Kitson era un apellido poco común. De todos los lobos y los poquísimos licántropos con los que me había cruzado, Neah era la única que tenía ese apellido.

“¿Un ancestro?”, murmuro mientras le devuelvo a Klaus el libro marrón que tengo en manos.

“Diría que sí por la forma en que habla de los linajes. Neah es una alfa, su genética tiene que venir de algún lado”.

“¿Son los licántropos una amenaza?”.

“No lo sé”, murmura. “Habla sobre que ascenderían de nuevo, pero eso fue hace siglos, Dane. Y todos los de esa época deben estar muertos hace mucho, así que los que quedan deben ser sus descendientes”.

“Damien siempre ha creído que hay más alla afuera. ¿Estás diciéndome que mi pareja no era solo la líder de Brillo Lunar, sino que es también la líder de todos los licántropos que están allá afuera?”.

Él me asiente con la cabeza.

“¿Le has contado de esto a alguien más?”.

“No, vine directamente acá”.

“Bien, mantenlo así. Necesito decidir mi próximo movimiento”.

Más licántropos. ¿Serían u