Había llegado sábado, tres días desde esa comida en la ciudad con su jefe y el invitado.
Esa mañana, Ava se encontraba sentada en la orilla de su cama, había notado días atrás al bañarse un par de moretones en uno de sus brazos y piernas, se había perdido en sus pensamientos intentando recordar en qué momento se había golpeado pero no recordaba nada. Al ver la hora, terminó de arreglarse para ir a trabajar; durante las noches había dado vueltas en la cama, la escena de Björn con ella en el servicio de damas, la tenía sin sueño durante un par de horas de la madrugada, una noche de esas se había despertado con mucho calor, se cuestionó mucho su forma de reaccionar, comparó lo de hace dos años atrás, era muy distinto como se sintió.
La rutina de días aún seguía, Ava fue escoltada por el h
Ava se miró de pies a cabeza en el espejo, con la ayuda de Alice, su cabello había quedado liso a la perfección, el cabello castaño, sin el ondulado original se veía bastante largo.―No puedo creer como cambia mi aspecto. ―murmuró Ava sin dejar su mirada en el reflejo, sus dedos se pasearon en el largo de su cabellera castaña, se miró ya maquillada y solo faltaba ponerse el conjunto para ir al antro a la ciudad.― ¿Qué es lo que te hace falta? ―se escuchó a lo lejos el grito de Alice mientras caminaba con sus tacones hacia la habitación, al entrar vio a su amiga.―Te ver hermosa. ―dijo Ava sorprendida por el cambio drástico de su amiga, nunca la había visto vestida de esa manera, llevaba un vestido corto de lentejuelas en color dorado, su cabello también liso y en unas plataformas que le hacía ver las piernas más largas. ―Solo falt
Björn tenía en su mano su vaso de cristal con el mejor whisky del lugar, se había quedado en su lugar con el corazón agitado al escuchar su nombre directo de la boca de Ava. “Ha dicho mi nombre.” Odiaba que lo llamaran por su nombre personas no cercanas a él, pero fue todo lo contrario con ella.―Disculpe, quise decir, “Señor Hoffmann” ―se corrigió de inmediato, pero Björn negó rápidamente.―No te preocupes, ―dijo inclinándose hacia a ella para que pudiese escuchar. ―He dicho tu nombre, me has respondido del mismo modo y además, no estamos en horario laboral. Así que puedes decirme Björn…―Ava sintió como su respiración se agitó con fuerza, tuvo que entreabrir sus labios para tomar aire disimuladamente. Se enderezó él y sin dejar de mirar cada reacción de ella, tomó un poco de su b
Björn apretó su mandíbula con dureza, el imaginar que Carter podía tocarla o siquiera la viera, le provocó que la ira saliera de su escondite.―No lo harás. ―dijo atrapando su brazo, Carter abrió su boca al sentir el dolor con el que lo sujetó.― ¡Oye! ¡Eso duele! ¡Tranquilo, tranquilo! ―Carter comenzó a reírse hasta que Björn lo soltó del agarre. ―Solo quería ver tu reacción, Hoffmann.―Deja de ponerme a prueba. Sabes que soy un hombre impaciente.―Lo sé, pero en serio, Hoffmann, debes de divertirte un poco más...―luego palmeó su hombro y entró al privado.Ava y su grupo de amigos se habían regresado a la pista de baile, Björn notó que ella bailaba algo incomoda alrededor de ellos, hasta que notó la presencia de un joven, intentó hacerla reír pero ella no lo hizo, a Bj&o
Bruno lanzó su cabeza hacia a atrás mientras la rubia hacía lo que más bien se le daba: el sexo oral. Ella estaba dispuesta a pasar una segunda noche con el billonario que había llegado a la ciudad, había escuchado por las demás chicas su adicción al sexo y a otros fetichismos. Al sentir el líquido tibio en su boca, se retiró y sonrió al ver al hombre satisfecho.―Buen trabajo. ―dijo Bruno jadeando, era adicto a la sensación que daba al llegar al orgasmo, sentía su piel erizarse hasta llegar a un dolor tan placentero que se hacía adicción, ver a la mujer arrodillada a sus pies, era un plus que nunca dejaba de gustarle. ―Ya puedes irte. ―notó la decepción en los ojos de la rubia. ― ¿Qué es lo que esperas? ―la mujer decepcionada de sí misma, tomó sus ropas y se marchó del lugar. Bruno caminó con las
Ava se aclaró la garganta, luego tomó más aire de manera brusca a sus pulmones, se sintió extraña, Björn y su cercanía habían dejado en ella un sentimiento extraño, al sentirse tocada unos momentos atrás, era para que Ava reaccionara de manera brusca y tajante, ya que repelaba todo hombre a su alrededor, pero desde que había estado en más contacto con él, le hicieron sentir un poco segura, como si la protegiera inconscientemente, “O simplemente es así con todos, Ava” se dijo mentalmente excluyendo de manera tajante todo pensamiento. ― ¿Ya se fue “nuestro” jefe? ―se escuchó a espalda de Ava su amiga, Alice. Tenía el rímel corrido, su cabello rubio de la frente, estaba adherido, no se sabía si era el sudor o se había mojado el rostro. Ava se volvió hacia a ella y asintió sin decir nada. ―Vaya, que “amable” de su parte hacer lo que debería de importarle una m****a. ―Ava arqueó una ceja a su comentario. ―Bueno, todos están ebr
Björn casi no durmió durante el resto de la madrugada, estaba esperando que fuesen las siete de la mañana para ir a buscar a Ava, para luego regresar al hotel.―Buenos días, ―se anunció Carter con aquel cabello alborotado, con una gran sonrisa en sus labios, Björn imaginó que una de las rubias había cedido de último momento pasar la noche con él. ― ¿Todo bien? Qué cara tienes…―se sirvió una taza de café, luego se sentó en la sala dónde estaba Björn, este dio un trago a su americano, luego miró a su amigo.―No he dormido lo suficiente y eso me pone irritable. ―confesó Björn.― ¿Por lo de tus empleados? ―preguntó Carter con el ceño arrugado mientras dejó su taza de café en la mesa del centro.―Sí, son unos inconscientes el querer irse en ese estado…―P
Ava bajó en el elevador hasta el lobby, luego buscó a su jefe y lo encontró un momento después sentado en uno de los sillones del lobby, Björn al ver que venía Ava intentando bajar la orilla de su vestido, se sintió de inmediato irritado por la gente que la estaba observando disimuladamente, el cabello lacio, se había convertido en ondulado y ella lo había recogido sutilmente, se veía demasiado sexy y llamativa ante los ojos de los hombres. Se levantó de su lugar y se retiró la americana que tenía puesta, Ava llegó y la tomó por sorpresa cuando la cubrió de inmediato, Björn miró más allá y los hombres retiraron sus miradas al ver a hombre.―Señor Hoffmann, no es necesario que…―fue interrumpida por Björn.―Es necesario. ―ajustó la americana de los hombros, luego cerró la parte de enfrente, pareciera que
Björn caminó de un lado a otro en la sala de la suite, se le hizo bastante extraño que Ava siguiera dormida, ya eran las nueve de la noche y no había conseguido que fuese. Tocaron a la puerta, Björn se giró de un movimiento y dio la orden de que podían pasar, la puerta se abrió y era Ava. ―Ava. ―dijo Björn para sí mismo. ―Aquí estoy, señor Hoffmann. ―Björn se tensó, lo había tomado desprevenido un momento, al darse cuenta que ella lo estaba mirando con el ceño arrugado, se aclaró la garganta. ―Oh. Si, señorita Gray. ―Björn le hizo una seña de que tomara asiento en una de los sillones de la sala. ―Tengo que hacer un viaje a la ciudad mañana por la mañana, así que usted se quedará al frente de la oficina central. ―Ava abrió sus ojos mucho más de lo normal con mucha sorpresa. ― ¿Qué? ―balbuceó. ―Solo tengo una semana como su asistente, bueno, oficialmente no llego a la semana, además, solo me ha tenido revisando números y discrepancias, no