Neah

“Detente un poco”. Dane corre tras de mí, toma mi mano y hace que me detenga.

“¿Por qué no puede verlo?”. Lo miro con el ceño fruncido. “Si está diciendo la verdad, ¿cómo es que ella no puede ver que lo que él le estaba haciendo estaba mal?”.

“Si está diciendo la verdad, y solo si es así, es probable que le hayan lavado el cerebro. Él le hizo promesas que ella creyó”.

‘Ella sigue siendo estúpida’, murmura Nyx y yo repito sus palabras.

“¿Habrías dicho eso de ti misma? Sé por qué saliste del calabozo, Neah”, continúa Dane. “Es un sentimiento con el que estás muy familiarizada”.

“Hay muchos bastardos en este mundo”, murmuro.

Él me jala hacia él. “Tienes razón en eso”.

“¿Le crees?”.

“No, he decidido no confíar en la gente hasta que me prueben que son de confianza. Antes de que salieras corriendo, estaba por salir a buscar a Brax como lo sugirió Damien”.

“Él está en la casa, tratando de convencer a Klaus de que es un cazabrujos”.

Sus ojos carmesí se mueven hacia la casa. “¿