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Capítulo 5. Una invitación.

Asher asintió. —Me alegro por ti.

—Te he extrañado mucho, a veces no puedo evitar pensar en ti, espero que puedas encontrar a alguien que te haga feliz, como yo no pude— dijo Víctor mientras acariciaba los dedos blancos y delgados de Asher.

………

Después de aquella charla, Víctor se fue, con la promesa de que le llamaría más seguido y lo invitaría a salir cuando tuviera oportunidad, Asher no se negó, aunque se sintió algo melancólico.

No quería perder la amistad de Víctor ahora que lo encontraba de nuevo, pero también temía qué su corazón se viera en peligro, así que debía de andar con cuidado.

Al llegar a Koro, fue a su escritorio a dejar sus cosas, cuando de pronto uno de los líderes de piso, le dejó un enorme bonche de papeles.

—Hay que archivar todo esto, estoy muy ocupado así que encárgate.

Asher no podía negarse, así que solo asintió, ni siquiera le había dado los buenos días todavía.

—Asher puedes llamar a nuestros clientes, tenemos que llamar a todos e invitarlos a la fiesta de aniversario de Koro, trata de ser formal, aquí te dejo los detalles.

—Asher, diez juegos de estas copias para dentro de una hora.

—Asher, ¿Ya tienes la lista de proveedores?.

—Asher….

—Asher…

—Hey pasante….

Asher se desplomó en su silla y suspiró, ya casi eran las dos y aun no salía a comer, sobrevivía con tan solo una barra energética y agua.

“Tiriri”.

Miró su teléfono y lo revisó, casi se cae de su silla al ver de quien era el mensaje, era del señor Klutz, su corazón se aceleró y las manos empezaron a sudarle.

Se apresuró a abrir el chat y sus ojos brillaron.

Bastián: 《¿Ya comiste?》.

Asher: 《Aún no》. Respondió Asher mientras mordía un lapicero.

Bastián: 《Te invito a comer algo, no quiero comer solo》.

Asher sonrió con emoción y luego miró la pila de trabajo que tenia que entregar, salir a comer era solo perder el tiempo, se sintió derrotado e hizo una mueca.

Asher: 《Me disculpo con usted, tengo mucho trabajo, así que comeré aquí algo rápido, por favor, disfrute su comida》.

Mandó aquel mensaje y no obtuvo respuesta, se sintió desanimado, Bastián era un sueño, la oportunidad perfecta se había escapado de sus manos.

Continuó trabajando hasta que alguien entró apresurado.

—El presidente Klutz viene para acá.

Asher se sorprendió al escuchar eso, miró a su supervisó ponerse muy nervioso, y a todos acomodar sus escritorios, fueron tan rápidos qué cuando Bastián llegó, ya todos estaban en sus lugares trabajando, tan ordenados, qué era impresionante.

La mirada de Bastián de nuevo se enganchó a la de Asher, haciendo que él pobre se ruborizara.

—Señor Klutz, buena tarde, ¿Necesita algo?—Preguntó él supervisor de aquel piso.

Bastián miró a su alrededor. —¿Cómo van los proyectos?.

—Todo va bien señor, ya tenemos los nuevos logos de la marca ¿Quiere verlos?.

—Los veré en la presentación del viernes, tengo entendido que hay un pasante en este departamento, ¿Quién es?.

Todos miraron a Asher, mientras que él trataba de entender que pasaba.

—Asher, ven aquí— Pidió el supervisór.

Asher se puso de pie y llegó hasta ellos, estar frente a frente con Bastián, era algo que lo intimidaba un poco, ayer por la noche no pudo admirarlo bien, pero ahora a la luz del día, Bastián lo hizo tragar saliva.

Bastián debía de medir al menos 1.90, y además tenía ese cuerpo atlético y fornido qué solo hacia volar la imaginación.

—Es él—Dijo el supervisor poniendo una mano en el hombro del joven pasante.

Bastián miró Asher sin quitar esa cara de pocos amigos.

—Lo necesito…— dijo Bastián. Asher parpadeo sin comprender. —Lo necesito para que me ayude con algunos asuntos, así que me lo llevaré por un momento, ¿Pueden encargarse del trabajo?.

El supervisor también parpadeo confundido y asintió. —Oh, si, si, claro, Asher ve con él.

Asher asintió.

—Vamos pasante, tenemos trabajo que hacer— dijo Bastián caminando hacia la salida.

Asher se apresuró a seguirlo, los nervios lo invadían, hubiera sido mejor no saber que era gay, ahora no podía dejar de pensar en él y en las oportunidades que tenía. Era ridículo.

Subieron al elevador y Asher se sintió un poco sofocado, ¿Qué clase de trabajo?, no podía no sentirse curioso, así que a pesar de sus nervios, se animó a preguntar. —¿Qué vamos hacer señor?.

—Iremos a comer— respondió Bastián con tranquilidad.

Asher se sorprendió, había echo aquello solo para ir a comer.

Bastián no podía dejar de verlo, sin duda Asher era muy guapo, su cabello rubio se veía suave y le daba una elegancia única. —¿No quieres?.

—Eh, si, por supuesto.

—¿Te están explotando?.

—No, para nada.

—No mientas, se como es esto, tengo que admitir qué no me gustan los pasantes, son descuidados, sin experiencia y algunas veces solo entorpecen el trabajo.

—Si, debe ser molesto…

—Pero son necesarios, ¿Cómo van adquirí experiencia si no se les da la oportunidad, ¿verdad?, al final, si hacen un buen trabajo, aunque no tengan el puesto fijo, si recibirán una recomendación de mi parte, espero que eso sea de ayuda.

Los ojos de Asher brillaron. —Lo será sin duda.

Bajaron del elevador y caminaron hasta el estacionamiento, Asher se sentía un poco alucinado, el auto deportivo de Bastián era un lujo qué solo alguien como él se podía permitir.

Subió en el asiento del copiloto y trató de calmarse.

No debía de pensar cosas sin sentido.

Miró subir a Bastián y respiró hondo.

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