Elianna miraba fijamente a ese hombre que a cambio parecía estar divirtiéndose con la situación. — ¿Que es lo que te parece gracioso? ¿En serio creíste que por enviarme rosas iba a olvidar que me estás obligando a casarme contigo? Dime, ¿Que fue lo que le dijiste a mi madre para convencerla? — cuestionó la castaña.Caleb observó a la joven que tenía delante. Elianna siempre había sido alguien débil, más bien, sumisa; aquella actitud que de la nada había tomado, la volvía mucho más atractiva...aunque saber que Cedric era la razón, le molestaba. — ¿Tanto conflicto te genera que alguien te regale rosas solo porque si? ¿Acaso mi hermano nunca te las regalaba? — cuestionó celoso. Elianna sintió una puñalada directamente en el corazón. En realidad, Cedric jamás había sido un gran detallista; nunca le dio ningún obsequio costoso o mucho menos flores, y darse cuenta de aquello la hizo sentirse herida. Arrojando aquel ramo de rosas sobre el escritorio de Caleb Auritz, Elianna lo miró con d
Aquella habitación estaba en silencio, y su celular, no había sonado con aquel tono fácilmente reconocible. Los dedos ansiosos chocaban contra el tocador, habían pasado un día completo, y Elianna no se había hecho presente. ¿Acaso no había visto todos los comentarios ofensivos hacia ella? ¿Por qué no le había llamado para disculparse? Impaciente, Elara se levantó de la silla y se retoco rápidamente el maquillaje. Seguramente Elianna estaba tan devastada ante tantas críticas, que no había salido de su cama en todo el día, pero ella quería sus disculpas, y las obtendría. La noche había caído, y Elianna admiraba el cielo oscuro de pocas estrellas. Aún no podía creer aquella repugnante propuesta que Cedric le había hecho, ser su amante jamás sería una opción. ¿Siempre había sido así de maldito? Se preguntó con franqueza. Quizás, estaba tan enamorada que no había notado aquella nefasta actitud del rubio...ella en verdad lo había amado. — Esto es repugnante — dijo para si misma para lueg
Aquella nueva mañana Elianna se sentía de buen humor. Su nuevo y lujoso local, estaba a punto de ser terminado. Dentro de unos meses su línea de ropa sería lanzada oficialmente y todo estaba marchando a la perfección. Esa tarde, tendría que llevar a su regordete gato al veterinario, y después de un buen desayuno estaba lista para comerse al mundo.Sin embargo, aquella radiante sonrisa se había borrado de su rostro al sentir la vibración de su celular y luego leer el nombre de quién la estaba llamando. Esa era la tercera vez en la mañana que su madre le estaba marcando; seguramente quería hablar con ella sobre las cosas de la boda, pero no tenía ganas de lidiar con eso justo ahora. Apagando el celular, volvió a sonreír al tiempo que les indicaba a los trabajadores lo que debían de hacer.— Tch — rechisto la señora Jhonson al ver que sus llamadas eran desviadas directamente al buzón.Elianna últimamente estaba incontrolable; la estaba deliberadamente ignorando, y desde el compromiso de
— Le pido, señora Jhonson, que no vuelva a golpear a mi prometida —Elianna estaba sorprendida; Caleb Auritz acababa de defenderla, y su repentina llegada la había tomaba por sorpresa. Zafándose del agarre de aquel hombre, Elena Jhonson lo miró con evidente molestia.—Señor Auritz, usted puede ser el futuro esposo de Elianna, pero yo soy su madre, y esta conducta que está mostrando es francamente algo inaceptable, ustedes aún no están casados y el hecho de que visite el departamento de mi hija por las noches, es inaudito; los placeres del cuerpo únicamente deberían de disfrutarlos después del matrimonio, ella es una Jhonson, y no puede comportarse como una ramera, además…—Le aseguro, señora Jhonson, que yo jamás he puesto una mano sobre Elianna, ella es una mujer seria, de valores íntegros, y que se ha dado a respetar con fiereza, así que le exijo que deje de insultarla, Elianna es una dama que se merece todo mi respeto y tambien el suyo, la he visitado para ver asuntos relacionados
“Por favor ayuda, el gato de mi vecina es maltratado por ella, logre retratarlo hoy, alguien que pueda ayudarme para que le sea retirado. Anónimo”Elianna se llevaba la mano a su frente.“Esto es terrible, ¡Una persona así no debería tener animales! ¿Alguien sabe la ubicación para llamar a la policía? ¡Pobre bebé! ¡Quisiera tener en frente a esa mujer para hacerle saber porque no debe meterse con los animales!”Aquello era simplemente patético. En solo unas horas, aquel post “anónimo” con la fotografía de su gato, se había hecho realmente viral; incluso en los noticieros había visto la nota, y ahora toda la ciudad buscaba su casa y a su gato para rescatarlo. Acariciando la pancita de Bolita, escuchaba sus dulces ronroneos.—Ya veo lo maltratado que estas…solo mírate, eres un barrigón demasiado tragón, ¿Quién es un gato maltratado? — cuestionó entre risas a su mascota.Por supuesto, era tan obvio quien era la persona responsable de este escándalo, que era difícil contener la risa. Elar
—¿Por qué no me respondes? ¿Estás allí? ¡Demonios Cedric responde! ¡Tenemos que hablar! — La contestadora de su departamento le reproducía un mensaje nuevo que se sumaba a los más de cien que Elara había dejado en su bandeja. El calor de aquel lujoso licor le quemaba agradablemente la garganta, y lo hacía ir y venir entre el entusiasmo, la ira y la depresión. Cedric sabía que Elianna lo amaba; se negaba a creer otra cosa, y no aceptaría nunca que ella pudiese sentir algo por su hermano…pero, aún así, se sentía devastado al saber que esa mujer que lo había adorado siempre, pasaría a pertenecer a otro.Para nadie era un secreto que el en realidad no poseía ningún talento; no era particularmente inteligente como si lo era Caleb, o una estrella del deporte, el arte o lo que sea. Su único talento era el ser hermoso; su belleza le abría las puertas que necesitaba, y la explotaba al máximo…pero aquello no era suficiente. El poder de los Auritz era algo de tener; su familia poseía un gran
”Están cordialmente invitados a la fiesta del compromiso entre el honorable Caleb Auritz y la magnífica señorita Elianna Jhonson”Elara miraba aquella elegante invitación de bordes dorados. Apretándola con rencor, la arrojó violentamente para luego caminar hacia su auto. Nada de lo que había hecho había dado los resultados que esperaba; incluso lo de aquel gato no había funcionado y terminó por borrar aquel post en dónde fue tachada de mentirosa. Cedric tampoco estaba atendiendo sus llamadas, era casi como si la tierra se lo hubiese tragado y aquello solo lograba irritarla aún más. Elianna se estaba burlando de ella, no había dado marcha atrás a su fiesta de compromiso a pesar de las advertencias de su madre y no era solo eso; aquel salón era el más lujoso de la ciudad, el que ella había querido originalmente para su evento, pero que su madre y Cedric se negaron a pagar. Sentía un terrible ardor en la boca del estómago, era la primera vez en toda su vida que se sentía tan desplazada
—Estamos casi listos Elianna, el local está terminado, pronto podrás abrir y lanzar tu línea de ropa tal y como lo habíamos planeado cariño, esa perra de Elara no sabrá que la golpeó — Aquella voz masculina al otro lado de la habitación, la había hecho sonreír. —Esa es la idea, Alexei, pronto les haré ver qué Elara no es ni nunca fue quien dio las mejores ideas a la compañía, Afrodita Corp., se posiciona pronto como la tienda número 1 de todo New York, ya lo verás — respondía Elianna mientras se probaba aquel vestido. —De eso no tengo ninguna duda cariño, pero, ¿Por qué decidiste que no anunciaras de inmediato que eres la dueña? Realmente me muero de ganas por ver la cara que pondrá esa mujer, la tengo odiada desde que estudiábamos en la universidad, es increíble que te haya quitado a Cedric, realmente siempre supe que era lo de peor, pero ¿Qué clase de persona se mete con el hombre de su hermana? Hay cariño, de verdad me muero por ponerla en su lugar — decía Alexei acentuando u