo, había otro hombre en el lugar, igual de apuesto que Agustín un poco más bajo d
Mientras tanto Anna llego a casa, saludo a su nana y se fue a su habitación.María noto el cambio de humor de Anna, ella la conocía como la palma de su mano, al fin María la había criado desde pequeña. Ella fue tras Anna para platicar con ella.—¿Mi niña puedo pasar?— preguntó María, tocando la puerta de la habitación de Anna, que se encontraba abierta.— Adelante nana. — respondió la chica y María entro en la habitación.—¿Qué tienes mi niña? Últimamente no has sido la niña de siempre, ya no ríes cómo antes, ya no sales, has cambiado mucho. — dijo María. Anna suspiro antes de contestarle.— Qué te puedo decir nana, con todo esto no me dan ganas de nada. Saber que me voy a casar con un hombre que no conozco y que no amo, no me tiene nada bien, estamos en pleno siglo 21 y a mi padre parece no importarle y hacer conmigo lo que su voluntad dice ¿De verdad crees que con todo esto tengo ganas de salir? — pregunto ella, dejando a su nana muda.— Pero niña niña, lo vas a conocer, tendrán mu
— ¿Puedo saber por qué me lo dices hasta ahorita David? — preguntó molesto agustín. — Jefe perdoneme, pero ella y yo no, nos hemos visto desde hace muchos años, no se si ella aun me recuerde, es por eso que no vi la necesidad de comentarle ese hecho. — respondió David, ante la pregunta de su jefe. Agustín, de alguna cierta forma se sintió molesto, pues la chica estaba comiendo agusto con su amiga, y ahora se enteraba que su asistente tambien era amigo de Anna.Agustin salio de donde estaba y le dijo a su asistente que no lo siguiera. David no supo como reaccionar, pero hizo lo que su jefe le pidió. Las chicas terminaron de comer, y era hora de que Eva regresará a trabajar. — Anna tu y yo tenemos que hablar, tu padre no puede obligarte hacer esto, pero creo que tu también ya te has decidido así que creo que hablaremos de eso después. Tengo que regresar a la tienda ahora mismo. — dijo Eva levantándose y Anna hizo lo mismo. — Esta bien, hablaremos de lo que tu quieras, vamos te aco
La pequeña fiesta continuó hasta la anochecer. Agustín habló con su asistente para que los recogiera. David llegó rápido abrió la puerta para su jefe y su esposa, ninguna de las dos personas se veían felices. David los dirigía al conjunto de residencias Valle del Sol, sólo personas adineradas vivían en ese lugar. — Detén el auto, yo me quedaré aquí. Lleva a la Srta Anna e instalala en su habitación por favor. David detuvo el auto, y Agustín se bajó de el, Anna por su parte no dijo nada, solo lo vio quedarse ahí, y el auto siguió su camino. Pronto llegaron a la que sería su nueva casa y Anna se sorprendió al ver lo inmensa de esta. Se bajó del auto. David por fin se decidió a hablarle. — Srta Anna — Anna lo vio a los ojos, sentía que esa voz era conocida para ella pero no recordaba de dónde. — Srta Anna soy David Hernández soy el asistente personal del sr Agustín. — se presto David, con la espera da de que la chica lo reconociera. — ¿David Hernández? — preguntó Anna. Y David as