New York, Estados Unidos.
Horas después…
― ¿No has pensando que quizás ella decidió irse? ¿No crees que se sintió abrumada por lo que pasaron ambos hace noches? Ella es joven, Björn. Quizás…ella se fue. Aprovechó que estaba en la ciudad, hay aeropuertos, centrales de autobuses y se le hizo fácil…―Carter finalmente lo dijo en voz alta. Ava no había aparecido desde que había ido al servicio de damas, han pasado ocho horas desde entonces y ya había amanecido. Thomas intentó buscar la prueba de que ella no había salido, que no había cruzado por dónde él estaba parado, pero se encontró con la noticia que las cámaras habían sido apagadas diez minutos atrás antes de
Aqui comienza la segunda temporada "La esposa del billonario" Años atrás… El niño Björn bajó las escaleras hasta quedar sentado a medio camino junto a sus dos hermanos, siguió la mirada de ellos y entonces descubrió que se avecinaba una guerra. ―Tienes que entender que no siempre se harán las cosas a tu manera, Anton. ―Anton lanzó una copa vacía contra la pared de la chimenea y esta se hizo añicos, Amelia se encogió de hombros a tal arrebato. ― ¡Yo soy el del dinero en esta familia, así que tienes que acatar mis órdenes, te guste o no, eres mi esposa! ―Es navidad, no voy a pelear contigo, los niños podrían escucharnos. ―Anton y Amelia estaban ajenos a la presencia de los tres hijos que estaban atentos a la escena. Oscar tomó la mano de Björn y le susurró. ―Solo están platicando, no te asustes. ―Cállense, nos van a descubrir. ―Bruno dijo entre dientes algo
―Si no hay nada que hablar, necesito irme. ―Amelia se giró hacia a él, volvió a arquear su ceja y presionó sus labios con dureza.―Bien. ¿Tienes en que regresar? ―sonó seria, algo que a Björn le extrañó.― ¿Desde cuándo te preocupas? ―Björn se puso de pie de manera elegante, se ajustó la tela de la muñeca.―No empieces. Sabes perfectamente que siempre me he preocupado por ustedes. ―enfatizó Amelia al mismo tiempo que se pasó un dedo por la frente para acomodar el flequillo.―En fin. ―cortó Björn, ― ¿Dónde está ella? ―preguntó ansioso, ya quería irse de ese lugar.―En el jardín, deja pido que la…―Björn la interrumpió.―Yo mismo iré por ella. ―se volvió hacia la puerta pero Amelia lo detuvo del brazo antes de salir, Björn se quedó congelado
Christine caminó de un lado a otro, había investigado que Björn se había llevado a Ava a la ciudad, pero no sabía a qué. Su mente comenzó a armar una escena de ellos dos en una cama, en un cuarto de hotel y haciéndolo como dos amantes salvajes, se imaginó Christine de pie, mirando desde el centro de aquella habitación. Cerró sus ojos con fuerza y se limpió una lágrima que había intentado barrer con su dedo, tenía mucha ira contra Björn, realmente se había enamorado por primera vez y precisamente con él fue a caer a las redes del amor, pero al querer hacerlo más serio, él simplemente la descartó sin darle una oportunidad siquiera de demostrarle que eran sinceros sus sentimientos, y al ver que no lograría nada, había cambiado su táctica desde entonces, si no sería la esposa de Björn Hoffmann, lo sería a c
Sarah miró el reloj de nuevo, su esposo Arnold ya había llegado de la mina y en ese momento estaban cenando.—Ya mujer, deja de mirar ese reloj que me pones más nervioso. —se quejó el hombre, pero esta vez Sarah, lo ignoró. — ¿Qué es lo que pasa?—Frank debía de haber llegado desde hace media hora. —el tono de preocupación de la mujer era evidente. Arnold, dejó la cuchara a un lado del plato y se limpió los labios con la servilleta, luego miró a su esposa.—Frank ya es un hombre, deja de estar detrás de él. Quizás se encontró con el grupo de jóvenes con los que se juntan.—Esos son jóvenes no los conocemos, ¿No crees que podrían ser malas influencias? Frank nunca llega tarde, cariño.—Bueno, si no llega en media hora, yo mismo iré a buscarlo.
Ava había salido de la sala de juntas con el nudo en el centro de su estómago, la mirada asesina de parte de Christine le había hecho sentir demasiado incomoda en toda la reunión, algo que claro, Björn era ajeno.— ¿Ya te vas a ir? —escuchó a Björn preguntar desde su escritorio, Ava levantó la mirada.—Sí. Solo terminaré esto y me retiro…— ¿Y qué harás? —preguntó Björn, Ava no tuvo palabras rápidas para responderle en ese momento, solo hizo un movimiento de hombros. —Entonces, ¿Cenamos? —Ava se tensó y él lo notó. —Si no tienes planes o de plano vas a ponerme esa línea divisora entre jefe y empleado.Ava se sorprendió por sus palabras.—Creo que lo mejor de todo es…—detuvo sus palabras cuando Björn se levant&oac
Ava cerró la puerta de la casa donde se alojaba, se recargó y se quedó pensativa. No tenía ni el mes trabajando para Hoffmann y ya tenía su vida patas arriba, era la primera vez que sentía algo así por un hombre.— ¿Estás bien? —escuchó la voz de su compañera, Yany. Ava asintió rápidamente y comenzó a caminar hacia su cuarto, pero la detuvo. — ¿Sigues sin hablarte con Alice? —Ava miró a la joven a su lado.—He intentado hablar con ella, pero al parecer está empeñada en esquivarme no sé por cuánto tiempo más. —Yany hizo una mueca de “Oh”—Lo siento, ¿Quieres que hable con ella para que hagan las paces? —Ava negó rápidamente.—Yo lo voy a solucionar, gracias por tu preocupación. —ya iba a retomar su camino a su hab
Björn se recargó en el sillón de cuero negro que estaba en la oficina de Nicoletta, mientras ella se acercó al mueble de las bebidas para servirle un trago, al terminar, se acercó hasta a él y le entregó el vaso de cristal.—Así que, —comenzó a decir Nicoletta al sentarse en otro de los sillones de cuero negro, cruzó una pierna sobre la otra, lanzó una mirada a Björn quién esperaba a que hablara de una vez. —…la joven que has comprado en la subasta sigue trabajando como tu asistente personal. —Björn se tensó.—Sí. —solo dijo eso él, luego dio un largo sorbo a la bebida, sus ojos estaban puestos sobre ella, al terminar, habló. —Veo que mi madre te ha puesto al día.—No tiene nada de malo, más cuándo ella y yo trabajamos para un fin en común.— ¿
Ava estaba sentada en la alfombra de su habitación, a oscuras, pensando detenidamente el enfrentamiento con Alice, sería incomodo seguir viviendo con ella bajo el mismo techo, incluso sus palabras de que por ella había conseguido ese trabajo, le hizo sentir de la mierda. Pensó por un momento que podría terminar el mes y con ese dinero regresar a la ciudad y buscar un nuevo empleo, luego pensó en que tenía que separar para el depósito y la renta de un departamento, cerró los ojos y dejó su cabeza contra la base de hierro de la cama.—Mínimo seria estar un par de meses más si quiero sobrevivir en la ciudad…—susurró para sí misma, el celular vibró en la mesa de noche más cercana a ella, Ava solo miró la luz contra el techo, siguió vibrando, ella sabía quién era, si seguía acercándose a él de esa manera