―Bien, pidamos el almuerzo. ―anunció Björn al ver que casi se terminaba el horario normal de la hora de la comida de los empleados. ― ¿Qué es lo que quiere comer, señorita Gray? ―preguntó a Ava, quien estaba terminando de hacer unos apuntes en su nueva IPad.
― ¿Quiere que pida el menú? ―preguntó servicial, Björn negó.
― ¿Qué es lo que se le antoja? Me sé el menú de cada día, así qué nada me apetece, ¿Vamos a la ciudad? ―Ava alzó sus cejas con sorpresa, eran dos horas y media de viaje.
― ¿A la ciudad? ―Björn asintió al ver su gesto de sorpresa.
―Tengo un nuevo helicóptero, así que será menos tiempo de viaje. ¿Ha probado el salmón imperial? ―Ava negó lentamente. ―Pues le va a encantar, así aprovecharé el viaje para recoger a mi invitado. Vaya p
―Otra vista…―susurró Björn recargándose en el respaldo de la silla y observando detenidamente a Ava, quien era ajena a su mirada.―Impresionante…―dijo Ava sin dejar mirar a lo lejos, luego regresó la mirada hacia a su jefe. ― ¿Es buena la comida aquí? ―preguntó al sentirse un poco más relajada, Björn asintió lentamente.―Bastante. Años atrás, venía constantemente. Para hacer una reservación en este lugar, tardan hasta seis meses en darte una.―Oh, es bastante tiempo…―murmuró Ava sorprendida por lo que le estaba contando.―Sí. ―aceptó el menú que el mesero les entregó.―Buenas tardes, soy Ever, su mesero. ¿Gustan algo de tomar? ¿Un aperitivo?―Quiero tres copas, y la mejor cosecha de vino que tengan. Espero a otra persona. ―Ava no lo sabía.―Perfecto, ―B
El corazón de Ava se agitó con tanta fuerza que juró que se detendría en cualquier momento. ―Señor Hoffmann, ha tomado bastante vino…―Björn se separó un poco de ella para mirarla a los ojos, notó el aro de ambos iris dilatados, en una delgada línea, entonces sus palabras resonaron con fuerza trayéndolo a la realidad: él era el jefe y ella…su asistente. Björn retrocedió, dejando a Ava recargada contra la puerta, sus mejillas estaban color escarlata y jadeando. Él no tenía derecho solo por qué la compró en la subasta para salvarla, él no tenía derecho siquiera de sentir celos o atracción por ella, él no debía de cruzar esa línea tan delgada entre los dos. Simplemente no se lo tenía permitido. ―Lo siento, no sé qué me ha pasado…―se pasó una mano por su cabello, arrugó su ceño, Ava no pudo evitar bajar su mirada a su pantalón al mismo tiempo que Björn cubrió con ambas manos su erección. ―Lo siento, lo siento…―tiró sutilmente del brazo de Ava para retirarla de la
―No voy a contestar esa pregunta. ―Björn contestó de manera tajante, y eso no le sorprendió a Carter.―Bien, como tú quieras. ―este se levantó y se sirvió más de la botella de whisky que se encontraba en el mueble, luego regresó a su lugar. Se hizo un silencio largo en la suite, solo cruzaron sus miradas de manera fugaz, hasta que finalmente Björn decidió terminar con ello.―He descubierto cosas que no me gustaron para nada. ―comenzó a decir Björn, él no solía hablar de sus cosas con nadie, ni con Oscar quién era parte de su familia y al único a quién le tenía confianza y eso lo sabía Carter, así que con más razón prestó atención detenidamente.―Y estoy pensando detenidamente como terminar con ello. ―Björn terminó su bebida de un trago, luego dejó el vaso vacío en la mesa
Había llegado sábado, tres días desde esa comida en la ciudad con su jefe y el invitado.Esa mañana, Ava se encontraba sentada en la orilla de su cama, había notado días atrás al bañarse un par de moretones en uno de sus brazos y piernas, se había perdido en sus pensamientos intentando recordar en qué momento se había golpeado pero no recordaba nada. Al ver la hora, terminó de arreglarse para ir a trabajar; durante las noches había dado vueltas en la cama, la escena de Björn con ella en el servicio de damas, la tenía sin sueño durante un par de horas de la madrugada, una noche de esas se había despertado con mucho calor, se cuestionó mucho su forma de reaccionar, comparó lo de hace dos años atrás, era muy distinto como se sintió.La rutina de días aún seguía, Ava fue escoltada por el h
Ava se miró de pies a cabeza en el espejo, con la ayuda de Alice, su cabello había quedado liso a la perfección, el cabello castaño, sin el ondulado original se veía bastante largo.―No puedo creer como cambia mi aspecto. ―murmuró Ava sin dejar su mirada en el reflejo, sus dedos se pasearon en el largo de su cabellera castaña, se miró ya maquillada y solo faltaba ponerse el conjunto para ir al antro a la ciudad.― ¿Qué es lo que te hace falta? ―se escuchó a lo lejos el grito de Alice mientras caminaba con sus tacones hacia la habitación, al entrar vio a su amiga.―Te ver hermosa. ―dijo Ava sorprendida por el cambio drástico de su amiga, nunca la había visto vestida de esa manera, llevaba un vestido corto de lentejuelas en color dorado, su cabello también liso y en unas plataformas que le hacía ver las piernas más largas. ―Solo falt
Björn tenía en su mano su vaso de cristal con el mejor whisky del lugar, se había quedado en su lugar con el corazón agitado al escuchar su nombre directo de la boca de Ava. “Ha dicho mi nombre.” Odiaba que lo llamaran por su nombre personas no cercanas a él, pero fue todo lo contrario con ella.―Disculpe, quise decir, “Señor Hoffmann” ―se corrigió de inmediato, pero Björn negó rápidamente.―No te preocupes, ―dijo inclinándose hacia a ella para que pudiese escuchar. ―He dicho tu nombre, me has respondido del mismo modo y además, no estamos en horario laboral. Así que puedes decirme Björn…―Ava sintió como su respiración se agitó con fuerza, tuvo que entreabrir sus labios para tomar aire disimuladamente. Se enderezó él y sin dejar de mirar cada reacción de ella, tomó un poco de su b
Björn apretó su mandíbula con dureza, el imaginar que Carter podía tocarla o siquiera la viera, le provocó que la ira saliera de su escondite.―No lo harás. ―dijo atrapando su brazo, Carter abrió su boca al sentir el dolor con el que lo sujetó.― ¡Oye! ¡Eso duele! ¡Tranquilo, tranquilo! ―Carter comenzó a reírse hasta que Björn lo soltó del agarre. ―Solo quería ver tu reacción, Hoffmann.―Deja de ponerme a prueba. Sabes que soy un hombre impaciente.―Lo sé, pero en serio, Hoffmann, debes de divertirte un poco más...―luego palmeó su hombro y entró al privado.Ava y su grupo de amigos se habían regresado a la pista de baile, Björn notó que ella bailaba algo incomoda alrededor de ellos, hasta que notó la presencia de un joven, intentó hacerla reír pero ella no lo hizo, a Bj&o
Bruno lanzó su cabeza hacia a atrás mientras la rubia hacía lo que más bien se le daba: el sexo oral. Ella estaba dispuesta a pasar una segunda noche con el billonario que había llegado a la ciudad, había escuchado por las demás chicas su adicción al sexo y a otros fetichismos. Al sentir el líquido tibio en su boca, se retiró y sonrió al ver al hombre satisfecho.―Buen trabajo. ―dijo Bruno jadeando, era adicto a la sensación que daba al llegar al orgasmo, sentía su piel erizarse hasta llegar a un dolor tan placentero que se hacía adicción, ver a la mujer arrodillada a sus pies, era un plus que nunca dejaba de gustarle. ―Ya puedes irte. ―notó la decepción en los ojos de la rubia. ― ¿Qué es lo que esperas? ―la mujer decepcionada de sí misma, tomó sus ropas y se marchó del lugar. Bruno caminó con las