Björn se dio una ducha, se alistó y revisó la agenda del día, antes de que llegara Ava a la oficina para seguir trabajando en lo que quedó pendiente, haría una visita. Tocaron a la puerta y dio la orden de que podía entrar, sabía que era Thomas. Al entrar su jefe de seguridad, notó la tensión en él.
― ¿Qué pasa? ―preguntó directo.
―He investigado. ―Björn sintió un nudo formándose en medio de su estómago.
―Dime. ―Björn tomó aire de manera discreta.
―De último momento la señora Laurent hizo la reunión de la bienvenida que suelen dar al nuevo personal por parte de su hermano Bruno, se esperaba la reunión este fin de semana, pero de último momento, lo cambió. Me han informado que pidió discreción, ―Björn arrugó su ceño. ―Mi fuente dijo que
Ava salió de su habitación vestida en su traje ejecutivo en color gris y la camisa de vestir en color blanco, su cabello recogido en un moño en la parte baja de su cabeza, revisó su reloj y faltaban diez minutos para las ocho de la mañana, entró a la cocina para tomar un vaso de agua y finalmente marcharse a la oficina central, ya se había marchado Alice y la chica de la cocina a trabajar. Al terminar de tomar su vaso de agua, tocaron a la puerta, Ava se apuró pensando que podría haber mandado su jefe por ella, -ya que para trasladarse al hotel usaban “buggys” o carritos de golf- al abrir la puerta apareció el hombre que la escoltó hace un rato atrás, tenía en su mano una bolsa negra con el logo del hotel “Seasons”―Es para usted, señorita Gray. ―Ava tenía el ceño arrugado. ―Se lo envía el señor Hoffmann. Cuando es
―Bien, pidamos el almuerzo. ―anunció Björn al ver que casi se terminaba el horario normal de la hora de la comida de los empleados. ― ¿Qué es lo que quiere comer, señorita Gray? ―preguntó a Ava, quien estaba terminando de hacer unos apuntes en su nueva IPad.― ¿Quiere que pida el menú? ―preguntó servicial, Björn negó.― ¿Qué es lo que se le antoja? Me sé el menú de cada día, así qué nada me apetece, ¿Vamos a la ciudad? ―Ava alzó sus cejas con sorpresa, eran dos horas y media de viaje.― ¿A la ciudad? ―Björn asintió al ver su gesto de sorpresa.―Tengo un nuevo helicóptero, así que será menos tiempo de viaje. ¿Ha probado el salmón imperial? ―Ava negó lentamente. ―Pues le va a encantar, así aprovecharé el viaje para recoger a mi invitado. Vaya p
―Otra vista…―susurró Björn recargándose en el respaldo de la silla y observando detenidamente a Ava, quien era ajena a su mirada.―Impresionante…―dijo Ava sin dejar mirar a lo lejos, luego regresó la mirada hacia a su jefe. ― ¿Es buena la comida aquí? ―preguntó al sentirse un poco más relajada, Björn asintió lentamente.―Bastante. Años atrás, venía constantemente. Para hacer una reservación en este lugar, tardan hasta seis meses en darte una.―Oh, es bastante tiempo…―murmuró Ava sorprendida por lo que le estaba contando.―Sí. ―aceptó el menú que el mesero les entregó.―Buenas tardes, soy Ever, su mesero. ¿Gustan algo de tomar? ¿Un aperitivo?―Quiero tres copas, y la mejor cosecha de vino que tengan. Espero a otra persona. ―Ava no lo sabía.―Perfecto, ―B
El corazón de Ava se agitó con tanta fuerza que juró que se detendría en cualquier momento. ―Señor Hoffmann, ha tomado bastante vino…―Björn se separó un poco de ella para mirarla a los ojos, notó el aro de ambos iris dilatados, en una delgada línea, entonces sus palabras resonaron con fuerza trayéndolo a la realidad: él era el jefe y ella…su asistente. Björn retrocedió, dejando a Ava recargada contra la puerta, sus mejillas estaban color escarlata y jadeando. Él no tenía derecho solo por qué la compró en la subasta para salvarla, él no tenía derecho siquiera de sentir celos o atracción por ella, él no debía de cruzar esa línea tan delgada entre los dos. Simplemente no se lo tenía permitido. ―Lo siento, no sé qué me ha pasado…―se pasó una mano por su cabello, arrugó su ceño, Ava no pudo evitar bajar su mirada a su pantalón al mismo tiempo que Björn cubrió con ambas manos su erección. ―Lo siento, lo siento…―tiró sutilmente del brazo de Ava para retirarla de la
―No voy a contestar esa pregunta. ―Björn contestó de manera tajante, y eso no le sorprendió a Carter.―Bien, como tú quieras. ―este se levantó y se sirvió más de la botella de whisky que se encontraba en el mueble, luego regresó a su lugar. Se hizo un silencio largo en la suite, solo cruzaron sus miradas de manera fugaz, hasta que finalmente Björn decidió terminar con ello.―He descubierto cosas que no me gustaron para nada. ―comenzó a decir Björn, él no solía hablar de sus cosas con nadie, ni con Oscar quién era parte de su familia y al único a quién le tenía confianza y eso lo sabía Carter, así que con más razón prestó atención detenidamente.―Y estoy pensando detenidamente como terminar con ello. ―Björn terminó su bebida de un trago, luego dejó el vaso vacío en la mesa
Había llegado sábado, tres días desde esa comida en la ciudad con su jefe y el invitado.Esa mañana, Ava se encontraba sentada en la orilla de su cama, había notado días atrás al bañarse un par de moretones en uno de sus brazos y piernas, se había perdido en sus pensamientos intentando recordar en qué momento se había golpeado pero no recordaba nada. Al ver la hora, terminó de arreglarse para ir a trabajar; durante las noches había dado vueltas en la cama, la escena de Björn con ella en el servicio de damas, la tenía sin sueño durante un par de horas de la madrugada, una noche de esas se había despertado con mucho calor, se cuestionó mucho su forma de reaccionar, comparó lo de hace dos años atrás, era muy distinto como se sintió.La rutina de días aún seguía, Ava fue escoltada por el h
Ava se miró de pies a cabeza en el espejo, con la ayuda de Alice, su cabello había quedado liso a la perfección, el cabello castaño, sin el ondulado original se veía bastante largo.―No puedo creer como cambia mi aspecto. ―murmuró Ava sin dejar su mirada en el reflejo, sus dedos se pasearon en el largo de su cabellera castaña, se miró ya maquillada y solo faltaba ponerse el conjunto para ir al antro a la ciudad.― ¿Qué es lo que te hace falta? ―se escuchó a lo lejos el grito de Alice mientras caminaba con sus tacones hacia la habitación, al entrar vio a su amiga.―Te ver hermosa. ―dijo Ava sorprendida por el cambio drástico de su amiga, nunca la había visto vestida de esa manera, llevaba un vestido corto de lentejuelas en color dorado, su cabello también liso y en unas plataformas que le hacía ver las piernas más largas. ―Solo falt
Björn tenía en su mano su vaso de cristal con el mejor whisky del lugar, se había quedado en su lugar con el corazón agitado al escuchar su nombre directo de la boca de Ava. “Ha dicho mi nombre.” Odiaba que lo llamaran por su nombre personas no cercanas a él, pero fue todo lo contrario con ella.―Disculpe, quise decir, “Señor Hoffmann” ―se corrigió de inmediato, pero Björn negó rápidamente.―No te preocupes, ―dijo inclinándose hacia a ella para que pudiese escuchar. ―He dicho tu nombre, me has respondido del mismo modo y además, no estamos en horario laboral. Así que puedes decirme Björn…―Ava sintió como su respiración se agitó con fuerza, tuvo que entreabrir sus labios para tomar aire disimuladamente. Se enderezó él y sin dejar de mirar cada reacción de ella, tomó un poco de su b