”Bien, ahora que llegamos a un acuerdo, puedes venir conmigo”. Me tiende una mano, expectante, esperando pacientemente a que la tome.“¿A dónde me llevas?”, musito, una repentina ola de pánico me recorre.“Te dije que el entrenamiento empezaría cuando te hayas recuperado”.Caminando por los terrenos, mantiene su mano sobre la mía. No estaba segura de si intentaba decirme algo o no. Aunque no me importaba, su cálida mano era reconfortante.Mientras avanzamos, veo a Beta Eric parado afuera de un pequeño edificio sin ventanas y con una sola puerta y me pregunté en silencio a dónde llevaba.Alfa Dane empuja una puerta doble para abrirla, esta conduce a un gimnasio. Ya estaba lleno de hombres y mujeres sudorosos.“¡Todo el mundo afuera!”, ordena Alpha Dane.Uno por uno recogen sus cosas y salen del edificio hasta que solo quedamos nosotros dos.“Bien”, me guía hasta las colchonetas y me gira. “Haz un puño”.Hago una bola con la mano y él niega con la cabeza.“Levanta el pulgar”. E
Neah Se inclina sobre mí mientras presiono mi espalda contra la pared. Sus ojos se posan en los míos y bajan hasta mis labios. Hace un movimiento rápido y presiona sus labios contra los míos, y esta vez no me inmuto.Alfa Dane se aleja. “¿Confías en mí?”, pregunta con un tono gentil.“Sí”, susurro.“Podemos ir despacio”, me susurra, y mi cabeza se mueve de arriba a abajo, aceptando su oferta.Sus labios vuelven hacia los míos, me besa un poco más fuerte y sus manos se posan en mis caderas.Se separa de nuevo y otra vez asiento levemente con la cabeza, deseando que continúe.Esta vez, sus labios me besan suavemente en el cuello hasta la clavícula. Cada beso es como si mi piel recibiera pequeñas descargas eléctricas.Él retrocede, sacame del cubículo hacia las duchas.Me empuja contra la pared y me sube la sudadera por la cabeza, llevándose también el chaleco y dejando que mis pechos cuelguen libremente. Se apresura a llevarse un pezón a la boca, arrastrando los dientes por él
Dane Ella había vuelto a estar a la defensiva.Apenas hablaba y, cuando lo hacía, era un “si”, un “no” o aquella frase que odio: “Estoy bien”.Se había apagado por completo y no logro siquiera comprender qué fue lo que dije. Tan solo le dije la verdad. ¿La verdad fue demasiado para ella?En mi oficina, Raven me mira fijamente. “¿Estás seguro de que no hiciste nada?”, me reclama. “Ella había estado hablando conmigo y ahora, nada”.“Solo dije la verdad, le recordé que era ella quien quería el trato, que ella fue la que acudió a mí. Le dije que no quería que nadie más la tocara”.“¿Por qué siquiera hiciste el trato si ella ya es tu pareja?”.“Ella no lo sabe”.“¡Eres un idiota!”, ella grita mientras se deja caer en la silla. “Ni siquiera sé lo que podrías estar pensando. De todas las novias que has tenido, ¿por qué tienes que tratar de alejar a la única que realmente me agrada? Tacha eso, ¿la que en realidad es tu pareja?”.“¡Raven!”.‘¡Estoy de acuerdo con ella!’, espeta Aero
“¿Se lo dijiste?”, pregunta en voz baja mientras sus hijos corren por el campo, compitiendo entre ellos.“No”.“Entonces, ¿asumo que sigue sin hablarte?”.“No”.Él asiente. “Recuérdame, ¿por qué no se lo has dicho? Ese idiota está muerto. Ella no está atada a nadie, puedes marcarla”.“Es complicado”, murmuro.“Lo entiendo, pero…”. Hace una pausa. “No serías capaz de ocultarlo si ella no hubiera estado sellada. ¿O es por este aparente asunto de los licántropos? Porque los lobos han hecho cosas mucho peores y se han juntado con humanos”.“Sobre eso”, murmuro, haciendo a un lado el tema de Neah. “¿Devon ha dicho algo más?”.Eric sacude la cabeza. “Ya te lo dije, él no hablará conmigo. No sé por qué”.“Literalmente no puedo encontrar nada sobre ellos. Me he pasado horas buscando en todas las bases de datos. ¿Cómo puede existir algo así y que no haya registro de ello?”.“Supongo que tiene algo que ver con el escondite Brillo Lunar y las reglas de las que habló Neah”.“Tengo que h
Neah Sentada en la cama, miro confundida a mi alrededor. Estaba segura de que me había ido a la ducha.Me toma un segundo darme cuenta de que solo llevo puesta la sudadera y nada en las piernas. Echo un vistazo a la habitación y veo mis pantalones deportivos y mi ropa interior en la silla. Me siento mal, ¿Alfa Dane me había hecho algo?Mis ojos recorren la habitación, comprobando si estoy sola.“Lo estás pensando demasiado, Neah”, murmuro mientras corro por la habitación para coger ropa interior y vaqueros limpios del armario.No había sangre en las sábanas y todo se sentía normal. Alpha Dane dijo que nunca haría eso, pero ¿y si le había dado mi consentimiento involuntariamente porque estaba soñando despierta otra vez?Me visto rápidamente. Salgo de la habitación y me encuentro con Alfa Dane en las escaleras. Tiene el ceño bastante fruncido.“Venía a ver si estabas despierta. Tenemos que hablar”.Se me forma un nudo en la garganta. ¿Qué iba a decir? ¿Quería terminar ya el cont
Dane Raven estaba en lo cierto acerca del miedo constante. Ahora le estaba prestando más atención, podía oírlo en la voz de Neah pero su olor seguía siendo exactamente el mismo. El extraño aroma que llevaba desde nuestro primer encuentro hasta ahora, la única diferencia era la esencia de lavanda que la acompañaba.Pude ver su reflejo en la ventana. Podía ver como usaba sus mangas para secarse las lágrimas que se le escapaban. Apenas hace ruido.“Por si te sirve de algo, Devon no parece un monstruo”, murmuro. “Su prioridad pareces ser tú y nada más. Como dije, es muy comunicativo con la información”.“Quieres decir que no tuviste que torturarlo”. Lo dice despacio, como si hablara de sí misma. Veo como se inquieta en el asiento. Gira la cabeza por encima del hombro para mirar la puerta cerrada. Hablar de tortura fue un detonante.“No, no fue necesario”. Quería que pensara en otra cosa. Al girarme para mirarla, veo como las lágrimas hacen brillar sus ojos azules.‘Ya díselo’, se qu
”¿Mataste a Kyle para marcarme?”, suelta Neah.“Sí”.“No soy… no soy especial. Tú eres un Alfa. Uno poderoso y yo no…”.“Tú también eres un Alfa”.***** Ella no dijo mucho después de eso. Solo preguntó si podía estar sola para pensar, lo cual era frustrante. No se suponía que esto ocurriera. Se suponía que debía estar feliz, no temerosa y enojada. Se suponía que quería que la hiciera suya, no que quisiera correr y esconderse.‘Esto es culpa tuya’, le digo con molestia a Aero. ‘No podías dejarlo ser. Tenías que seguir y seguir. Y ahora mira el lío que hemos causado’.‘En mi defensa, pensé que ella estaría feliz si descubría que era la pareja del más grande Alfa. ¡Quizás tú debiste comenzar con eso en vez de contarle primero sobre el prisionero!’, me grita él en respuesta.Cuando me dirijo a la cocina para buscar algo de comer, veo a Raven llenándose la boca de comida.“¿Alguna vez no estás comiendo?”, le digo con desagrado.“Tengo hambre”. Ella se encoge de hombros. “¡Y es ob
Neah Sus manos aprietan mi delgada cintura mientras aquellos ojos carmesí buscan los míos. “¿Estás segura de que esto es lo que quieres?”.Asiento con la cabeza.“Neah, necesito que digas sí o no”.Siento que se me hace un nudo en la garganta. Se me hacía un nudo en el estómago. ¿Era esto realmente lo que quería?“¿Dolerá?”, susurro. Sabía que tenía que morderme el cuello. Sabía que necesitaba hundir sus colmillos todo lo que pudieran. Sabía que necesitaba probar mi sangre y dejar su veneno de lobo en ese lugar, conectándonos permanentemente. Pero había una trampa: para confirmar el vínculo, teníamos que tener sexo.“Un poco”, me dice.“¿Q… qué pasará conmigo?”.“¿De forma inmediata? Nada aparte de que te sentirás satisfecha. En un periodo de cuarenta y ocho horas, entrarás en celo. ¿Estás preparada para eso?”.“¿Quieres decir que querré tener sexo?”, susurro.“Querrás hacerlo, lo necesitarás, lo buscarás desesperadamente”.“No quiero tener a… mi monstruo”.“No importa, es