Neah

‘Es como dijo Damien. Todos están muertos. Los matamos. Ya no pueden lastimarte’, susurra Nyx mientras seguimos a Dane a través de la casa.

Nos detenemos frente a la puerta de la oficina. Mi corazón late con fuerza en mi pecho y Dane me toma la mano mientras me guía dentro de la oficina. “No todas las memorias son malas. Te conocí aquí”.

Mis ojos recorren la habitación y se posan en la mancha de sangre de la alfombra. Era donde se había caído Kyle. Al típico estilo de Cassandra, la mancha nunca se limpió. Ese habría sido mi trabajo.

“¿Por qué mentiste?”, susurro.

“¿Mentí?”.

“Dijiste que te dejé en la oficina. Mentiste”.

“Sospechaba que te estaban lastimando. Trey probó mis sospechas cuando se movió para golpearte y de nuevo cuando intentó dejarte en el sótano”.

“Parece que pasó mucho tiempo, y aún así…”. Había pasado años en esta oficina, limpiándola de arriba abajo con un cepillo de dientes, mientras Cassandra se para frente a mí, gritándome órdenes o que me había faltado