Neah Estaba teniendo una especie de flashback. El recuerdo no era del todo claro pero podía escuchar la voz de Luna Casandra. “Hace mucho calor hoy, ¿no, Neah?”. Había un tono alegre en su voz mientras me ayudaba a preparar la limonada. Me había dejado subir a una silla junto al mostrador de la cocina para ayudarla. Había una segunda jarra sobre el mostrador con algunas hojas en el fondo. “¿Qué es eso, Casie?”.“Pensé que podríamos hacer algo más. A todo el mundo le encanta la limonada en un día como este”.El recuerdo salta hacia mí ofreciendo la jarra a mis padres. Me paré y observé mientras se servían un vaso y brindaban por algo. Luego, hubo caos. La gente gritaba y lloraba cuando alguien me agarró de los brazos y me arrastró. Antes de abandonar la escena, vi la sangre brotar de los ojos, la nariz y la boca de mis padres. Se habían arañado desesperadamente la cara. “Neah, ¡¿qué hiciste?!”.“No sé”. Podía escuchar mi propio miedo en mi voz joven.“Casie, no fue mi inte
Kyle tropieza hacia adelante agarrándose el pecho y Beta Eric rápidamente me levanta de mi asiento antes de que Kyle caiga hacia adelante. Deja escapar algunos sonidos guturales bajos antes de quedarse quieto. Tanto Luna Casandra como mi hermano estaban de pie. “¡Tú… tú lo mataste!”. Luna Casandra llora.“Se lo merecía todo. Solo necesitaba asegurarme de que había rechazado a Neah correctamente”. “¡Mataste a mi hermano!”, grita Luna Casandra y corre al lado de Kyle. No lo sabía, y por una fracción de segundo sentí pena por ella, hasta que recordé el infierno que me había causado. “Será mejor que cuides tu espalda, Alfa Dane”. Ella le gruñe.“¡No me asustas!”. Él reflexiona.“Tal vez no, pero cuando veas lo que viene, desearás que yo sea el menor de tus problemas”. “¿De qué estás hablando?”, le responde Alfa Dane. “¿Es eso algún tipo de amenaza?”.“Ya verás”, murmura mientras mi hermano tira de su brazo y la ayuda a levantarse del suelo. Ambos salen corriendo de la habi
DaneNeah se había quedado dormida cuando regresamos. Había visto sus hombros temblar mientras lloraba en silencio, mientras mantenía su espalda hacia mí. Había elegido guardar silencio, sin saber qué decir o hacer para hacerla sentir mejor. Incluso Aero estaba perdido. La levanto y la llevo adentro. Ella no se mueve, no emite ningún sonido mientras observo su cara roja y llena de manchas. ‘¿Crees que ella esté llorando por él?’, pregunta Aero. ‘No sé. Ella dijo que no había sentido nada. ¿Quizás una reacción tardía? Ya sabes, debido al vínculo’.‘Podríamos decirle que es nuestra pareja, podemos reclamarla ahora. Ya es libre de ese imbécil’.‘No, creo que eso es lo último que quiera escuchar’.La coloco sobre la cama, le quito las botas y ella instintivamente junta las rodillas contra el pecho, dejando escapar un pequeño resoplido, como siempre hace cuando duerme. La miro por un rato hasta que recibo un enlace de Eric. ‘¡Necesitamos hablar!’.Parecía urgente. Quizás el gru
“¿Ha dicho algo?”.“Todavía no obtuve ninguna respuesta de él”. Eric suspira y me mira. “Creo que así es como se ven los lobos de Brillo Lunar”.“Llévenlo a los calabozos. Asegúrense de que esté bien atado. Haremos preguntas, hasta entonces, ¡que nadie se entere de esto!”, grito.“¿Qué hay de Neah?”, Eric pregunta.“¿Qué pasa con ella?” Lo fulmino con la mirada.Él cierra la boca, prefiriendo no responder.“Lleven a la bestia a los calabozos”, repito.Eric inclina la cabeza y vuelven a cargar a la bestia en el vehículo, llevándola hacia los calabozos.‘Ella no puede tener ese aspecto’, murmura Aero en mi cabeza. ‘No puede’.‘¿Por qué no dices nada?’, reclama Aero mientras regreso a casa.Las piezas empezaban a encajar. El hecho de que nunca había oído hablar de Brillo Lunar hasta que recibí la llamada. El secretismo de la manada. Como desaparecieron de repente y siguieron desapareciendo. Como Neah nunca los había visto en forma de lobo. El cómo la bestia se había escondido en
DaneMe giro hacia ella y me mira fijamente con esos grandes ojos azules. Su labio inferior temblaba un poco mientras esperaba mi respuesta. No quería que se fuera, pero ¿y si era una de esas bestias? ¿En qué me estaría metiendo?“Vas… ¿Vas a matarme?”, vuelve a preguntar.“No”. No importaba lo que ella fuera.Ella se aferra a la toalla que la envolvía, que estaba enganchada alrededor de sus muslos y que apenas la cubría.“Ponte esto”. Le paso la sudadera y los pantalones deportivos del armario. Preferiría que llevara menos ropa, pero lo hacía más fácil que estuviera cubierta.‘¡Porque eso va a detenerte!’, musita Aero.Le doy la espalda y dejo que se vista. “¿Por qué crees que quiero que te vayas?”.“Soy parte del contrato”. Esta vez no tartamudea, casi como si le resultara más fácil hablarme cuando no la estaba mirando.“Lo eras”, coincido, dándole la espalda. “Pero no pienso matar a una mujer inocente”.‘¡No te atrevas!’, me reclama Aero.“Si quieres irte, puedes hacerlo
”¿Qué carajo es un licántropo?”, dice Eric con brusquedad.“Exactamente lo que viste. Parte lobo, parte humano”. Sus ojos azules miran hacia los míos. “¿La sacaste?”.“¿Qué quieres decir con hermano verdadero?”, reclamo.“Neah solo tiene un hermano y no es Trey”.“¡No me jodas!”.“Te contaré todo”. Él estira sus brazos.“Serías el primero”, replico, perdiendo la paciencia.“No soy leal a Brillo Lunar. Soy un salvaje”, nos dice Devon.“¡Está jodidamente loco!”, Eric se enlaza conmigo.“¿Salvaje?”. Ese no era un término usado entre los lobos. O pertenecías a una manada o no lo hacías.“Rechazado por mi manada”, Devon murmura sin inmutarse.“Digamos que me estás diciendo la verdad, ¿cómo es que Neah no sabe quién eres?”.“De la misma manera en que ella cree que Trey es su hermano mayor”.‘No puedo distinguir si está mintiendo o no’, murmura Aero.Devon apunta a sus ojos. “Nuestros ojos, son idénticos, heredados de nuestra madre y de su madre y de su madre antes de ella”.“C
NeahSu rostro se arrugó en una mezcla de sorpresa y confusión. Puede que incluso hubiera un atisbo de enojo ahí. Pero yo solo quería saber a qué atenerme con él. Mi vida en Brillo Lunar, aunque insoportable, era predecible. Sabía lo que tenía que hacer y cuando tenía que hacerlo. Sabía que la gente vendría a mi habitación a golpearme. Sabía que la única comida que se me permitía eran las sobras, si las había. Aquí todo era una sorpresa. Me hablaban como si yo fuera uno de ellos.Lo había estado pensando mientras estaba sola. Tirando de cada hilo de conversación con Alfa Dane. Me había dicho que yo era la única a la que había querido marcar y que tal vez ahora que el contrato con mi hermano había terminado, estaría dispuesto a hacer un nuevo contrato conmigo.“¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres darme un heredero, nada más?”. Ahora podía oír su enfado.Bajo la mirada. “Es eso lo que quieres, ¿no? Alguien que te dé un heredero. ¿No era esa la idea de estos contratos con lobas? Entonc
”Bien, ahora que llegamos a un acuerdo, puedes venir conmigo”. Me tiende una mano, expectante, esperando pacientemente a que la tome.“¿A dónde me llevas?”, musito, una repentina ola de pánico me recorre.“Te dije que el entrenamiento empezaría cuando te hayas recuperado”.Caminando por los terrenos, mantiene su mano sobre la mía. No estaba segura de si intentaba decirme algo o no. Aunque no me importaba, su cálida mano era reconfortante.Mientras avanzamos, veo a Beta Eric parado afuera de un pequeño edificio sin ventanas y con una sola puerta y me pregunté en silencio a dónde llevaba.Alfa Dane empuja una puerta doble para abrirla, esta conduce a un gimnasio. Ya estaba lleno de hombres y mujeres sudorosos.“¡Todo el mundo afuera!”, ordena Alpha Dane.Uno por uno recogen sus cosas y salen del edificio hasta que solo quedamos nosotros dos.“Bien”, me guía hasta las colchonetas y me gira. “Haz un puño”.Hago una bola con la mano y él niega con la cabeza.“Levanta el pulgar”. E