Christine estaba subiendo los escalones para dirigirse a la oficina principal del club, sabía que se encontraría con Nicoletta Costa tarde o temprano, así que de una vez dejaría claro las cosas entre las dos, era una mujer en la que aún no confiaba para nada, pero Bruno y el padre de este si, por eso ella era una pieza fundamental en el lugar. Llegó a las puertas dobles y estas estaban custodiadas por dos hombres altos y fornidos vestidos en trajes de seguridad, no se inmutaron con la presencia de la rubia.
―Buenos días, me gustaría hablar con la señora Costa. ―Uno de los hombres la miró detenidamente.
― ¿Tiene cita?―Christine presionó sus labios.
―No. Pero soy la mano derecha del señor Hoffmann, es un asunto de último momento. ―el otro hombre llamó por el micrófono en el interior de su manga y murmuró algo, luego
Ava finalmente se controló, Björn le había dado privacidad cuando ella se escabulló de nuevo a la habitación pidiendo disculpas, ella pensó miles de cosas, las imágenes de las pesadillas volvían una y otra vez a su cabeza, después de un par de minutos tocaron a la puerta, Ava se levantó y abrió poco a poco la puerta asomando su rostro pálido.Era Björn. Björn notó en su mirada...vergüenza.―Aquí está tu vestido, lo han traído ya limpio. ―ella le agradeció con la mirada y un movimiento de su barbilla aceptando lo que él le estaba entregando. ―Han traído el desayuno antes
Björn y Ava desayunaron en total silencio, él leyó su periódico y luego dio su último bocado para entonces hablar. Ava dio un trago a su jugo de naranja. ― ¿Cómo se siente? ―preguntó Björn sin dejar de mirarla detenidamente, Ava se aclaró la garganta. ―Bien, gracias por el desayuno, el dolor de cabeza se ha ido. Solo necesito ir a la casa a darme un baño y alistarme para…―luego detuvo sus palabras. ―Claro, si todavía yo…―no terminó su oración al ver el gesto de Björn. ―Hablemos de lo sucedido de hace horas atrás. ―Ava se tensó, él notó como sus mejillas se sonrojaron. ―Primero que todo…―Björn la interrumpió haciendo un gesto con su mano para que no dijera nada más. ― ¿Qué es lo último que recuerda? ―Ava tomó aire bruscamente, retuvo el aire unos segundos y disimuladamente lo sacó entre dientes, no recordaba casi nada. De nuevo se aclaró la garganta y se removió en su silla. ―Solo que acompañé a mi amiga a una bienvenida, pe
Björn se dio una ducha, se alistó y revisó la agenda del día, antes de que llegara Ava a la oficina para seguir trabajando en lo que quedó pendiente, haría una visita. Tocaron a la puerta y dio la orden de que podía entrar, sabía que era Thomas. Al entrar su jefe de seguridad, notó la tensión en él.― ¿Qué pasa? ―preguntó directo.―He investigado. ―Björn sintió un nudo formándose en medio de su estómago.―Dime. ―Björn tomó aire de manera discreta.―De último momento la señora Laurent hizo la reunión de la bienvenida que suelen dar al nuevo personal por parte de su hermano Bruno, se esperaba la reunión este fin de semana, pero de último momento, lo cambió. Me han informado que pidió discreción, ―Björn arrugó su ceño. ―Mi fuente dijo que
Ava salió de su habitación vestida en su traje ejecutivo en color gris y la camisa de vestir en color blanco, su cabello recogido en un moño en la parte baja de su cabeza, revisó su reloj y faltaban diez minutos para las ocho de la mañana, entró a la cocina para tomar un vaso de agua y finalmente marcharse a la oficina central, ya se había marchado Alice y la chica de la cocina a trabajar. Al terminar de tomar su vaso de agua, tocaron a la puerta, Ava se apuró pensando que podría haber mandado su jefe por ella, -ya que para trasladarse al hotel usaban “buggys” o carritos de golf- al abrir la puerta apareció el hombre que la escoltó hace un rato atrás, tenía en su mano una bolsa negra con el logo del hotel “Seasons”―Es para usted, señorita Gray. ―Ava tenía el ceño arrugado. ―Se lo envía el señor Hoffmann. Cuando es
―Bien, pidamos el almuerzo. ―anunció Björn al ver que casi se terminaba el horario normal de la hora de la comida de los empleados. ― ¿Qué es lo que quiere comer, señorita Gray? ―preguntó a Ava, quien estaba terminando de hacer unos apuntes en su nueva IPad.― ¿Quiere que pida el menú? ―preguntó servicial, Björn negó.― ¿Qué es lo que se le antoja? Me sé el menú de cada día, así qué nada me apetece, ¿Vamos a la ciudad? ―Ava alzó sus cejas con sorpresa, eran dos horas y media de viaje.― ¿A la ciudad? ―Björn asintió al ver su gesto de sorpresa.―Tengo un nuevo helicóptero, así que será menos tiempo de viaje. ¿Ha probado el salmón imperial? ―Ava negó lentamente. ―Pues le va a encantar, así aprovecharé el viaje para recoger a mi invitado. Vaya p
―Otra vista…―susurró Björn recargándose en el respaldo de la silla y observando detenidamente a Ava, quien era ajena a su mirada.―Impresionante…―dijo Ava sin dejar mirar a lo lejos, luego regresó la mirada hacia a su jefe. ― ¿Es buena la comida aquí? ―preguntó al sentirse un poco más relajada, Björn asintió lentamente.―Bastante. Años atrás, venía constantemente. Para hacer una reservación en este lugar, tardan hasta seis meses en darte una.―Oh, es bastante tiempo…―murmuró Ava sorprendida por lo que le estaba contando.―Sí. ―aceptó el menú que el mesero les entregó.―Buenas tardes, soy Ever, su mesero. ¿Gustan algo de tomar? ¿Un aperitivo?―Quiero tres copas, y la mejor cosecha de vino que tengan. Espero a otra persona. ―Ava no lo sabía.―Perfecto, ―B
El corazón de Ava se agitó con tanta fuerza que juró que se detendría en cualquier momento. ―Señor Hoffmann, ha tomado bastante vino…―Björn se separó un poco de ella para mirarla a los ojos, notó el aro de ambos iris dilatados, en una delgada línea, entonces sus palabras resonaron con fuerza trayéndolo a la realidad: él era el jefe y ella…su asistente. Björn retrocedió, dejando a Ava recargada contra la puerta, sus mejillas estaban color escarlata y jadeando. Él no tenía derecho solo por qué la compró en la subasta para salvarla, él no tenía derecho siquiera de sentir celos o atracción por ella, él no debía de cruzar esa línea tan delgada entre los dos. Simplemente no se lo tenía permitido. ―Lo siento, no sé qué me ha pasado…―se pasó una mano por su cabello, arrugó su ceño, Ava no pudo evitar bajar su mirada a su pantalón al mismo tiempo que Björn cubrió con ambas manos su erección. ―Lo siento, lo siento…―tiró sutilmente del brazo de Ava para retirarla de la
―No voy a contestar esa pregunta. ―Björn contestó de manera tajante, y eso no le sorprendió a Carter.―Bien, como tú quieras. ―este se levantó y se sirvió más de la botella de whisky que se encontraba en el mueble, luego regresó a su lugar. Se hizo un silencio largo en la suite, solo cruzaron sus miradas de manera fugaz, hasta que finalmente Björn decidió terminar con ello.―He descubierto cosas que no me gustaron para nada. ―comenzó a decir Björn, él no solía hablar de sus cosas con nadie, ni con Oscar quién era parte de su familia y al único a quién le tenía confianza y eso lo sabía Carter, así que con más razón prestó atención detenidamente.―Y estoy pensando detenidamente como terminar con ello. ―Björn terminó su bebida de un trago, luego dejó el vaso vacío en la mesa