Ava estaba recostada en el sillón grande de la sala de la oficina de Björn, Thomas la había levantado y llevado el mismo al interior.
―Solo palideció. ―escuchó Björn a Thomas decir. ―Estaba al teléfono y…―luego detuvo sus palabras, arrugó su ceño y miró a Björn. ―Habló con alguien antes de desvanecerse. Aun con el auricular en su oreja, estaba pálida, luego comenzó a murmurar algo y es cuando me acerqué a ella.
Björn se tensó.
―Era Bruno quien llamó. ¿Le habrá dicho algo como para ponerla de esta manera?―se quedó en silencio intentando descifrar la conexión con su hermano. ― ¿Por qué no llega el doctor? Ella no ha despertado. ―se inquietó, ya que no había un botiquín a la mano, Ava se empezó a remover en su lugar, los dos hombres frente a ella giraron sus miradas a ella.
―No, no, no, ―Ava comenzó a jadear asustada, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas pálidas. ― ¡NO! ―el grito fue fuerte, decidido y no había ninguna pizca de miedo en esa pa
Björn se ajustó una de las mancuernas de su muñeca, con el pulgar acarició la letra “B”, fueron las primeras que le había regalado su madre antes de desaparecer años atrás. Pensó haberlas perdido en alguno de sus viajes, que incluso había enfurecido y destrozado casi toda la habitación de aquel cuarto de hotel. Negó lentamente al recordar aquella escena. —Viejos tiempo, Björn. —murmuró mientras salió de su habitación. Tocaron a la puerta de su suite, anunció que podían entrar. Thomas se asomó para informarle que el auto estaba esperando en la entrada principal del hotel. —Vamos. —alcanzó su saco del traje de etiqueta junto con su abrigo y después de marcharon. En el poco trayecto al club, pensó bastante en Ava, en cómo se había puesto el día de ayer. — ¿Está Ava en su habitación? —preguntó Björn cuando el auto se detuvo frente al lugar. —Sí, señor. Esta custodiada el área por el equipo de seguridad asignado. —Bien, no qui
Ava tecleó un mensaje de buenas noches a su familia, e informó que no sabía aun si podría ir en las fechas festivas al pueblo, pero que haría todo lo posible. Luego se recostó después de un largo baño tibio, se puso su pijama y cuando estaba a punto de quedarse dormida, tocaron a su puerta. Ella abrió sus ojos y se quedó quieta, quizás imaginando que había escuchado un ruido. Pero no. — ¿Ava estás dormida? —escuchó a una de sus compañeras de casa, se levantó y fue directo a abrir la puerta. Al abrirla, ella lució un poco… alertada. — ¿Qué pasa? —preguntó Ava. —Te busca tu ex compañera, Yany. —Ava fue a su búsqueda, en la sala estaba Yany y lució muy preocupada. — ¿Qué pasa? —Ava ya se estaba preocupando, Yany se levantó y estaba pálida. —Es Alice, no la encuentro por ningún lado. —Ava se sorprendió. — ¿Ya llamaste a su celular? —Asintió Yany. —Me manda directo a buzón, ella nunca ha faltado a su turno de trabajo, y pien
Amelia paseó de un lado a otro en el pasillo frente a la puerta de aquella habitación, esta se abrió y apareció una mujer mayor con su maletín en mano. —Tranquila, Amelia, —dijo la señora cerrando la puerta detrás de ella. —Está bien, le he suministrado suero y el efecto de la droga pasará en varias horas. —Gracias, Clara. Eres la única en quien puedo confiar. —Gracias, haces mucho por ellas, así que es un gusto ayudarte, y respecto a Nicoletta, en tres horas hay que suministrar el medicamento para el dolor, la chica que me acompaña, se quedará al cuidado de ellas dos. —Muchas gracias. Clara y Amelia se despidieron, Björn apareció unos momentos después. — ¿Qué pasa? —preguntó Amelia a su hijo, quién no dejaba de teclear en su celular. —Está la camioneta que mandaste esperando afuera de la casa donde ahora vive, pero le acaban de informar que no está Ava, —Björn levantó su mirada. —Señor Hof
—Te llevaré al auto. —dijo Thomas alejándola de la masacre que haría Björn con Bruno en la habitación, al salir, apareció la mujer de momentos atrás que le había entregado la bebida y el vaso de whisky a Bruno. —Gracias. —dijo Thomas a la mujer, ya que fue quien avisó de que alguien pedía ayuda cuando llegaron. Los dos hombres de seguridad de Bruno estaban en el suelo, y estaban apuntándoles con el arma parte del equipo de seguridad de Björn. Salieron del club, Thomas en brazos con Ava quien no dejaba de llorar, al subirla con todo el cuidado del mundo, se aseguró que estuviera bien. — ¡Lo va a matar! ¡Detenlo, Thomas! —Thomas sintió una opresión en su pecho, luego notó una gran marca en su rostro, no tardaba en notarse por completo. —Lo haré, pero por favor, sigue mis indicaciones, te van a llevar a un lugar seguro, yo iré por él. Tranquila…—Ava asintió a toda prisa, su corazón no dejaba de latir a toda prisa por el mied
Ava estaba sentada en el suelo frío del baño, abrazada a sus piernas, lloró por un corto tiempo intentando borrar lo que Bruno había intentado hacer con ella, por un momento se perdió en el pasado hasta que escuchó la voz de Björn del otro lado de la puerta, se levantó a toda prisa y la abrió, cuando sus miradas se cruzaron, ella notó su rostro lastimado, lo primero que hizo fue lanzarse contra Björn y lo abrazó como si fuese su tabla de salvación. Björn correspondió el abrazo, cerró los ojos y aspiró su aroma, Ava tembló bajo el agarre, decía algo que él no comprendió, ya que por el llanto se entrecortaba. —Tranquila, tranquila, aquí estoy. —susurró contra su coronilla, al separarse, ella intentaba controlar su llanto pero no podía, hasta se sintió una tonta al no poder detenerse. —Respira, tranquila, estás a salvo. —Ya no lo está. —Dijo Amelia detrás de él. —Tendrás que dejar el hotel, —dijo Amelia mirando a Ava, luego a Björn. —Bruno no se quedará a
Bali, Indonesia.Oscar estacionó su bicicleta afuera del supermercado, era un hombre alto, fornido, tenía su cabello rizado y rubio, algo rebelde para acomodarse, pero era algo que para él no era problema. Al salir, se detuvo al ver al hombre en pantalón corto de playa, camisa de palmeras, este usó lentes de sol, pero el porte profesional de un hombre de seguridad, lo delató. Oscar tenía en una mano su bolsa de tela que él mismo había hecho con materiales reciclados.— ¿Y ahora qué es lo que pasa, Digory? —preguntó curioso mientras caminó a su bicicleta, en el canasto puso la bolsa y esperó a que el hombre hablara.—Sé qué nos ha ordenado mantenernos lo más civil posible, pero el jefe de seguridad del señor Björn, se ha intentado comunicar con usted, se han preocupado al no contestar su celular.
—Y está será tú habitación. —anunció Oscar entrando a la habitación donde dormiría Björn, él entró detrás de su hermano y miró el lugar.—Gracias. Solo estaré esta noche, por la mañana me marcharé.Oscar se giró hacia a él.— ¿Por qué te irás tan pronto? ¿No puedes trabajar unos días desde aquí? —Björn se sentó en la orilla de la gran cama, miró a su hermano con preocupación.—Me han informado de Bruno y está mal.Oscar alzó una ceja y se cruzó de brazos.—Mínimo sigue respirando.—Pero ha quedado bastante lastimado.—Y espero le quede de escarmiento.—Le he roto la nariz, varias costillas y su rostro ha quedado hinchado a más no po
—Espero que Costa se mejore. —comentó Oscar, luego hizo una pausa. —Si puedo ayudar en algo, no dudes en pedirlo. —Björn le agradeció con la mirada. Oscar se retiró para dejar descansar a su hermano, ya que tenía que madrugar para marcharse, tomó la muda de ropa que Oscar le había dejado para que pudiera darse un baño, pero Björn fue a buscar a Ava primero para saber qué es lo que necesitaba, pero su madre la había llamado, así que le tocaría ir a buscarla por la mañana antes de irse, aprovechó y dio un recorrido por la casa y luego regresó a la habitación, tomó la toalla y la ropa cuando tocaron a la puerta, Björn se acercó para abrir y se encontró con Ava, sus mejillas estaban rojizas cuando sus miradas se encontraron. — ¿Ya te vas a dormir? —Björn negó. —Fui a buscarte pero estabas con mi madre, regresé para darme una ducha, —recorrió con su mirada a Ava. — ¿Qué pasa? ¿No puedes dormir? —Ava asintió. —Estoy preocupada. —Björn abrió la