Ava sintió como sus pies eran arrastrados por el suelo frío, su corazón se agitó con miedo, "¿Qué era lo que estaba pasando?" ¿Por qué se sentía sin fuerzas? ¿Por qué todo era borroso?, sintió unas manos sobre su cuerpo, quería quitarlas, exigirles que no la tocaran, pero era como si no tuviese voluntad. Abrió como pudo un poco sus ojos, a pesar de tener los parpados pesados, alcanzó a ver a un par de mujeres que reían entre ellas, vieron la chaqueta de mezclilla que tenía sobre el vestido negro, se burlaban de cómo iba vestida, luego de nuevo manos, sintió frío, no pudo más y cerró los ojos, las voces eran lejanas, risas burlescas, ¿Qué es lo que estaban haciendo? ¿Acaso era una de esas iniciaciones de algún grupo de fanáticos del hotel? Pensó ya por último que deb&iac
Björn y su equipo de seguridad llegaron al piso diez, no podía imaginar que es lo que era esa subasta secreta, pero lo iba a averiguar. Al llegar al piso, se encontró con varios equipos de seguridad, no le sorprendió al verlos, ya que las personas interesadas en las subastas, eran personas de dinero, Björn caminó dando paso a un hombre que podía escupir fuego por la boca y quemar las paredes de ese lugar, la ira estaba corriendo por sus venas, su paso era firme e intimidante. Llegó al salón VIP ROOM, tenía una figura de un león con una corona bañado en oro y fondo negro. Se detuvo a medio pasillo,Un hombre del personal del club, lo reconoció.―Señor Hoffmann, ¿En qué le puedo ayudar? ―preguntó de inmediato y con los nervios de punta, era la primera vez que lo veía en la subasta privada de su jefe Bruno.― ¿Dónde s
Entraron a una gran habitación, la luz era tenue, solo había siete mesas, una pequeña lámpara tenía cada una, había seis hombres sentadas en ellas, -no se miraban sus rostros a falta de más luz- la última estaba libre y estaba cerca del centro. Nicoletta le hizo señas de que tomara asiento, Björn estaba sorprendido ya que ella le puso en la superficie de la mesa una mini tableta, se inclinó mostrando su escote.―Es nuevo ahora el procedimiento, presionarás el botón rojo y aparecerá en aquella pantalla, al develar lo que hay detrás de aquellas cortinas, aparecerá los detalles de la subasta… ―Björn levantó su mirada y cerca de unas cortinas negras estaba colgada la televisión, había siete líneas, y en ella números marcando “ceros” ―el botón es para subir la apuesta y se marcará en el
Ava sintió como las ramas secas se quebraban bajo sus pies mientras intentaba alejarse lo más posible de aquel hombre. Muchas veces su madre le repitió que no confiara en las personas que venían de fuera, pero ella se escudó en su trabajo como guía de turista en aquel pueblo, pero había algo en él que la había atrapado, quizás la forma en que la había tratado durante ese mes, se había maravillado con las historias que le contó mientras iban de excursión, los roces de los dedos cuando él le ayudó a armar su casa de acampar, la sonrisa de él era deslumbrante, simplemente era el primer hombre que la había atrapado y la hizo soñar despierta. Pero esa noche, todo había cambiado. Se armó una excursión antes de que él se fuese del pueblo, se habían unido el grupo de Alice y, cuando menos lo vio venir, ha
Björn sintió como su corazón se agitó con fiereza cuando cerró la puerta, había mentido, él no mentía, no solía hacerlo por qué sabía que las mentiras tenían piernas cortas y tarde o temprano se encontraría con la verdad, ya que lo había vivido años atrás. Estaba a punto de regresar a la habitación y decirle lo que había sucedido, no importaba luego llenarse de problemas con demandas y policías, era lo que menos le importaba en estos momentos. Tocaron a la puerta haciendo que se detuviera. ―Adelante. ―dijo en un tono alto, la puerta se abrió y apareció Thomas con una bolsa de lavandería. ―Señor, la ropa, ―Björn miró de manera fugaz hacia la puerta de la habitación y retiró la mano del picaporte, para luego dirigirse hacia a Thomas. ―Gracias. ―dijo Björn en voz baja tomando la bolsa, Thomas lo notó algo extraño. ― ¿Está todo bien, señor? ―Björn lo miró con el ceño fruncido. ―Ha despertado la señorita Gray. ―Thomas se tensó y él s
Christine estaba subiendo los escalones para dirigirse a la oficina principal del club, sabía que se encontraría con Nicoletta Costa tarde o temprano, así que de una vez dejaría claro las cosas entre las dos, era una mujer en la que aún no confiaba para nada, pero Bruno y el padre de este si, por eso ella era una pieza fundamental en el lugar. Llegó a las puertas dobles y estas estaban custodiadas por dos hombres altos y fornidos vestidos en trajes de seguridad, no se inmutaron con la presencia de la rubia.―Buenos días, me gustaría hablar con la señora Costa. ―Uno de los hombres la miró detenidamente.― ¿Tiene cita?―Christine presionó sus labios.―No. Pero soy la mano derecha del señor Hoffmann, es un asunto de último momento. ―el otro hombre llamó por el micrófono en el interior de su manga y murmuró algo, luego
Ava finalmente se controló, Björn le había dado privacidad cuando ella se escabulló de nuevo a la habitación pidiendo disculpas, ella pensó miles de cosas, las imágenes de las pesadillas volvían una y otra vez a su cabeza, después de un par de minutos tocaron a la puerta, Ava se levantó y abrió poco a poco la puerta asomando su rostro pálido.Era Björn. Björn notó en su mirada...vergüenza.―Aquí está tu vestido, lo han traído ya limpio. ―ella le agradeció con la mirada y un movimiento de su barbilla aceptando lo que él le estaba entregando. ―Han traído el desayuno antes
Björn y Ava desayunaron en total silencio, él leyó su periódico y luego dio su último bocado para entonces hablar. Ava dio un trago a su jugo de naranja. ― ¿Cómo se siente? ―preguntó Björn sin dejar de mirarla detenidamente, Ava se aclaró la garganta. ―Bien, gracias por el desayuno, el dolor de cabeza se ha ido. Solo necesito ir a la casa a darme un baño y alistarme para…―luego detuvo sus palabras. ―Claro, si todavía yo…―no terminó su oración al ver el gesto de Björn. ―Hablemos de lo sucedido de hace horas atrás. ―Ava se tensó, él notó como sus mejillas se sonrojaron. ―Primero que todo…―Björn la interrumpió haciendo un gesto con su mano para que no dijera nada más. ― ¿Qué es lo último que recuerda? ―Ava tomó aire bruscamente, retuvo el aire unos segundos y disimuladamente lo sacó entre dientes, no recordaba casi nada. De nuevo se aclaró la garganta y se removió en su silla. ―Solo que acompañé a mi amiga a una bienvenida, pe
Björn se dio una ducha, se alistó y revisó la agenda del día, antes de que llegara Ava a la oficina para seguir trabajando en lo que quedó pendiente, haría una visita. Tocaron a la puerta y dio la orden de que podía entrar, sabía que era Thomas. Al entrar su jefe de seguridad, notó la tensión en él.― ¿Qué pasa? ―preguntó directo.―He investigado. ―Björn sintió un nudo formándose en medio de su estómago.―Dime. ―Björn tomó aire de manera discreta.―De último momento la señora Laurent hizo la reunión de la bienvenida que suelen dar al nuevo personal por parte de su hermano Bruno, se esperaba la reunión este fin de semana, pero de último momento, lo cambió. Me han informado que pidió discreción, ―Björn arrugó su ceño. ―Mi fuente dijo que