_ Jack siempre estaba de broma y era muy supersticiosos,- continuo diciendo Fernando _. Creía en los amuletos, tenía docena de ellos. Los más importantes eran los gemelos. Los llevaba puesto cuando se le declaraba la mujer más bella y hermosa, maravillosa del mundo.Aún estando convencido de que no tenía ninguna posibilidad. Como le dijo que sí pensó que le traía suerte. Sé que el acto de dármelo a mí fue muy significativo. Los dos sabíamos que mi padre jamás lo habría comprendido. ¿_ Y funcionan? _ Tanto a menudo que a veces me dan incluso miedo. Anoche fui al casino dos veces. La primera la llevaba puesto unos gemelos. _ ¿Oro macizo? _ ¡Por favor! _ dijo con sorna, fingiéndose ofendido. Fernando el ''' temible''''' no pierde el tiempo con baratijas. Eran de platino. Yo asentí, conocedora de la diferencia. _ Dos veces más caros!. Él asintió. _ Perdí todo mi dinero, que es lo que se espera que suceda en un casino. Luego regresé por segunda vez con los gemelos de mi abuelo Jack y
En ese instante apareció el camarero Y ambos nos quedamos en silencio. En cuanto el hombre dejó el suflé y el vino sobre la mesa, volvimos al tema. _Sí, asumo que la mayoría de las mujeres son cazas fortunas, es porque ese es el tipo con el que suelo relacionarme. Quizás alguna de ella lo sea, pero resulta difícil diferenciar las_ dio un sorbo de su copa de vino _. Así que es cierto que el misterio en que envuelve tu vida y tu pasado podrían darme motivos de sospecha. Si me dieras algunos detalles personales quizás no sospecharía de ti. _ Lo siento, pero no hablo de mi vida privada! Sus ojos se enternecieron y la expresión de ruego se hizo casi imposible de vencer. _ ¡No vas a sacarme información poniendo esa cara patética! ¿Oye?, se ve ridículo _ exclamé yo. _ Bueno, al menos lo he intentado. Pero está claro que puedes ver a través de mí. Eso es lo que más me gusta de ti. ¡Bueno, casi lo que más...! Dejó caer la frase final en espera de una respuesta que no le di y absolutamente
_ Creo que es fácil adivinarlo! Tú sabes en qué piensa cada mujer que te ves?! _ dije yo con doble sentido. _ Y tú no crees que es fácil adivinar. Acaso no sabe lo que piensa cada hombre que te ve?! _ dijo él también con doble sentido mirándome con una mirada traviesa. Por los miles y única casualidad del mundo. La imagen de su cuerpo desnudo cubierto por un leve sábado me vino en la mente. No sabía en lo que pensaba los hombres de mí, pero sabía demasiado en lo que yo estaba pensando justo en el momento. Él mirándome, yo que estoy perdida en el viento, o en el mundo donde sea que me encontré con mis imágenes en la mente. Soltó una carcajada. _ ¿Te das cuenta de que todo el mundo nos están mirando? Fernando. Deberías hablar un poco más bajo ¿te imaginan Lo que piensan? _ Que estoy loco por ti! ¡Su carcajada se hizo mucho más fuerte! _ No mejor yo digo que piensan, que yo soy tu querida y que me mantienes a tu lado a base de dinero! Soltó unas carcajadas mucho más fuerte _
Aquella misma noche estrené mi espectacular modelo en una cena que se celebró en tierra. Fernando tuvo la gentileza de apartarme de las aves mordisca y colocarme en una mesa junto a él, y sus amigos, algunos eran pasajeros del barco. Pero Betty Y Sara no dejaron de mirarme como si estuvieran planeando mi asesinato. _ ¡Oye! ¡Esta noche te has podido relajar! _ dijo Fernando y mira que no dejan de mirarte. ¡Estás impresionante! Pero te voy a decir algo, mañana tendrás que enfrentarte directamente a los leones. _ Dime el camino y Yo haré el resto _ dije yo. _ Esta noche has hecho todo perfectamente, sigue así. _¿Cómo? _ dije yo con una gran carcajada. _ No lo sé, dijo él inspirando con una fuerza como sea y no te rías así porque me discutí faculta la vida enormemente. Volví a reírme, sin duda me encanta dificultad de la vida de vuelta al barco, los dos nos fuimos directamente al camarote. Yo disfruté de un largo y reconfortante baño y elegí mi camisón cuidadosamente, nada excesi
Al día siguiente zarpamos de monte Carlo, nos dirigimos a Cerdeña. Había llegado la hora de actuación estelar. Hice mi aparición en la más pequeña de las piscinas, donde la mayoría de los pasajeros yacían bajo el sol. En cuanto a sus ojos se posaron sobre mí, me quité lentamente la vaporosa camisa que cubría mi cuerpo. Deje al descubierto mi cuerpo, con la escasa excepción de aquellas zonas que tan escuetamente cubría mi biquini. Por supuesto, lo hice con la absoluta indiferencia, como si no fuera consciente de la presencia ajena. Luego me tumbe bajo el intenso sol y cerré los ojos. Note que Fernando se tumbaba a mi lado. _ Bien echo! _ dijo. Abrí levemente los parpados y lo miré con indiferencia. Después de la decepción de la noche anterior, no me costaba interpretar mi papel. _ Bien, así me gusta, que te muestres altiva y superior! _ ¿Nos están mirando? _ ¡Y de qué manera! _ En ese caso...! Deslice un dedo suavemente por su mejilla y el tomo mi mano para besarme la palm
_¿Te refieres a aquella fatídica función en que una espectadora de la primera fila se puso muy realmente enferma? _ Exacto! _ dijo él. _ El protagonista no volvió a retomar el hilo de su papel! _ añadí yo. _ Exacto! _ creo que te vi allí. _ Tiene gracia que estuviéramos en el mismo sitio. ¡Si, me parece recordar que me sonreíste! _ Qué pequeño es el mundo! _ dijo Fernando. Por suerte, Pablo se dio cuenta de que había llegado el momento de marcharse, así que se unió a un grupo que se zambullía en la piscina. _ ¿De qué iba esa conversación? ¿Realmente lo viste en ese estreno? _ Pregunto Fernando. _ No. Ni siquiera estuve allí, pero, lo leí en la prensa. La cuestión es que ahora pensara que nos movemos en el mismo círculos. ¡Y cuando la noticia llegue hasta Betty y Sara, Pablo y yo incluso habríamos estudiado en el mismo colegio! Fernando soltó una sonora carcajada. _ ¡Eres un demonio! _ me dijo Fernando. _ ¡Tú lo pediste! Lo que había empezado como una broma acabo siendo real
_ ¿Flirteando con todo el mundo? _ Por supuesto. Mira como Sara se ha apresurado a sentarse con Amber y sonreírle seductoramente. _ Eres un demonio _ bromeo, Fernando. _ No. Solo soy una empleada eficiente. _ Pero se supone que solo tienes ojos para mí, y ahora resulta que voy a tener que pedirte cita para que me prestes un poco de atención?! Me tenía agarrada por la cintura, ye mantenía próximo a él. _ Ya te presto atención! _ dije yo en un tono insinuante. Aquella empezaba a ser peligrosa. Volvíamos a aquel callejón sin salida en la que estábamos antes. Pero la obligación era la obligación, y yo no tenía más remedio que ponerme a interpretar el papel más peligroso. Así que decidí ponerme en acción. Me acerqué lentamente y pose mis labios húmedos sobre los suyos. Trate de no olvidar que el beso era fingido, pero mi cuerpo no respondía a las advertencias que le enviaba con mi cerebro. Fernando se esmeró, y mucho. Me besaba de un modo innecesariamente seductor. Podríamos haber
Durante mi baile con él tuve que escuchar toda su historia personal y profesional, lo que no hizo sino demostrar que era insoportable. _ Pablo está realmente encantado contigo _ me dijo Fernando en cuanto tuve oportunidad de volver con él. _ Lose. ¡Es insoportable! Solo habla de sí mismo _ respondí yo. _ No creo que haya reparado en que exista nadie más.! Nos reímos juntos y charlamos como si nos conociéramos de toda la vida. La música invitada a su suave balanceo y la proximidad de su cuerpo me resultaba increíblemente sensual y agradable. Pero, de pronto, aquella sensación me entristeció increíblemente. El tiempo que tenía para disfrutar era limitado. Luego volvería a mi vida, complicada y difícil, sabiendo que había otra realmente buena que solo me habían dejado saborear brevemente. La fiesta llegó a su fin y, juntos, regresamos al camarote. El recuerdo de mi frustración de la noche anterior me hizo tomar la iniciativa en aquella ocasión. Me di un breve baño y me metí en la