”¿Crees que estarían avergonzados?”, le pregunto a Dane.

“¿Tus padres?”.

“No, las generaciones antes de ellos si vieran en lo que se ha convertido mi linaje. Las páginas de este libro muestran que alguna vez hubo muchos Kitson que fueron disminuyendo hasta que solo quedé yo y supongo que ahora también cuenta Samara”.

“Y los gemelos”.

“No”.

“¿No?”. Él me mira con una ceja levantada.

Niego con la cabeza. “Sé que no hemos hablado de ello, pero ellos son Oscura, no Kitson. Puede que sean licántropos, pero son hijos tuyos también, no solo míos. Kitson es un nombre que probablemente no tiene el mismo significado que alguna vez tuvo”.

Sus labios se presionan contra los míos en un beso apasionado. Él se separa de mí con una sonrisa. “Como tú digas”.

Avanzamos por la casa y nos detenemos ante la puerta del sótano. Intentaba concentrarme en el recuerdo de Dane haciéndome parte del contrato. En aquel momento había entrado en pánico, pero al final había sido mi boleto de salida.

“No puedo