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Capítulo 2. Una súper estrella.

Asher fue jalado por Bruce, haciéndolo salir de su trance.

—¿Quién era él?—Preguntó Asher con una interrogante muy grande en su cabeza, había quedado fascinado por tan hermosa persona.

—¿No lo sabes?— Preguntó Bruce mientras picaba los botones del elevador.

—¿Saber qué?.

—Es Bastián Klutz, el presidente de Koro, llegó ayer, está en mi piso, todos le tienen miedo, llega y hay un silencio total, mi supervisor dice que él decidirá quien se queda y quien se va de nosotros, es a él al qué tenemos que impresionar, es aterrador ¿No?.

—¿El presidente?—Murmuró Asher.

—Si, escuché que va a quedarse un tiempo aquí, así que no tontees.

Asher asintió.

“Bastián Klutz…qué guapo es”.

Mientras tanto…Bastián llegó a su oficina y se quitó el saco para estar más cómodo, se sentó en su silla de escritorio y prendió su computador, para Bastián, él trabajo era lo más importante, siempre fue un tipo dedicado y distante de las personas, muy popular entre las mujeres e inclusive entre los hombres, era inteligente y calculador, de temperamento poco agradable en ciertas ocasiones, pero las personas que lo conocían bien, sabían que solo era una fachada, pues en realidad, Bastián era un enorme oso qué se moría por dar besos y abrazos.

Pocas veces dejaba qué sus emociones lo dominaran, para él, las cosas innecesarias las desechada en un segundo de su memoria, pero quienes entraban a su vida de una buena manera, él difícilmente las podía olvidar.

—¿Los del elevador?, ¿Quiénes eran?—Preguntó Bastián sin apartar la vista de su computadora, había quedado algo fascinado y su curiosidad despertó lentamente.

El asistente de presidencia de aquel lugar hizo memoria. —Son pasantes, entraron hace poco, Bruce Ikei y el rubio era…Asher Arum.

Bastián no hizo ningún comentario al respecto, solo gimió en respuesta de haber escuchado, la verdad era que, a Bastián le gustaban los hombres, pero siendo un hombre con su cargo y proveniente de una familia adinerada, mantenía su secreto solo para él y solo le contaba a personas de suma confianza.

Además su familia era muy conservadora, que el mayor de la familia Klutz fuera gay, sería un escándalo de talla mundial, y por el momento él no quería estar en dicho escándalo.

A pesar de eso, había tenido parejas por supuesto, su última relación terminó tan solo un año atrás, con la famosa estrella de Fútbol americano Víctor York, fue algo fugaz pero agradable para Bastián, de ser amantes pasaron a ser buenos amigos, y desde entonces Bastián no se dedicó a otra cosa más que a su trabajo.

Amargado por el echo de que sus parejas no lo llenaran del todo, pensó que él amor no estaba echo para él, así que no había necesidad de amar a alguien.

Además, sabía que jamás iba a casarse con una mujer, y casarse con un hombre sería demasiado escandaloso, otra razón mas para no enamorarse, era mejor tener solo algo fugaz y continuar su camino, eso le había funcionado hasta ahora.

Ese pensamiento lo había vuelto un tanto desquiciado, pero nada era su culpa, fue el modo en que fue criado desde niño* y los prejuicios qué la gente plantó en él.

—¿Quiere que los traiga?—Preguntó él asistente al verlo tan interesado.

—No gracias, puedes retirarte, te llamaré si te necesito.

—Si señor.

…………

Esa misma noche Asher fue arrastrado por Laurent, Bruce, Mako y Ángela a un bar cerca del centro, era un lugar tranquilo y acogedor, ideal para beber y tener una buena charla, además el alcohol era barato, ninguno de ellos podía permitirse despilfarrar el dinero así como así.

Comieron algo y pidieron alcohol mientras que conversaban y reían.

Sin darse cuenta de que en una mesa no muy lejos, estaba Bastián Klutz con la mirada fija en su celular, ajeno a las risas de la mesa qué estaba casi a su lado, para él, él lugar era muy soso y poco agradable, pero era mucho mejor un lugar así, donde no hubiera tanta gente, así nadie lo notaba.

—Que deliciosos se ve esto.

Asher sonrió al ver la delicia de comida qué les habían llevado, no le gustaba tanto beber, pero a la comida no podía negarse.

Mientras bebían y platicaban, no se dieron cuenta de que al lugar llegó una persona famosa.

Víctor York arribó al lugar, con una gorra y gafas de sol, escondiéndose de sus admiradores y de fotógrafos entrometidos, se sentó frente Bastián y se quitó las gafas, miró a su alrededor y respiró hondo al sentirse cómodo. —¿Y esa mirada?—Preguntó sin saludar como era debido.

Para Bastián no era algo sorprendente que Víctor no le mostrara respeto como los demás., Víctor era arrogante, era una súper estrella, además ellos dos eran muy íntimos, no había razón para ser formales.

—Llevó una hora esperándote, ¿Crees qué no tengo cosas que hacer?— Se quejó Bastián mientras guardaba su celular y lo miraba con inconformidad.

Víctor le regaló una sonrisa tratando de calmar su mal genio. —Olvidaba que eres el señor puntual, mi entrevista se extendió más de lo debido, la tipa no dejaba de preguntarme cuando voy a casarme, ¿Por qué les interesa eso?.

—Las mujeres te aman, así que no me sorprende que quieran fantasear con ese tipo de cosas— dijo Bastián y encendió un cigarrillo.

—¿Cómo has estado?—Preguntó Víctor al verlo tan cansado.

—Bien, llegué apenas ayer y ya tengo una pila de trabajo que atender—Respondió Bastián y le dio una calada a su cigarro, lo puso en el cenicero y se peinó su cabello con una de sus manos.

—Te miras un poco amargado, ¿No has tendió sexo?—Preguntó Víctor con curiosidad.

Bastián le lanzó una mirada y alzó una ceja. —No tengo tiempo para eso justo ahora, además no me metería con cualquiera, lo sabes.

—No seas ridículo, eres un tipo de sangre caliente, busca a alguien pronto, o tu verga va estallar y eso sería una lástima.

—¿Estás coqueteando conmigo?.

Víctor sonrió. —No lo niego, echo de menos ese monstruo qué te cargas, pero por otro lado, me gusta más follar qué ser follado.

Bastián sonrió y bebió de su trago. —Dejemos de hablar de sexo.

Víctor asintió y miró sobre el hombro de Bastián, algo había llamado su atención, miró la espalda y el cabello rubio de un chico que estaba a unas mesas y sonrió al recordar a alguien a quien quiso mucho, Bastián giró un poco la cabeza discretamente para ver a quien veía, pero no logró ver mucho.

—¿Ahora acosas personas?—Pregunto al ver que había unos tipos a unas mesas de distancia.

—No, es solo que recordé a alguien a quien quise mucho, ¿Me preguntó que habrá sido de él?, a pasado mucho tiempo—Murmuró Víctor con cierta melancolía.

—¿Igor no es celoso?—Preguntó Bastián alzando una ceja.

—Mucho, pero así lo amo— respondió Víctor cambiando su expresión. —Jamás le sería Infiel, él lo sabe.

……..

—¡Vamos, solo un beso!, si…no la dejes así te lo está suplicando.

Asher miró a Ángela, ella apenas había bebido un poco y ya estaba en mal estado, y ahora la tenía encima queriendo besarlo.

—No, no puedo— dijo Asher y la regresó a su lugar con gentileza.

—¿Acaso no te gusto ni un poco?—Preguntó Ángela un poco dolida, ella se fijó en Asher desde el primer día, y si estaba ahí, era solo por él.

—No es eso, pero eres mi compañera de trabajo y además ya estas un poco ebria, no sería algo correcto— dijo Asher con educación.

—Está bien, si él no quiere, yo si— dijo Bruce poniéndose junto a Ángela, pero esta lo empujó y negó, avergonzada y agradecida de que Asher fuera un caballero.

Asher se puso de pie algo incómodo, no sabia que Ángela tuviera sentimientos por él, de cualquier modo, no podía corresponderle aunque quisiera.

—Iré al baño, ahora vuelvo— dijo tratando de huir un momento.

Fue al baño y se quedó ahí tratando de pensar en como zafarse de sus amigos e ir a casa, quería descansar un poco, ver una serie y dormir.

Salió de aquel lugar y caminó sin darse cuenta de que paso junto a un conocido del pasado, y sin tampoco ver a su jefe.

Bastián por otro lado, si que lo miró, se sorprendió un poco de ver a ese chico rubio en aquel lugar, era como ver un hermoso diamante dentro de un cesto de basura.

¿Cuál era su nombre?, Bastián trató de hacer memoria…”Asher”, y luego se sintió un poco impotente de no poder invitar a salir a alguien como él, pues era toda su línea, tal y como le gustaban, pero sabía que era una apuesta tratar de ligar a alguien del trabajo, y si se corrían rumores sobre él, y si era rechazado y ridiculizado, bien podía dejar sus miedos de lado e invitarlo a salir, pero aún así apartó la vista de ese chico y tomó de nuevo su cigarro, cuando de pronto…

—¿Asher?.

Víctor se puso de pie con rapidez, Bastián lo miró y luego miró al pasante quien se detuvo en seco.

¿Se conocían?.

—¿Víctor?—Preguntó Asher al girarse y mirar a quien lo llamaba.

—Oh cielos, te vi hace rato, pero no imaginé que fueras tú— dijo Víctor acercándose a Asher y abrazándolo sin limitaciones, Asher le correspondió y sonrió muy feliz.

—Pero mírate, sigues igual, ven, te invito un trago— dijo Víctor muy emocionado de haberse encontrado con Asher.

—Me encantaría, pero estoy con unos amigos— dijo Asher un poco fuera de si.

—Oh por favor solo uno— insistió Víctor.

Asher asintió y se sentó junto a Víctor solo para quedar frente a frente con su jefe, Bastián, quien lo miraba fijamente con ese ceño enfurecido y poco amigable, fue sorprendente para Asher, pues no se había dado cuenta de que estaba ahí.

—A, perdón, él es Bastián Klutz, Bastián él es Asher, Asher y yo íbamos juntos en la universidad—Los presentó Víctor al ver que se miraban fijamente.

Asher no sabía que hacer o decir, ¿Estirar su mano?, ¿Decir Hola?, nunca imaginó qué su jefe y que Víctor fueran amigos.

—¿Estudiaste en Menphis Hill?—Preguntó Bastián rompiendo él hielo entre ellos dos.

—Si señor— dijo Asher con educación.

—Bastián también estudio ahí, es cinco años mayor qué tú— dijo Víctor mientras le servía un trago a Asher y miraba con curiosidad a Bastián.

Asher asintió avergonzado, aquella situación fue…inesperada. —A, ya veo.

—Sigues siendo igual de tierno, ¿En donde trabajas ahora?, pásame tu número— dijo Víctor sin perder la oportunidad.

Asher sacó su teléfono y Víctor lo escaneo con rapidez y con felicidad.

Asher miró a Bastián con cautela y desvío la mirada al ver que él lo miraba fijamente. —No quiero interrumpirlos más, ¿Estarás por aquí algún tiempo?— Preguntó Asher.

—Si, me quedaré unos días.

—Entonces pongámonos de acuerdo para ir a desayunar algo, ¿Te parece?.

—Por supuesto, nada me gustaría mas— respondió Víctor con una sonrisa.

—Pues salgamos entonces.

—Está bien, te llamaré mañana, lo prometo, así que respóndeme, ¿Entendiste?—Preguntó Víctor.

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